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Análisis de Scott Pilgrim vs. The World: The Game – Complete Edition

En 2010, cuando el mercado digital no era ni la sombra de lo que es ahora, el juego de Scott Pilgrim se convirtió por méritos propios en el favorito de muchos jugadores, incluso de los primeros que obtenían en este formato. 4 años después e imaginamos que por temas de licencias, Scott Pilgrim vs. The World: The Game desapareció de las tiendas digitales de golpe y porrazo y nunca más supimos de él, hasta ahora, cuando ha sido relanzado con todos sus DLC en una edición completa y que promete rellenar el vacío que dejó hace ya más de un lustro.

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Scott Pilgrim es un cómic que bebe mucho de los videojuegos, una película que también bebe mucho de los videojuegos y el cómic y, como no podía ser de otra forma, un videojuego que bebe del mundo del cómic, del cine y del de los propios videojuegos. Porque si algo es Scott Pilgrim vs. The World: The Game, además de un buen beat ‘em up y una bonita historia de amor, es una oda a estos medios visuales y audiovisuales con decenas de referencias las cuales, al contrario de lo que suele pasar, están tan bien integradas que forman parte de prácticamente todo.

Pero empecemos por saber algo más de su historia, la cual conoceréis mejor quienes os hayáis leído los cómics y que aquí, por desgracia, se dejará totalmente de lado, ni siquiera poniéndonos en antecedentes al empezar la partida. Sí, sabes que tienes que acabar con los 7 exnovios de Ramona y ya. Nada de lo que rodea al noviazgo y sobre todo nada de lo que rodea a las amistades de Scott. Por poner un ejemplo, al final del primer nivel veremos a dos chicos besándose entre el público y, si solo has jugado al videojuego, ni siquiera te llamará la atención porque claro, tú no sabes quiénes son. Una falta de contextualización que hace que Scott Pilgrim vs. The World: The Game sea un producto para fans aunque, al final, pueda jugarlo todo el mundo. Todos disfrutaremos de su modo de juego a lo River City Ransom, posiblemente el título al que más se parezca por lo cerca que hay que estar de los enemigos o lo contundente de sus golpes, incluso reconoceremos detalles sacados de Street Fighter, Super Mario Bros., Sonic, Mega Man y muchos juegos más, pero quienes más lo valorarán serán los fans del personaje al que dio vida en la gran pantalla el actor Michael Cera.

Saliendo ya de las múltiples alusiones a otros medios que pueda tener y centrándonos en lo meramente jugable, a Scott Pilgrim vs. The World le ocurre algo, y es que no tiene en absoluto bien medida la dificultad. Podemos elegir 3 niveles de la misma, pero ni siquiera en el más bajo os libraréis de morir, aunque tendréis varias vidas y la posibilidad de no gastar ninguna de ellas si habéis guardado los puntos de ataque especial, una de las características más originales del juego. Esta, y cómo se combate, mejor en compañía. De hecho, está pensado para jugarse en multijugador, también online, sí o sí. Hasta 4 participantes podrán así dar sus golpes a muy corta distancia, coger los múltiples objetos repartidos por el suelo con los que podremos golpear o lanzarlos y pasarse los enemigos unos a otros en un baño de puñetazos y patadas. Jugar solo hace que esto último resulte imposible así como revivirnos entre compañeros (con una cuenta atrás), y no se ha ajustado el número de enemigos ni su comportamiento cuando decidimos echar una partida de forma individual. Pasaba hace una década y seguimos con lo mismo.

Scott Pilgrim vs. The World: The Game – Complete Edition es, como su nombre indica, una versión completa del juego que ya conocíamos. Trae el contenido adicional de base (en el original el online vino aparte, por ejemplo, y varios personajes), pero nada más. Es decir, es el mismo juego exactamente. No se ha limado nada ni se ha añadido nada, y con las expectación que ha levantado lo habríamos agradecido, aunque fuera en forma de galería o similar.

De cualquier modo, el Scott Pilgrim que salió en 2010, más su DLC, ya tenía contenido de sobra. Es un juego medianamente largo para su género, aunque podéis pasarlo en un día dándoos mucha caña, a lo que hay que sumar que cuanto más se disfruta es cuanto más se avanza. Como si de un RPG se tratara, aquí iremos ganando habilidades según superemos fases y lleguemos a determinadas puntuaciones y también nos equiparemos con aperitivos que harán nuestra vida (algo) más fácil. Al principio echaremos pestes por no poder sino esperar a que los malos se levanten para volver a zurrarles, pero un poco después ganaremos en movilidad y acciones y disfrutaremos más cada minuto, lo que hará que rejuguemos la aventura de principio a fin. Además, cada personaje sube de nivel de manera individual, así que os llevará un buen rato convertirlos a todos en máquinas de pelear. Esto, unido al resto de modos de juego, como balón prisionero, boss rush…, hacen que tengamos juego para rato. Estos modos extra desgraciadamente solo pueden jugarse de manera local, no como la historia, que permite hacerlo en línea, además invitando a los amigos que deseemos de una manera pocas veces vista en Switch. 

Donde no se nota que ha pasado más de una década es en el apartado artístico y visual. El píxel no pasa de moda, y si está tan cuidado como aquí, menos. Los personajes son bien grandes y sobre todo están animados deliciosamente; ellos y los NPC que veremos a lo largo de las calles que recorreremos así como los enemigos. Ocurre lo mismo con los fondos y todo lo que os podáis imaginar, incluidos iconos como el tanque de energía de Mega Man que aquí es un aperitivo que podremos comprar (con otro nombre, claro). Y Scott Pilgrim vs. The World: The Game no sería nada sin su música. El grupo Anamanaguchi creó una banda sonora chiptune, o chiprock, para el recuerdo y aquí permanece inalterada, e incluso forma parte de dos de las ediciones físicas que Limited Run distribuye. Una vez más, no nos habría importado contar con ella como extra de esta Complete Edition aunque fuera como bonus digital.

Scott Pilgrim vs. The World: The Game – Complete Edition es, básicamente, una nueva oportunidad para quienes no pudieron hacerse con este beat ‘em up en su día. Un juego entretenido y original en su planteamiento, así como uno de los abanderados del formato digital en consolas. Puede que hoy quede por detrás de otros exponentes de un género que siempre tiene alguna racha en la que parece que vuelve, pero eso no lo hace menos divertido. Eso sí, es difícil, muy difícil, sobre todo por no estar bien medido y presentar unos picos mal ajustados. Jugarlo solo tampoco es la mejor de las decisiones ya que a todas luces está pensado para disfrutarlo en compañía.

Si jugarlo hace que te intereses por el cómic, mejor que mejor.

Resumen
Igual de divertido que antaño, aunque ahora tiene algo más de competencia. Sus referencias siguen igual de frescas, reconocibles y bien integradas. Visualmente sigue pareciendo chulísimo y su banda sonora es sublime. Tiene unos picos de dificultad demasiado altos incluso en el nivel más bajo. Demasiado pensado para disfrutarlo acompañado. El online no ha alcanzado a todos los modos de juego.
7.5
Bueno
Escrito por
Señor Bichos para ti.

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