¿Quién no ha crecido con Wally y sus libros donde además de buscarle a él debíamos hacer lo propio con sus amigos y otros personajes? Pues eso y mucho más es lo que quiere que hagamos Hidden in my Paradise, un título sin complicaciones ideal para cualquier momento del día.
A buscar cosas cuquis
Si gustáis de este tipo de juegos tan populares en los últimos años conoceréis la serie Hidden Trough Time. Si es así, lo que tenemos entre manos viene a ser eso mismo pero con una apariencia mucho más mona y apastelada que cautivará a un público diferente. Porque lo cierto es que sus colores, personajes adorables y esa búsqueda de elementos sin prisas de ningún tipo es una combinación irresistible que garantiza un buen rollo constante.
Hidden in my Paradise va de buscar una serie de objetos concretos en cada uno de sus niveles moviendo un cursor por la pantalla para tocarlos. Además, al pasarlo por ciertos objetos estos desvelan su interior, como las casas, o se tornan transparentes, como los árboles, desvelando posibles objetos ocultos en su interior o tras ellos. Un ejercicio de paciencia en escenarios cada vez más amplios y detallados donde el zoom que gestionamos jugará un papel crucial para el éxito.
Ideal para los más jóvenes y aventurarse en un juego que sirve como pasatiempo ideal en cualquier momento y lugar gracias a la portabilidad de la híbrida.
Al mismo tiempo cada nivel incluye unas hadas ocultas tras unos brillos violáceos y unas escenas que debemos reproducir con la cámara de fotos. Esto se traduce en ver la imagen de referencia y reubicar ciertos elementos para que todo quede como en dicha imagen. Algún problemita hemos tendido con esto ya que ciertas interacciones requieren una precisión muy mejorable, como cuando tuvimos que colocar un libro sobre el asiento de un sofá y no dábamos con el punto exacto para poder hacerlo.
Al ir completando estas misiones podremos acceder a nuevos niveles de diferentes ambientaciones pero siempre bajo la misma estructura, algo perfecto para jugadores sin pretensiones pero sin evolución para otros muchos. Precisamente por esto Hidden in my Paradise ofrece una alternativa tan interesante como crear nuestros propios “¿Dónde está a Wally?” para, a su vez, poder compartirlo con jugadores de todo el mundo queriendo esforzarnos cada vez más con escenas cada vez más complejas.
Hay decenas de mapas para descargar… y eso solo puede ir en aumento.
Un escondite mundial
Para no ofrecer todas sus cartas de una sentada, Hidden in my Paradise tiene una tienda donde adquirir diferentes objetos de atrezo para que nuestra obra cada vez sea más completa. Sólo echamos una cosa en falta y es no poder cambiar de escenario en plena edición. Algo así como lo que hacíamos en Super Mario Maker 2 modificando su apariencia al vuelo. Una característica que daría mucha más flexibilidad, sobretodo para los jóvenes, viendo qué estética le siente mejor a nuestro camping, bosque o lo que decidamos hacer.
La gracia del asunto es que, igual que nosotros podemos crear y compartir, el resto de jugadores pueden hacer lo propio generando un ecosistema de creaciones realmente interesantes. Basta con buscar y seleccionar la que más nos guste para descargarla y también valorarla, haciendo que aquellas con más estrellas capten nuestra atención en primera instancia. Y claro, es algo que nosotros también queremos para nuestras ediciones. Conseguir las ansiadas cinco estrellas del público.
Ogre Pixel nos deja un juego que sin aportar nada nuevo lo hace todo bien. Igual que en Lonesome Village o A Tiny Sticker Tale tenemos buenos productos sobre la mesa que sin destacar dejarán contentos a los que los prueben. Ah, porque personalizar el aspecto de los mapas con filtros, incluyendo uno que emula a nuestra querida Game Boy aunque sin convencer, no se ve todos los días. Y si diera uso de la pantalla táctil ganaría enteros.
Hay filtros de imagen de todo tipo sumado al cambio de ciclo del día.
Versión analizada 1.0.9.
