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Análisis de One Last Breath

El mundillo de los juegos digitales y los productos pequeños ha dado paso a incontables géneros que todavía hoy sorprenden por variedad y calidad. Pero Limbo y unos cuantos que vinieron detrás consiguieron marcar escuela hasta llegar al aquí presente One Last Breath. Su misterioso y perturbador mundo se abre paso ante su acechadora neblina.

La esperanza de la naturaleza

Del mismo modo que las propuestas de Playdead parten de la ausencia de un contexto narrativo, los chicos de Moonatic Studios nos ponen en la piel de un extraño y oscuro personaje que vaga por un planeta desolado y postapocalíptico. Con un desarrollo lateral la cámara es fundamental para, con sus zooms y barridos, dar importancia a lo que allí ocurre sin necesidad de mediar palabra.

A los pocos minutos descubrimos el poder de controlar las raíces de los árboles a través de una suerte de plantas de luz. Mediante ellas nos abrimos paso por el nivel generando plataformas, bloqueando mecanismos y creando muros (todo muy automatizado) que impidan el paso a unas mortíferas criaturas. En cuando nos detecten correrán hacia nosotros para devorarnos y para huir de ellas nos agacháremos tras elementos del escenario o sencillamente corriendo saldremos por patas del lugar.

A través de las plantas de luz generamos plataformas, bloqueamos mecanismos y creamos muros que impiden el paso a unas mortíferas criaturas.

One Last Breath en un título de plataformas principalmente centrado en la resolución de puzles con cajas que empujar e interruptores que activar para abrir puertas o poner en marcha ciertos mecanismos. Toda esta combinación de elementos ofrece un desarrollo tranquilo que nos sabe poner en tensión cuando los monstruos vienen a por nosotros… hasta que nos damos cuenta de su ensayo y error para salir airosos de cada situación. Algo que puede llegar a molestar con unos tiempos de carga tras cada muerte demasiado acentuados.

No es necesariamente malo pero sí encajona demasiado las partes que podrían ser más tensas u orgánicas coinvirtiéndolas en un rompecabezas más donde dar los pasos necesarios en el orden correcto. La muerte nos sirve para aprender qué no debemos hacer y resta esa emoción con la aparición, no tan frecuente, de dichos seres. Incluso las secciones donde toca huir se sienten demasiado artificiales y medidas al dedillo para escapar siempre, y nunca antes, en el último instante de sus zarpas.

One Last Breath

La poca visibilidad dificulta la jugabilidad.

Menos de un suspiro

One Last Breath dura, como pronostica su nombre, un par de horas a lo sumo. Además como podéis imaginar el factor regulable no es su fuerte, más allá de desactivar 10 salas de investigación, una por capítulo, que funcionan a modo coleccionable. Pero lejos de querer volver a él por los extras a conseguir, su propio desarrollo lo presenta como una experiencia poco memorable. Si bien funciona y transmite cierto ambiente desolador interesante, todo lo demás lo tenemos ya demasiado trillado.

No hay nada que suponga un valor adicional y se ve lastrado por un apartado visual poco llamativo en lo artístico, con una niebla demasiado abundante, y pobre en lo técnico con modelos básicos y texturas poco definidas. A estos ingredientes sumamos la poca visibilidad de los elementos interactivos camuflándose como mero atrezo del nivel y que nos harán agudizar la vista si jugamos en portátil por lo alejada posición de las cámaras en las partes con rompecabezas, precisamente, pensadas obtener una visión global.

Si bien funciona y transmite cierto ambiente desolador interesante, todo lo demás lo tenemos ya demasiado trillado.

Nos hubiera gustado algo más de intención en una historia que no ofrece mucha evolución narrativa y unos puzles, que si bien son funcionales, nos dejan la sensación de haberlos resuelto incontables veces. Cuando quiere contar algo acusa en exceso de caídas o eventos predecibles antes de que ocurran, algo que Inside, o incluso Little Nightmares, siendo de la misma filosofía, gestionan de manera más inteligente.

La música ambiente acompaña bien pero los efectos de las criaturas son demasiado standard y poco variados haciendo que los momentos que los que aparecen se sientan idénticos uno tras otro mientras juegan con sombras en primeros o segundos planos anticipando su aparición y, por tanto, la sorpresa, tensión y sobresaltos que podrían conseguir con algo más de atrevimiento.

One Last Breath

La lejanía de la cámara no ayuda para jugarlo en portátil como nos gustaría.

Versión del juego analizada: 1.0.0

Resumen
One Last Breath ofrece un estilo de juego que necesita desarrollos y momentos mucho más inspirados para conseguir transmitir y contar algo interesante. Desafortunadamente se queda en un intento sin chispa de puzles demasiado convencionales y un ambiente de tensión que se diluye poco a poco por lo encorsetado de cada suceso.
Bueno
  • Puzles y tensión ocasional.
  • Ambientación interesante, en parte, gracias a la cámara.
Mal
  • Tiempos de carga molestos con el ensayo y error.
  • Audiovisualmente modesto.
  • Necesita jerarquía y claridad visual.
5.5
Simple
Escrito por
Jugador de corazón, amante del arte y enamorado del metal.

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