Tras Psikyo Shooting Stars Alpha, juego al que le dedicamos un análisis hace tan solo unos días, llega Psikyo Shooting Stars Bravo, segunda y por ahora última entrega de este recopilatorio de juegos de la desaparecida compañía Psikyo trayendo unos juegos más folclóricos y coloridos que su contraparte.
Samuráis voladores
Al contrario que en Alpha, donde la gran mayoría de juegos eran mucho más “realistas” al menos en cuanto a ambientación se refiere, en Bravo nos encontramos con 6 juegos de corte fantástico pero que, salvo uno, comparten el gusto por los disparos ya sea de forma vertical u horizontal.
No nos engañemos, Psikyo y sus juegos son míticos, pero todos ellos estaban hechos siguiendo un mismo patrón y, como diríamos ahora, cambiando la skin, por lo que si ya tenéis el anterior recopilatorio, este solo os interesará por nostalgia, claro que Alpha también es recomendable mayormente por lo mismo.
Aquí, como en el otro, volvemos a darnos de bruces con una colección pequeña de 6 juegos arcade y cortos, aunque muy rejugables, todos ellos incluidos en un juego con nulos extras e incentivos para coleccionistas más allá de agrupar estas pequeñas joyas de los salones recreativos. Bueno, su edición limitada sí tiene algo de esto y en físico, pero en digital y en físico normal vienen pelados, pelados.
Podremos tocar parámetros como número de vidas por crédito, número de créditos, dificultad, poner o no el filtro CRT, o jugar en modo TATE (con la Switch en portátil en vertical) a los juegos que así lo permitan (lo mejor), pero poco más. Al menos todo funciona a las mil maravillas, contamos con pixel perfect y gracias a la versatilidad que dan los Joy-Con el multijugador, siempre offline, es tan sencillo como pasarle a nuestro amigo un mando y que dé al start.
Los juegos
Psikyo Shooting Stars Bravo ofrece 6 juegos que podríamos dividir en dos bloques: el bloque Samurai Aces y el bloque Gunbird.
Así, en el bloque Samurai Aces tenemos al propio Samurai Aces, muy parecido a Strikers 1945 en manejo y jugabilidad pero ambientado en el Japón feudal y con una historia muy de ficción detrás que no será, como en todos estos juegos, sino un hilo o una excusa para seguir avanzando. Aun así, es hasta bonita y varía según con qué piloto juguemos, porque aquí, y es el único de todo Bravo, hay aviones de combate, lo que choca, pero para nada mal, con los enemigos sacados del folclore japonés, salvo esa suerte de Gundam que harán las veces de jefes finales.
Le siguen Samurai Aces II y III, como es obvio. La segunda parte se conoce en Occidente como Tengai y es lógico esta variación de denominación dado que supuso un gran cambio en la fórmula e incluso introdujo nuevos personajes. Ahora la jugabilidad es en scroll lateral y bajamos de nuestros aviones para ser nosotros mismos los que surquemos los cielos. Mantiene eso sí los ataques y potenciadores de la primera parte y resulta mucho mejor juego que el fallido Sol Divine del anterior recopilatorio. La tercera parte es muy similar en lo jugable pero en su día sorprendió a propios y extraños al utilizar fondos en tres dimensiones, lo que propiciaba unos, para la época, espectaculares travellings. Ahora es un 3D que se queda corto, pero sigue teniendo su encanto.
Llegamos así al bloque Gunbird. El propio Gunbird, el primero, es posiblemente uno de los juegos más originales y divertidos de la vieja Psikyo, aunque, una vez más, recuerda a Strikers 1945 y por consiguiente al primer Samurai Aces. Volvemos a la vista vertical, pero ahora la historia y la ambientación giran en torno a la magia en un fantástico medievo. Personajes carismáticos y color, mucho color, para uno de los juegos más memorables de la colección.
Su secuela, Gunbird 2, es todavía mejor en casi todos los aspectos, especialmente visual y musicalmente, solo que esta vez la acción se traslada al salvaje Oeste.
Por su parte, Gunbarich, que también se juega en vertical y por lo tanto podemos poner en modo TATE, es un spin off que cambia por completo la jugabilidad pasando a ser un título de romper ladrillos con una bola al más puro estilo Alleyway de Game Boy. Tiene potenciadores y el estilo artístico de los Gunbird pero con cierto grado de deformidad caricaturesca. Nada mal para reducir un poco el ritmo de vez en cuando, que tanta acción puede llegar a saturar.
Como vemos y como pasaba también en Psikyo Shooting Stars Alpha, un buen compendio de shooters clásicos a un precio algo elevado teniendo en cuenta que son 6 juegos con bastantes años a sus espaldas y con prácticamente ninguna mejora en el paquete. La ausencia de extras como la historia de la compañía o bocetos de los juegos es un lastre que no podemos pasar por alto, además de la ausencia de modo en línea o del propio hecho de que sea un recopilatorio partido en dos.