Nada como una premisa simple bien ejecutada para divertir; eso es lo que propone este Zombie Driver: Immortal Edition, un juego que vuelve potenciado desde 2009 pero que se nos quedará corto enseguida. Será porque cuando nos lo estamos pasando bien, el tiempo pasa volando, así como los zombis por encima de nuestro parabrisas.
Crazy Taxi X Dead Rising
¿Qué hacer cuando una explosión en una planta de productos químicos ha convertido a la mayoría de la población de una gran urbe en zombis sedientos de sangre? Pues, si eres taxista, obviamente conducir, y si de paso te llevas por delante a unos cuantos de estos descerebrados seres, mejor que mejor.
Esto es lo que propone a grandes rasgos el modo historia de Zombie Driver, aunque aderezado con unos pocos diálogos, muchas armas y algún que otro jefe final. Desde luego, no pinta mal, y no lo está, el problema viene cuando terminamos este modo (al cabo de unas 5 o 6 horas) y casi acabábamos de empezar a divertirnos. Porque esa es la impresión que nos da este arcade que, eso sí, mezcla a la perfección tanto la conducción desde una vista top-down (picada hacia abajo), como el uso y abuso de las armas con las que haremos frente a las continuas hordas de zombies. Tampoco podríamos pedirle mucho más y aun así lo tiene, pero, precisamente por lo bien que cumple en su faceta jugable, nos habría gustado que fuera más largo o que sus misiones principales no se repitieran tanto al cabo de la primera media hora de juego.
Recoge a una persona aquí y llévala allá, ahora hazlo en un tiempo, ahora igual pero matando antes a 300 enemigos, etcétera. Otro tanto ocurre con los objetivos secundarios que harán que ganemos todavía más dinero con los que comprar nuevos coches (13, entre los que se incluyen deportivos, camiones, un tanque…) diferentes en cuanto a blindaje, índice de aplastamiento y velocidad.
Es cierto y siempre lo será, que disparar un lanzallamas con el nitro de tu coche activado mientras tiras de freno de mano y ves saltar partes de cuerpos putrefactos es divertido, máxime cuando la historia está aderezada con personajes un tanto excéntricos que además nos harán alguna que otra referencia popular (Taxi Driver, por ejemplo), por lo que si sois de cine de clase B os lo pasaréis especialmente bien con este Zombie Driver.
Yo me lo atropello, yo me lo como
Y si su modo historia se os hace corto precisamente por haber estado pasando un buen rato, siempre podéis disputar una Carrera sangrienta, otra de sus modalidades donde, a lo largo de 36 eventos distintos, participar en alguna de sus 3 modalidades, como carrera, donde lo importante será llegar el primero (sí, se permiten armas), eliminatoria, en la que destruir y tratar de no ser destruidos, y resistencia, atravesando check points antes de que se agote el tiempo.
No se entiende que este modo y sus respectivos submodos solo puedan jugarse a un jugador, cuando piden a gritos el poder compartirse en multijugador. Otro tanto pasa con Carnicería, una especie de modo supervivencia donde, a lo largo de 9 arenas distintas, sobrevivir a oleadas de zombis de creciente número y dificultad. Una vez más, algo que haremos solos, aunque sí podremos compartir nuestra puntuación a través de su tabla de clasificación. Insuficiente a todas luces.
Por lo tanto, estamos ante un divertido arcade que lo que hace, lo hace bien, pero hay cosas que no hace, como variar en sus misiones, tanto principales como secundarias, ofrecer más diversidad en cuanto a diseño de enemigos y escenarios, o contar con un modo multijugador, esto último de manera inexplicable.
