Uno de los universos más ricos que existen en los juegos de miniaturas que existen es el creado por Games Workshop bajo el nombre de Warhammer (para los amantes de la fantasía clásica), y su posterior Warhammer 40.000 (para los seguidores de la ciencia ficción). Han sido varios los videojuegos que han aparecido sobre este universo, siendo el último de ellos Mechanicus, el título que nos ocupa y que nos invita no solo a jugar a un título de estrategia, sino a tomar decisiones con diferentes consecuencias.
Un vistazo al Imperio de Warhammer 40000
En este juego estamos al mando del Adeptus Mechanicus, la mejor tropa de élite de los Marines Espaciales del Imperio de la humanidad. Concretamente encarnamos a un tecnosacerdote de nombre Magos Dominus Faustinus, que tiene como misión liderar la exploración del recién descubierto planeta Silva Tenebris, con el fin de encontrar tecnología para aprovecharla para el bien del Imperio – o destruirla, por ser una muestra de herejía).
Esto nos lleva a visitar diferentes capítulos o misiones en los que hay salas que explorar y en las que nos esperan – o no – combates contra Necrones (una especie de máquinas no-muertos que se encontraban en letargo). Generalmente hemos de tomar decisiones al más puro estilo libro-juego en ciertos momentos que nos pueden llevar a explorar más o menos una zona, pero también con el consecuente riesgo de enfrentarse a más amenazas. En función de las decisiones que vayamos tomando cambiarán los enfrenamientos, las recompensas e incluso el desarrollo de la historia y los diferentes finales.
La presentación del mapa por el que nos movemos en cada misión es bastante simple y carece de muchos detalles, pero una vez entramos en cada sala el nivel de detalle aumenta y vemos escenarios con disposiciones que son muy representativas del juego de miniaturas. De hecho estamos ante un juego de batallas por turnos (el orden puede consultarse en la parte superior de la pantalla) en las que contamos con algunas acciones y un movimiento limitado, pero que podemos ampliar si disponemos de los puntos de conocimiento necesarios (los cuales hay que conseguir previamente).
Si te veo, te puedo disparar
Hay que medir muy bien por tanto las distancias a la que estamos de los enemigos que golpean cuerpo a cuerpo, cuándo nos interesa derrotarlos (pues muchos de ellos “reviven” pasados unos turnos) y también si queremos realizar acciones adicionales con puntos de conocimiento, como identificar las caracterísiticas del enemigo o para llamar a refuerzos para la lucha. Es un sistema al que cuesta algo hacerse al inicio y puede que sea algo lento, pero una vez conocemos bien los controles y las posibilidades, las batallas se hacen mucho más dinámicas.
Poco a poco se van desbloqueando nuevas armas para nuestras tropas y también Cánticos equipables que pueden cambiar totalmente el quehacer de un personaje en la batalla. En general existe una gran variedad de aspectos a controlar, pero sin llegar a ser demasiado tedioso, tanto en combate como en el menú de la nave, y el desarrollo jugable cambia mucho en función de los elementos que elijamos modificar.
La ambientación del juego, especialmente en el tema sonoro y musical. es bastante acertada para el universo en el que estamos, aunque algunos escenarios pecan de ser muy similares entre ellos y algo vacíos en ocasiones. Tecnicamente se nota que no tiene el listón muy alto, pero no se siente tampoco como algo con poco trabajo. Es más, el libro de arte digital (incluido como extra) nos muestra el nivel de detalle de algunos aspectos del juego.
Warhammer 40.000 Mechanicus es un juego de estrategia bueno, pero para que nos atrape de inicio a fin es necesario que seamos conocedores del universo en el que se basa, pues la gran cantidad de texto (con una muy buena traducción) que hay presente pueden echar para atrás a aquellos que no sepan bien de qué va todo esto. Además, la versión de Nintendo Switch cuenta de serie con el DLC Heretek, el cual añade una nueva trama y objetos equipables que aportan variedad al conjunto.
