Little Kitty, Big City es un divertido y ligero juego indie, con una premisa muy sencilla pero efectiva. Uno de esos títulos que pueden disfrutar tanto los mayores como los más pequeños de casa y que ofrece una gran libertad. Double Dagger Studio, desarrolladora del juego, intenta ofrecernos la experiencia de ser un gato de una forma excelente.
Vuelve a casa si puedes
Nuestra aventura comienza con un accidente, ya que a nuestro personaje gatuno le gusta echar la siesta al borde de la ventana de casa. Desgraciadamente, tras estirarse mientras está tumbado se resbala y cae al vacío varios pisos de altura. Pero no hay nada que temer, ya que tras una afortunada carambola, el felino cae bien y debe intentar volver a subir a casa. Lo que pasa es que no es tan sencillo, ya que el pequeño gato tiene hambre y no tiene fuerza suficiente para escalar, por lo que hay que explorar la ciudad y conseguir energía suficiente para subir.
La jugabilidad de Little Kitty, Big City es uno de los puntos más positivos del título, ya que podemos realizar prácticamente todos los movimientos que puede hacer un gato, desde dar saltos casi imposibles para subir a otras alturas, hasta poder andar por lugares realmente estrechos. Para poder llegar a casa nuestro protagonista debe escalar unas enredaderas, pero para ello necesita resistencia suficiente para subir, así que debemos comer unos peces que aumenten el nivel de estamina.
Little Kitty, Big City no es un juego con una dificultad reseñable, ya que es uno de esos títulos que sirven para relajarse mientras juegas. Normalmente, el juego nos plantea pequeños retos para poder avanzar en nuestra aventura, pero son muy sencillos y se resuelven realmente rápido, por lo que no podemos decir que sea un juego difícil para nada.
Minimalista pero efectivo
A nivel gráfico, Little Kitty, Big City es bastante sencillo, con una estética cartoon donde los protagonistas son los animales de la ciudad. Y es que son los animales los verdaderos protagonistas del título, siendo los que mejor definidos están y con los que vamos a poder hablar para poder llevar a cabo nuestra misión de llegar a casa.
El apartado sonoro de Little Kitty, Big City es bastante bueno, aunque no es nada importante. Durante la aventura vamos escuchando música de fondo bastante sutil que en numerosas ocasiones apenas vamos a notar. Son los efectos sonoros los que salvan completamente este apartado, ya que podemos escuchar todos los sonidos que puede hacer un gato en cualquier situación, además de tener representados todos los que hacen los animales protagonistas.
Little Kitty, Big City está traducido al castellano, por lo que se puede seguir sin problema la historia y también saber qué hay que hacer en cada misión. Además tiene bastantes coleccionables, por lo que es un título muy rejugable tras haber alcanzado la meta final.
Little Kitty, Big City. El gato se va de marcha
Little Kitty, Big City es uno de esos indies que se agradece jugar de vez en cuando. Un título sencillo y entretenido que te permite disfrutar de partidas cortas mientras exploras el barrio descubriendo todos los secretos que esconde. Podemos cazar pajaritos, para quitarle plumas, que nos van a servir para abrir unos extraños portales interdimensionales que un mapache ha creado para realizar el viaje rápido, o ayudar a un escarabajo a conseguir un smartphone que va a utilizar para actualizar sus redes sociales.
Desde Revogamers os animamos a haceros con Little Kitty, Big City. Un juego que os va a gustar con total seguridad, más incluso si os gustan los gatos, y que estamos convencidos en que se va a llevar algún que otro premio al mejor juego indie.
