¿Os gustaría regresar a la década de los 90 donde los juegos de lucha eran los reyes? Precisamente es lo que busca Blazing Strike, algo arriesgado con la enorme competencia que el género está recibiendo en los últimos años pero que sin duda, con su estilo visual, puede conseguir. Get Ready?
FIGHT!
Sin lugar a dudas contar con un nuevo exponente de aspecto gráfico pixelado es un buen comienzo para que a los más viejunos del lugar se nos remueva algo en nuestro interior. Ese feeling directamente relacionado a echar unas monedas para probar el nuevo juego de turno en bares o salones recreativos es inevitable y más cuando Blazing Strike cuenta con unos personajes tan grandes en pantalla y una paleta de colores limitada como antaño. Además por defecto muestra un filtro de imagen que le sienta como un guante, incluyendo otros opcionales, deseando que nuestro primer combate comience.
Y lo hace sin ningún tipo de explicaciones. No sabemos qué botones utilizar ni para qué sirven las múltiples barras adicionales a la vitalidad que hay en pantalla. Un comienzo algo extraño que poco a poco desvelamos a la fuerza. El juego cuenta con cuatro botones de ataque, con puñetazos y patadas rápidos además de los fuertes. Con ellos y la acciones del stick típicas hacemos los ataques particulares de cada uno de los 14 personajes disponibles. Una de las barras nos permite lanzar un ataque más potente, aunque visualmente no lo parezca, y la superior sirve de Stamina.
Su feeling nos lleva directamente a los bares o salones recreativos para echar unas monedas y probar el nuevo juego de turno
Esta barra precisamente es la más importante de Blazing Strike permitiendo acelerar nuestro movimiento para atacar o esquivar de forma más agresiva así como potenciar la secuencia de combos de ataques básicos. También se consume muy rápido penalizando al luchador con unos instantes de inmovilidad instándonos a mover el stick de izquierda a derecha para poder volver en sí. Algo que no recordamos haber visto en el género y que nos hace ir con cuidado si no queremos quedarnos totalmente “vendidos” y recibir golpes sin discreción.
No es lo único que puede ocurrirnos ya que cada escenario posee un elemento que interfiere en el combate. En la obra una grúa cae eventualmente para dañar a los personajes, un tornado en el desierto limita la movilidad y los presos en la cárcel inmovilizan a aquel que se acerque a los límites del escenario. No es algo que siempre pueda controlarse y para más inri puede cambiar las tornas de un combate que tuvieras controlado. No es decisivo pero afecta a esa pureza del combate 1 vs 1 que no será del agrado de todos.
El modo historia es totalmente olvidable.
A medio gas
En lo visual, sin contar con unas animaciones tan fluidas como nos gustaría, sabe ser resultón: buenos sprites, público en los escenarios, gran diversidad de personajes y, en definitiva, un distintivo apartado gráfico que tiene el carisma necesario para captar nuestra atención. Pero todo esto se queda en tierra de nadie con un sistema de combate que no ofrece demasiada profundidad y que, jugando, no llega a transmitir la contundencia que debe por un apartado sonoro mediocre.
Los temas son totalmente olvidables y los enlatados efectos de golpes no ayudan a la satisfacción de golpear al rival. Asimismo echamos en falta algunas voces sintetizadas para acompañar a ataques o daños… y cuando las hay se antojan inteligibles por su compresión. Pero lo importante para un juego de lucha actual es vivir del online, algo que aquí tenemos y además con Rollback, ya que es complicado asentarse en el mercado con tantos competidores. Lamentablemente sin amigos con el juego es tarea imposible encontrar partida para saber si es un digno contendiente en lo competitivo.
El modo Arcade nos felicita con un “congratulations” genérico dejando todo el peso a su modo online.
Debido a esto no queda otra que destinar nuestras horas a entrenar (con sus hitboxes y todo), o enfrentarnos a los clásicos modos Arcade e Historia. Por su parte el clásico duelo Arcade nos enfrenta a parte de la plantilla pero sin tener noción alguna de cuantos combates lo componen para al final no obtener más que un “congratulations” genérico sin ningún tipo de final particular para los luchadores. Algo que esperamos lo subsane el modo restante, el Historia, para ver qué se cuece entre los luchadores de Blazing Strike…
Pero las esperanzas se rompen demasiado pronto. El ritmo no puede ser más lento viendo como unos textos enanos se muestran sobre un contenedor gigante que ocupa parte de la pantalla. Un par de luchadores hablan entre ellos a velocidad tortuga para, con suerte, dar paso a unas viñetas a lo cómic pixeladas…hasta en algún momento llegar al combate de turno. No cuenta nada interesante y tampoco podemos guardar partida si nos aburrimos de leer un texto poco interesante. Algo que resume muy bien lo que el juego de RareBreed Make Games quería ser y no ha llegado a cumplir.
El modo online decidirá por completo el futuro del juego.
Versión del juego analizada: 1.0.2
