Lanzar un juego y hacerlo destacar es muy complicado si no te conoce nadie como estudio y sin que te apoye un creador de contenido famoso. Por ello hay que usar un arte peculiar, un sistema de combate único o una narrativa que se venda como distinta. O bien valerte de internet, y de los memes que nos rodean, como es el caso de Turnip Boy commits Tax Evasion, una aventura al estilo de los Zelda clásicos que se basa en el meme de Yoshi como base de su premisa.
The Legend of Turnip Boy
Turnip Boy es un adorable vegetal acusado de evadir impuestos al alcalde Cebolla. Para evitar su multa abusiva y recuperar su honor, decide emprender una aventura en la que aparecerán todo tipo de personajes en un juego con muchas referencias a redes sociales y humor continuo pero no cargante, pero que no es para todos.
A nivel jugable estamos ante un action RPG con una cámara situada en el cielo, en el que contamos con una espada para atacar y otros ítems que tienen su utilidad para el combate, la exploración y la resolución de puzles. Una fórmula ya vista, pero ejecutada con simpatía y si bien con luchas no tan fluidas como las de su fuente de inspiración, sí que tiene objetos interesantes acompañados de un buen menú para cambiarlos rápidamente.
Recadero pero con gracia
Conforme avanza el viaje encontramos combates contra jefes y otros aspectos clásicos pero efectivos como la consecución de habilidades, además de muchas misiones en las que tenemos que coneguir el objeto que se nos pide o realizar otro tipo de tareas. El diseño de niveles es bueno, aunque su dificultad no es alta en la mayoría del trayecto, y si a pesar de ello es complicado, se incluyen varias opciones de accesibilidad que incluyen hasta la posibilidad de hacernos invulnerables. En ese sentido, puede ser un título del estilo genial para novatos.
A nivel gráfico nos encontramos un mundo pixelado pero con gracia, con detalles y con una buena gama de colores acompañados de un juego de sombras. Además, sus personajes tienen bastante carisma y eso se nota en su represntación (además de en sus diálogos). Los efectos de sonido son distintivos y funcionan bien, algo que también ocurre con la música, con personalidad pero quizás con menos variedad de la que nos gustaría.
Turnip Boy commits Tax Evasion sabe en lo que se inspira, pero no lo hace criminalmente y sabe ofrecer su propia personalidad, fortalecida por una narrativa interesante y muy amigable con la gente que está actualizada en internet. Sabe además ofrecer opciones más asequibles para los menos duchos, aunque podríamos haberle pedido algo más de dificultad y de duración (se puede pasar en 2 horas fácilmente).