El mundo de los videojuegos es gigante, y eso que muchos juegos están limitados a ciertas regiones y sistemas. Ese es el caso de Fable of Fairy Stones, que tras su paso por móvil llega a Nintendo Switch para ofrecernos en formato consola su aventura de más de ocho horas que cualquier fan de los Zeldalike apreciará. Eso sí, llega solo con los textos en inglés, y avisamos que no tiene nada que ver con aquel 3D Dot Game Heroes de From Software por mucho que haya cierto parecido.
Fable of Fairy Stones da el salto desde móvil
La tierra de Middengeard está sumiéndose en el caos, por lo que toca recuperar la paz encontrando las piedras del hada que le dan nombre al juego. Nuestro personaje, hecho a base de cubos como ocurre con todos los elementos del mundo, se dispone a partir en una misión en una historia que queda en un segundo plano la mayoría del tiempo.
La jugabilidad es la propia de un Action RPG en el que tenemos cuidades con tiendas y otros lugares de interés, y un mundo exterior en el que nos acechan enemigos de distinto tipo, nos movemos haciendo uso de diferentes habilidades, y encontramos mazmorras con puzles a resolver. Todo ello acompañado de cofres que encontrar y muchas piezas de equipamiento generado procedimentalmente para no solo cambiar la apariencia de nuestro monigote, sino también para subir atributos.
La vista es generalmente desde arriba, aunque en los combates podemos usar un “Z-Target” para así enfocarnos a un enemigo, lo cual acerca la vista a un clásico juego de acción 3D. El control es el clásico basado en habilidades, esquiva y ataque, aunque lo especial que tenemos es que podemos cambiar entre configuraciones de equipamiento que guardemos para así adaptarnos al combate como mejor nos venga.
De cubos va la cosa
Estando ante un juego que es de móvil, su interfaz a veces se sienta muy básica. Eso también ocurre con algunos diálogos y secciones, más cercanas a interacciones de RPG de hace varias décadas que a lo que solemos ver actualmente. Hay gente que lo prefiere, pero para otros es un sistema que le quita personalidad al mundo y a sus habitantes. Sus puzles no sorprenden, al ser los clásicos de bloques e interruptores, y su combate, si no optamos por ir cambiando y probando armas, pierde también gancho con el tiempo.
Su formato está muy pensado para partidas cortas, y su duración, cercana a las 10 horas, no resulta muy elevada. Eso sí, en ese tiempo vamos a tener una mezcla de sensaciones, porque por un lado tiene cierto factor adictivo que nos invita a seguir más, pero por otro se nota a veces vacío y falto de carisma por su interfaz y diálogos.
Con una música muy marchosa, animada y cañera (en ciertos combates) y unos efectos de sonido que acompañan bien, no podemos ponerle pegas al apartado sonoro, salvo cuando algunos enemigos repiten mucho algunos ataques y resulta molesto. En lo gráfico, encontramos algo resultón, pero que a veces resulta sencillo al haber repetición de elementos o pequeños pasillos sin nada decorativo.
Fable of the Fairy Stones es un juego sólido, pero al que se le nota demasiado su origen, siendo una experiencia que en consola no luce tan bien, a pesar de que la conversión a nivel de rendimiento es más que decente. Una aventura que quizás no sea para recordar, pero que sabe complacer al que sabe a lo que viene.
Versión del juego analizada: Nintendo Switch (1.0.0)
