Poco más de un año después de que su divertida segunda parte echara a rodar en Nintendo Switch le ha llegado el turno a este Rock of Ages III: Make & Break, un título que sigue siendo tan divertido como su predecesor aunque mucho menos impactante e imaginativo. Por suerte, el contar con un editor de escenarios y modos alargará su vida todo lo que gustemos.
Los clásicos nunca cansan
Después de ver imágenes o incluso el vídeo, muchos aún os estaréis preguntando de qué va la saga. Rock of Ages, ya toda una trilogía, son una serie de tower defense divididos básicamente en dos secciones. En la primera de ellas habremos de colocar a lo largo de un sinuoso recorrido diferentes obstáculos para que una bola de piedra gigante no atraviese las puertas de nuestro castillo, y en la segunda nosotros seremos esa misma bola, solo que dirigidos contra nuestro enemigo, quien también intentará no ser aplastado.
Hay más modos, como contrarreloj o carreras de obstáculos, pero la gracia del juego es precisamente su modo principal y sobre todo cómo este está contado.
Rock of Ages II, así como su primera parte, mostraban unas escenas no sabemos si de cuadro del medievo o de títulos de entrada y salida de una película de los Monty Python, lo que acompañaba a una historia plagada de figuras históricas y de humor. Rock of Ages III: Make & Break hace algo parecido pero se adentra más en los clásicos, con Odiseo en primer lugar y siguiendo con Julio César, Moctezuma, el Monstruo Espagueti Volador (¡sí!) y tantos otros una ruta que nos llevará por barco adelante y atrás en el tiempo; todo lo que no podía hacer el globo aerostático manejado por Homer Simpson. Sin embargo, el estilo artístico ha cambiado sustancialmente, no mucho, pero lo suficiente como para que echemos de menos el colorido y el humor de los anteriores títulos. Eso sí, ahora se siente todo más propio, más dinámico, incluso se han añadido algunos elementos 3D en los escenarios, pero no acaban de encajar. Puede que el problema sea también el uso del Unreal Engine, ya que es un motor tan versátil que no hace falta apenas optimizarlo para que corra en Switch, a costa de bajar parámetros hasta que la cosa funciona, claro está. Así veremos, por ejemplo, aparecer elementos de repente, especialmente en las vistas más alejadas, aunque no llega a ser algo que entorpezca en nada la jugabilidad.
Sigue siendo una roca
Rock of Ages III: Make & Break es tan divertido como su predecesor, hasta puede que un poco más al haber introducido algo tan pequeño como sustancial como es el no parar de recolectar dinero llovido del cielo en plena partida además de seguir picando en minas, pero el problema es precisamente que casi todo lo demás es igual. Torretas y toda clase de obstáculos así como sus principales modos son lo mismo que ya habíamos visto antes, y dos veces.
Sin embargo, es cierto que ahora sus desarrolladores han puesto más hincapié en que haya cierta variedad en su modo historia (Destrozar), partiendo cada punto temporal en asalto (el tower defense como tal), contrarreloj, carrera de obstáculos y demás pruebas, por lo que siempre estaremos haciendo algo, aunque el núcleo sea rodar, algo que haremos con más estilo que nunca gracias a los nuevos diseños de las piedras entre los que podremos alternar, unas rocas que, por otra parte, han perdido bastante protagonismo en la narración.
Y si nos cansamos de ver a héroes y villanos clásicos pelear, siempre podremos hacer algo más productivo y crear nuestros propios niveles, los cuales podremos usar en varios de sus modos y por supuesto compartirlos con la comunidad online, o probarlos a 4 jugadores en sus diferentes modos locales. Así, serán innumerables los nuevos desafíos que nos esperarán, ya que además el editor es tan sencillo como completo y no tardaremos en crear pistas a nuestro total gusto. Es, sin duda, la mayor mejora de una tercera entrega que va perdiendo frescura pero que para los recién llegados será toda una sorpresa, aunque su humor también se haya venido un poco a menos.
