Llega a nuestras Nintendo Switch el videjuego independiente Ash of Gods: Redemption, un título que viene a darle continuidad a la estela que dejaron juegos como la trilogía The Banner Saga, en donde la mezcla de narración y estrategia se daban la mano de forma excepcional. Las influencias son claras en un juego que no parece encontrar su camino y se mantiene como un tributo a aquellas obras. ¿Será suficiente o tendrá sus propias cualidades que le den valor a la obra?
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La ira de los dioses
Ash of Gods es una novela gráfica con combates tácticos por turnos. En el juego encarnamos a un trío de protagonistas en plena época medieval, en donde a lo largo de los capítulos que componen el juego sus historias se van a entrecruzar, en su lucha contra la amenaza de los Siega, criaturas divinas que amenazan la vida humana.
Cuando nos ponemos a los mandos de Ash of Gods con la predisposición de sumergirnos directamente en los combates estratégicos, tenemos que estar concienciados de que dichos combates no son su principal base jugable ni el motor que empuja la aventura hacia delante. Se trata de un juego con una alta carga de texto y narrativa. Y si usamos el término carga es porque los diálogos suponen la principal propuesta de Ash of Gods.
No vamos a entrar en si la historia que nos quieren contar en Ash of Gods es buena o mala, pues pensamos que eso es algo subjetivo y va ligado más a los gustos personales, pero a nosotros nos ha gustado. No así, debemos avisar de que se trata de una historia que se toma su tiempo en desarrollarse, que en ocasiones puede emplear más tiempo del deseado en tratar temas livianos o superficiales, haciendo que el ritmo de la aventura tropiece a menudo. También podemos intervenir en el devenir de la propia historia, pues frecuentemente nos dan a elegir entre varias respuestas para contestar. Aun así, da la sensación de que nuestras respuestas modifican o aportan poco a la historia.
Piensa cada movimiento
Ya hablando sobre los combates, estos se desarrollan por turnos sobre escenarios de pequeño tamaño y dividido en cuadrículas. Cada uno de los personajes, tanto protagonistas como enemigos, cuando con una barra de vida y una segunda barra de energía. En cada turno podemos desplazarnos por todo el escenario, pudiendo diferenciarse dos espacios: zona azul y zona naranja. La zona azul representa nuestro rano de movimientos normal, por el que podemos movernos sin problemas. En cambio, por las casillas naranjas también podemos desplazarnos, pero ello supone gastar nuestra barra de energía.
A la hora de atacar, nuestros ataques también poseen dos modalidades, pudiendo arrebatar vida o energía a nuestros enemigos. De esta forma, estas dos barras suponen el eje central de los combates y el factor diferenciador con otros títulos del género. Además, da lugar a múltiples estrategias, pues agotar la energía de nuestros enemigos supones que su poder ofensivo se reduzca drásticamente. La mayoría de casos nos encontramos en desventaja numérica, pero estas situaciones se resuelven haciendo uso de las habilidades especiales de nuestros personajes, los cuales consumen mucha energía.
Aún así, el combate no es del todo satisfactorio ni está tan bien planteado como nos hubiese gustado. Para empezar, la relación ataques/consumo de energía está bastante descompensada, pues algunos de nuestros ataques llegan a consumir bastante energía, pudiendo dejarnos vendidos en varias ocasiones. Por otro lado, ese sistema de penalización no es tan agudo para nuestros enemigos, creando una desventaja tanto en número de enemigos como en daño recibido. Pero lo que menos nos ha gustado es lo poco intuitivo que se hace jugar con stick y botones, resultando más fluido utilizar la pantalla táctil para seleccionar nuestros comandos.
El apartado artístico de Ash of Gods es uno de los puntos fuertes del juego. Sin embargo, la generación de los diálogos mediante cuadros de textos y la sucesión de imágenes estáticas restan virtuosidad a una obra que podría haber alcanzado cotas sobresalientes en este apartado. Aún así, entendemos que un trabajo de tal magnitud no está al alcance de estudios pequeños. El apartado sonoro se compone de algunas melodías de gran interés, pero por lo general pasa bastante desapercibido y puede llegar a ser algo soso. La duración nos puede brindar alrededor de 20 horas al presentar una historia que no escatima en contar detalles.
Ash of Gods: Redemption es un título recomendado por su arte y por su elaborada historia, la cual no siempre tiene el mejor de los ritmos. Sin duda, se podría definir como un título que hace varias cosas interesantes, pero no llega a destacar en ninguna. Recomendado más para los amantes de las novelas gráficas que para aquellos que busquen un juego de estrategia. El mejor baremo para saber si Ash of Gods: Redemption puede ser un juego que se adapte a lo que buscas es compararlo con la trilogía The Banner Saga. Si te gustó aquel es muy posible que también te guste este. Si no, no.
