30 años de Blizzard, y una celebración con nuevos anuncios (como el remaster de Diablo II) llegó. Pero no solo eso, sino también una colección de tres de los primeros títulos de la compañía en un lote especial que incluye las versiones de SNES, las de Genesis (32-bit en caso de Blackthorne) y una edición definitiva que mezcla lo mejor de las dos de cada juego y está a mayor resolución, además de nuevas traducciones (la versión que se recomienda jugar a no ser que la nostalgia se apodere de ti). Todo ello unido en la Colección Arcade de Blizzard, que además puede adquirirse junto a un lote de objetos para Overwatch y Diablo III.
Carreras rockeras
El primero del pack es Rock n’ Roll Racing, un título de carreras con la vista isométrica que se llevaba en la época para que el circuito estuviera visible entero y no “se generase” en nuestra cara. Incluye varias copas, varios pilotos y coches con distintos atributos y un sistema de potenciadores para saltar o atacar al estilo Mario Kart pero más bestias. Destaca especialmente por su música licenciada (con calidad CD en la mejor versión) de grupos como Judas Priest o Deep Purple, y por ofrecer multijugador para hasta 4 jugadores.
Una aventura de saltos del pasado
Blackthorne es un juego de aventuras y plataformas que bebe de lo visto en los originales Prince of Persia o Flashback. Manejamos a un héroe tipo rambo con arma bestia encima que debe saltar y eliminar enemigos a su paso, aunque el control dle mismo no es el que acostumbramos a ver ahora. Destaca especialmente en este que la versión de 32 bits y la definitive son muy distintas entre sí, especialmente en lo gráfico, por lo que quizás sea el título que más compensa tener en ediciones distintas.
Los vikingos de Blizzard
El más popular, Lost Vikings, nos pode en la piel de tres guerreros secuestrados por alienígenas que deben coordinar sus habilidades (por turnos o con mutlijugador cooperativo en la edición definitiva) para salir adelante y llevar a los tres a la meta de cada nivel. De esta manera, uno de ellos puede usar su escudo para repeler ataques o como plata forma extra, otro de ellos puede saltar, correr o embestir, y el último dispone de espada y arco. Quizás es el que mejor se mantiene a día de hoy, especialmente por su multijugador, además de por tener diálogos con humor y trampas muy interesantes.
Además de los juegos en sí, con sus mejoras, se añade la posibilidad de guardado automático, y la de ver un gameplay y apuntarse a la partida cuando queramos (menos en el título de carreras) para así no repetir el inicio si lo tenemos muy trillado o nos atascamos en las versiones retro. Todo ello viene acompañado además de varias entrevistas, galería musical y otro material de archivo que seguramente es lo más interesante para los más fanáticos de la compañía.
En esencia, la Colección Arcade de Blizzard es un buen pack, pero está muy orientado a los seguidores acérrimos por tener varias versiones (mucha gente irá solo a la definitiva) y por su material adicional. Además, es inevitable echar de menos la secuela de los vikingos o el primer Warcraft en esta colección, pero también es cierto que han sido muy fieles y respetuosos a sus orígenes.