Bajo su kilométrico nombre, Super Awesome Hyper Dimensional Mega Team, el equipo valenciano presenta The Knight Witch. Una aventura metroidvania donde el reto y su atrayente estilo gráfico son sus principales virtudes.
Volando voy
Han pasado años desde que las legendarias Knight Witch acabaran con una terrible amenaza provocando que la vida en la superficie del planeta fuera inhóspita. Pero de forma inevitable algo sucede, y una joven con la capacidad de volar se atreve a enfrentarse al resurgir de aquel mal surcando las cuevas que conectan al corazón del nuevo mundo subterráneo.
El pueblo es único lugar tranquilo de todo el mapa.
Este movimiento libre sumado al disparo dirigido automático, al enemigo más cercano, le otorgan un aura de inmediatez propia de los SHMUP más tradicionales. Si en su lugar dirigimos el disparo con el segundo stick potenciamos el daño causado convirtiéndose, este infierno de balas, en el núcleo jugable de The Knight Witch. Sus frecuentes emboscadas nos obligan a movernos sin parar, buscar protección tras la orgánica orografía del terreno o rodear a los enemigos huyendo de las balas y debilitarlos poco a poco.
Pero como las brujas tienen mucho más que ofrecer, a lo largo de las 7 horas de juego encontraremos cartas con diferentes características. Estas, en un mazo que cada vez será mayor, nos ofrecen movimientos de ataque y defensa especiales para hacer frente a tanto peligro. Cadenas de pinchos mágicas, espadas teledirigidas, relámpagos que cruzan la pantalla o barreras de luz que nos ayuda a que el combate se sienta siempre cambiante y más estratégico pero sin dejar de lado su frenesí.
Sus frecuentes emboscadas nos obligan a movernos sin parar, buscar protección tras la orgánica orografía del terreno o rodear a los enemigos huyendo de las balas y debilitarlos poco a poco
Al derrotar enemigos además de los orbes que nos permiten utilizar las cartas también obtendremos gemas con las que comerciar. Y es que los tenderos que que habitan este mundo subterráneo venden armaduras que añadirán, de forma temporal, corazones de vida adicionales y creedme que se convertirá en algo imprescindible para superar The Knight Witch. Quizá esta economía se sienta algo efímera y poco aprovechada por no contar con equipación o mejoras para nuestra heroína pero también le confiere un mayor peso a la concentración necesaria en los enfrentamientos.
Metroidvania con brújula
Es quizá en el diseño de niveles donde no todo el mundo se sentirá cómodo debido a un desarrollo excesivamente guiado y sin muchos recovecos a explorar. En este sentido su anunciada etiqueta Metroidvania se queda demasiado pretenciosa simplemente porque el título no es la experiencia que ofrece. Sí, tenemos zonas conectadas con puertas cerradas y pasamos de una a otra creando esa sensación orgánica de mundo cohesionado pero siempre siendo conducidos por el camino correcto.
Editar el mazo es muy sencillo e incluso podemos clonar cartas.
No tenemos mucho margen para volver atrás y descubrir salas con nuevas cartas, que las hay, ni las tradicionales partes inaccesibles que nos vuelven locos hasta conseguir la habilidad para poder cruzarlas. The Knight Witch opta por contar una historia, a veces con demasiado texto, con multitud de personajes de preocupaciones varitas girando en torno a una zona central donde se reúnen aquellos que vamos rescatando. Tampoco se ofrecen muchas habilidades que se presten a ello pero sí las suficientes como para que cada zona se sienta diferente.
Esta inmediatez constante le sienta bien, hace que quieras no dejar de jugar hasta acabarlo y aunque al principio echamos de menos no tener un mapa ingame, no solo en el menú de pausa, vimos como al final no era tan necesario. Pero ese peso tan focalizado en las cartas las hace prescindibles, tanto como para poder finalizar el juego sin prestar mucha atención a la personalización de tu mazo. Y esto es algo que puede suceder pronto debido a la gran cantidad de enemigos y encerronas constantes donde solo nos importa movernos y disparar.
Las formas de cada pasillo, el juego de luces y la presencia de algunas salas atraen desde el primer momento de forma inevitable
Al utilizar una carta se dará paso a la siguiente del mazo, pudiendo acceder a sólo tres de ellas al mismo tiempo. Un sistema con retazos a nuestro amado Baten Kaitos que roza sólo la superficie de lo que podría ofrecer pero entendible dada su filosofía.
Pero es cierto que el camino tiene un aliado muy importante: su aspecto visual. El diseño tan cómic de todos sus elementos le hace único y los que jugaran a su ya lejano Rise and Shine conectarán inmediatamente con este nuevo mundo de brujas y guerreros. Puede que en portátil todo se quede demasiado pequeño, también que haya momentos donde haya más ralentizaciones de las deseadas en momentos álgidos, pero nada empaña un resultado final fantástico.
Las formas de cada pasillo, el juego de luces y la presencia de algunas salas atraen desde el primer momento de forma inevitable. Y esos primeros compases acompañados de una melodica flauta y que poco a poco se transforman en algo mucho más pesado cuando la acción lo requiere demuestran el cariño puesto en el producto. Hay ilustraciones mejores y otras peores, texturas pixeladas y puede que la necesidad de enemigos finales más memorables que empañan algo el global tras acabarlo. Pero no importa.
Ah, y por si todo esto nos resulta demasiado fácil, difícil o simplemente nos apetece trastear, tenemos un sistema de trucos donde podemos desbloquear la ansiada invencibilidad y otras tantas cosas interesantes. Jugamos con las runas y a ver si hay suerte para desbloquear trucos que nos hagan la vida de bruja mucho más mágica.
Hay momentos donde la tasa de imágenes se resiente aunque no son frecuentes
