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Análisis de Sifu

Los amantes de las artes marciales están de enhorabuena porque llega a nuestras Nintendo Switch uno de los indies más aclamados del año. En Sifu tomaremos las riendas de un joven aprendiz de la lucha kung-fu que se embarcará en una misión de venganza en busca de aquellos que arrebataron la vida a su familia y para recuperar su honor, en una aventura que nos enseña que si no se toman las decisiones correctas la vida puede hacerse corta.

En busca de la venganza

Hay dos aspectos que diferencian a Sifu de otros beat’em up. La primera, y la que es también lo más original del juego, es su mecánica de envejecimiento. Esta consiste en que nuestro protagonista por cada muerte que sufra envejecerá años de vida, y a más muertes se multiplican los años que envejecemos. Esto hará que las cualidades de nuestro personaje se alteren pues, con los años, nuestros movimientos y salud serán más lentos y débiles, aunque sin embargo nuestra fuerza aumenta.

El otro detalle es la precisión que nos exige en cada pelea, por muy banal que sea, y especialmente con los jefes, por lo que para superar el juego no valga simplemente con aporrear botones. Por estos motivos, se podría clasificar a Sifu de ser un juego difícil, ya que no todo el mundo será capaz de pasárselo a no ser que cambien la dificultad del juego al modo fácil.

Es por ello que deberemos concentrarnos en todo momento, aprender y memorizar los patrones de ataque de cada uno de los enemigos y saber encajar los mejores golpes. El juego cuenta con una inmensa cantidad de ataques y combinaciones, muchos más de los que estamos acostumbrados a ver, de tal forma que cada jugador sea capaz de decidir técnica de combate que más le guste.

El entrenamiento nunca termina

Gráficamente Sifu no es lo más potente que ha llegado a la híbrida de Nintendo, pero sí es cierto que cuenta con un diseño espectacular y lleno de detalles, llevando a este apartado el lema que envuelve a toda la obra: más vale maña que fuerza. Lejos de los malos presagios, la versión de Switch da la talla con creces aguantando el tipo técnicamente, a pesar que por el camino se han perdido algunos efectos ambientales y la tasa de imagen se haya reducido a 30 fps.

En lo sonoro Sifu nos ha gustado mucho, con temas que saben darnos la caña que se merece en cada pelea y manteniendo el pulso al ritmo frenético. En cuanto a la duración, en unas 10 horas podremos superar la historia del juego, aunque dadas sus mecánicas se trata de una propuesta que ofrece bastante rejugabilidad al permitir que se puedan superar los niveles con diferentes habilidades, además de intentar superarnos a nosotros mismos intentando que nuestro protagonista envejezca lo menos posible.

Sifu no es solo un juego de artes marciales sino todo un homenaje al género repleto de referencias. Un juego que encantará a los amantes de este tipo de experiencias ya que tendremos que aprender a dominar todas las técnicas hasta llegar a convertirnos en todo un maestro, donde la exigencia hacia el jugador reside gran parte de su éxito.

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