Conocer culturas es algo que los videojuegos indies nos han permitido hacer en los últimos años con títulos como Never Alone o Raji. El último en unirse a esta lista es Skabma – Snowfall, un juego que pone el foco en la cultura nórdica de los Sami a través de una peregrinación para salvar el mundo gracias al poder de los espíritus. Un viaje que dura unas cinco o seis horas (si no vamos al 100%) y del que os adelantamos una cosa: jugadlo en una plataforma distinta a Nintendo Switch si tenéis la oportunidad.
La misión de los ancestros
En este juego encarnamos a Áilu, un joven Sami que tiene que cuidar del rebaño de su tío. Sin embargo, en un momento se queda dormido y uno de los ciervos se escapa. Para no llevarse un brutal castigo, decide buscar al animal, pero la travesía no es la que espera y los espíritus guardianes quieren convertirlo en un sanador Noaidis para poder salvar a su pueblo. Así que estamos ante una historia de redención, demostrar la valía y de paso poder conocer muchos detalles de una cultura muy poco conocida por una gran parte del mundo.
Todo esto se traduce en una aventura 3D en la que podemos saltar e interactuar con objetos, usar un tambor especial que nos permite realizar varia acciones y obtener habilidades a lo metroidvania para poder acceder a nuevos lugares. La cámara nos permite diferentes focos tanto laterales como de distancia y eso se agradece, por lo que cada uno va a poder adaptar este viaje a su manera preferida de ver un juego en tercera persona.
Existe además una representación bien llevada de personajes y elementos con los que interactuar para observarlos. Podemos utilizar una guía del juego para marcar los puntos de interés, aunque el propio Skabma nos recomienda no hacerlo y que premie la exploración (aunque personalmente sí recomendamos que los uséis). En general podemos decir que casi siempre cumple con lo que se espera de él, aunque algunos saltos no son como nos gustarían y fallarlos además puede que nos haga tener que repetir una sección entera de plataformas.
Tamboreando en Skabma
Por lo tanto, está claro que el valor real de esta aventura es su poder didáctico y quizás su apartado artístico (algo que veremos a continuación). Los controles responden bien durante la mayor parte del juego, aunque es necesario hacerse a los saltos y al uso de las diferentes habilidades. Si buscamos una aventura que destaque por una jugabilidad medida y exquisita, como Vernal Edge, aquí no la vamos a encontrar, siendo este apartado algo más sencillo de lo que mucha gente buscaría.
Llegamos a lo técnico y artístico. Encontramos un mundo que refleja la realidad de la cultura Sami con escenarios similares a los que hay en la vida real y bastante bonitos, pero eso tiene un problema al pasarse a un juego, especialmente si no hay mapa (sí que hay la opción de activar un camino a seguir en algunos momentos). Algunos escenarios son muy oscuros o similares entre sí, por lo que podemos desorientarnos, especialmente si pasa tiempo entre una sesión de juego y otra. Por su parte, el apartado sonoro brilla por las voces en su lengua original (hay subtítulos en castellano) y por los efectos de sonido, aunque la música también cumple lo mínimo que se espera de ella. Lo que no cumple es la versión de Switch, con texturas borrosas, cargas de zona lentas (a veces vemos “cargando…” en, por ejemplo, la salida de una cueva y tenemos que esperar a poder atravesarla) y en general, un aspecto que desmerece mucho el visto en otras plataformas.
Skabma – Snowfall es un juego interesante por lo que nos quiere contar, aunque a nivel jugable no sea una aventura que destaque demasiado entre la multitud pese a cumplir con lo que se espera de ella. Con algunos ajustes el conjunto se notaría más completo, pero de momento lo que no está a la altura es el port de Nintendo Switch (aunque hay trabajo en camino para actualizarlo).
Versión del juego analizada: 1.0.2
