Los juegos del género de los survival horror puros son como los años bisiestos, aparece uno cada cuatro año. Son tan escasos hoy en día que encontrarnos uno bueno nos alegra la existencia. Como nos ha pasado con Tormented Souls, que aparece en nuestras Nintendo Switch desde las sombras trayendo una buena dosis nostálgica del género, pues lejos de innovar rescata los elementos clásicos de su jugabilidad.
La mansión de los horrores
La historia de Tormented Souls comienza cuando nuestra protagonista recibe una misteriosa carta que contiene una foto de dos bebés gemelos y la invitan a visitar una mansión abandonada perdida sabe dios dónde. Nuestra protagonista no lo duda dos segundos y se lanza a la aventura, sin llegar a pensar que esta será la más terroríficas de sus decisiones. Para ir calentando motores en el análisis debemos avisar que la narrativa del juego es constantemente de esta guisa: atropellada, carente de desarrollo, sin contexto y cuanto más pienses en ella más ridícula parece. De esta forma, volvemos a meternos en una mansión abandonada en la que todo lo que se mueve en su interior parece estar más muerto que vivo. Recorremos sus pasillos, nos metemos en sus habitaciones con las más variopintas decoraciones, enfrentándonos o huyendo de sus monstruos, recogiendo objetos con los que resolver puzles en otras estancias con ese backtracking que nos encanta.
Es tal el afán de Tormented Souls de recuperar la experiencia de antaño dentro del género que se atreve a recuperar varias de las mecánicas y elementos de la jugabilidad que pensábamos que estaban más que superadas. Tales como un sistema de cámaras fijas nada versátiles, un inventario que nos permite configurar y hacer combinaciones aparte o el mitológico sistema de guardado a través de máquinas de escribir. Esta jugabilidad tan nostálgica también se traslada al sistema de combate, pero en este caso nos apena decir que no se ha conseguido recuperar la esencia. Vale que rescaten el sistema de apuntado tipo tanque, pero reboza a simplicidad y a falta de emoción. Se reduce a equiparse con el arma que toque en el momento y apretar el botón de disparo en la dirección deseada. No hay diferencia entre armas, no hay estrategia, no hay atractivo.
Terrorífico decorado
El apartado gráfico de Tormented Souls nos da una de cal y otra de arena. El juego nos presenta unos escenarios muy bien diseñados y llenos de detalles que saben darnos esa atmósfera opresiva y esa inquietud por explorarlo todo tan gratificantes. Al mismo tiempo que nos pone a unos personajes con un diseño pobre, con unas animaciones todavía aún más pobres sacadas casi de hace 4 generaciones. Por otro lado, la versión de Switch ha perdido por el camino algunas texturas y los efectos de iluminación. Lo que sí que no entendemos son los tiempos de carga al recoger objetos del escenario. En cuanto a la música, esta pasa bastante desapercibida, salvo por los efectos de sonidos conformados por chillidos y sonidos en la oscuridad capaces de ponernos los pelos de punta. En total el juego nos puede ofrecer entre 8 y 10 horas de juegos dependiendo de nuestra habilidad para resolver los puzles y que no tengamos que repetir muchos tramos entre muerte y muerte.
Tormented Souls es un juego de luces y sombras. Un juego con componentes anticuados pero también un juego con mucha nostalgia, que nos devuelve recuerdos felices de las experiencias pasadas dentro de los survival horros. Un pequeño oasis del género entre tanto desierto que, si bien nos puede parecer agua estancada, nos dará una terrorífica diversión.