Hace unos días salió a la venta Vampire Survivors: Ode to Castlevania, la nueva expansión de uno de los indies más populares de los últimos años, incluyendo una enorme cantidad de contenido proveniente de una de las sagas más míticas del panorama de videojuegos japonés y que es, en gran medida, la inspiración de la ambientación del propio Vampire Survivors. No hemos tenido análisis del juego base en Revogamers, así que vamos a convertir este en un dos en uno, mencionando el original y la expansión.
¿Pero ya son las 3 de la mañana?
Vampire Survivors es un título roguelike, arcade o como queráis llamarlo, que funciona por runs o partidas. Es decir, tú te echas una partida y esta se acaba cuando mueres o cuando llegas al límite de tiempo de 30 minutos (a no ser que se active una opción desbloqueable llamada eternidad). El objetivo es sencillo, y se basa en simplemente movernos mientras atacamos de manera automática (con un patrón que varía según las armas equipadas) a hordas de enemigos que vienen de diferentes puntos de un mapa. Existen diferentes mapas y cada uno de ellos tiene su recorrido, objetos especiales y tipos de enemigos, por lo que lo ideal es ir probándolos secuencialmente como el propio título plantea (solo se desbloquea el siguiente al cumplir ciertos requisitos del anterior).
Y la jugabilidad tan básica de moverse, ¿cómo crea un éxito jugable? Pues para responder a esa pregunta tenemos que mirar las armas, las pasivas y el nivel. Con cada enemigo que derrotamos, aparecen una gemas y, si conseguimos varias, subimos de nivel. Subir de nivel nos ofrece 3 o 4 posibilidades de escoger una nueva arma o habilidad pasiva (o subir de nivel alguna de las que tenemos equipadas), de manera que cada vez somos más destructivos, tenemos mayor defensa, atraemos con más fuerza las gemas o decidimos aumentar el número de enemigos. Además, existe el dinero, y este se mantiene para siempre incluso al acabar una partida, y con él podemos adquirir mejoras permanentes (que si no nos gustan o queremos un reto diferente podemos desactivar) y comprar los personajes que hayamos desbloqueado.
Cada arma tiene además sinergias con otras o algunas pasivas, e incluso evolucionan si tenemos equipada cierta combinación. Y además aparecen cofres con muchas luces que también nos dan mejoras en nuestras habilidades, o cartas del tarot (que aportan cambios o mejoras en cada partida). Al inicio puede que todo nos parezca lento y difícil, pero una vez que se han adquirido unas pocas mejoras y se entiende el concepto, es sencillamente adictivo. Y mejor todavía si se juega en cooperativo con hasta 4 personas (se reduce el número máximo de armas y pasivas, pero parte de sus efectos y la combinación para evolucionar se mantienen).
El hijo del dragón se une a la fiesta de Vampire Survivors
Además de todos los mapas y el modo aventura (situaciones cerradas con niveles predispuestos que crean “campañas”), ahora ha llegado Castlevania a Vampire Survivors. Sus números sorprenden (y cuando juegas, más), pero es hora de ver todo con más atención. Lo primero, es un mapa, que corresponde con el propio castillo del conde, y que cuenta con sus enemigos y varios jefes propios de la saga escondidos en sellos, que nos premian con atajos del mapa o habilidades nuevas. Luego tenemos los personajes y armas que llegan nuevos, entre los que encontramos varios tipos de látigo, grimorios, armas de fuego, glifos y otras armas como la lanza de Alucard, Todo está tratado con muchísimo respeto y se muestran muchos personajes que quizás estaban algo olvidados en la franquicia.
La fórmula sigue intacta, pero este DLC la mejora de sobremanera, y si uno es seguidor de la saga de los Belmont, todavía más. Las evoluciones de las armas, ciertas secuencias, relaciones de personajes (que se ven en cómo se van desbloqueando) y otros aspectos están mimados incluso aunque no haya diálogos, y eso se agradece. Con los sprites ocurre lo mismo, con algunos que son muy parecidos a su versión original y que funcionan bien en esta perspectiva isométrica, y con un nivel de detalle que está por encima del propio del juego base.
La música de todo Vampire Survivors es una mezcla entre lo épico, el tono gótico y el boom de los arcades y los gacha (incluso se incluyeron temas tocados con kazoo en otra expansión). En lo relativo a Ode to Castlevania, encontramos varias decenas de canciones clásicas de la saga remasterizadas para este momento, desde temas icónicos como Aquarius o Simon’s Theme hasta otros más modernos como Ebony Wings o Abandoned Castle. Una delicia para los oídos tanto de los seguidores de un juego como de los del otro. Todo ello viene acompañado de efectos de sonido de las propias armas, de los cofres y otras mejoras que hacen que nos den ganas de seguir jugando un poco más.
Vampire Survivors: Ode to Castlevania no es para todo el mundo, pero es lo mejor que existe para su público, con mucho cuidado para todo lo que ofrece y con una fórmula adictiva que sigue funcionando a la perfección. Tiene una enorme cantidad de contenido para jugar y desbloquear, especialmente a destacar por su bajo precio, además de opciones para personalizar la experiencia visual (y detalles jugables con las mejoras). Solo podemos marcar una pega, solucionable en un futuro parche, y es que en el nuevo contenido de Castlevania hay varios elementos sin traducir al castellano en el bestiario, y que hay algún pequeño error de traducción en otros apartados (como en el desbloqueo de Yoko Belnades).
Ah! This is not the end, it’s just the beginning!
Versión del juego analizada: 1.12.102