Llega a nuestras Nintendo Switch una de las secuelas más esperadas de los últimos años con Little Nightmares 2. La primera entrega supuso una apuesta fresca y sorprendente, que usaba con ingenio el medio haciendo un uso espléndido del metalenguaje así que no había motivos para no repetir. Por eso nos encontramos aquí con una aventura más grande y terrorífica, con la intención de convertirse en nuestra nueva pesadilla favorita.
De vuelta a las pesadillas
Little Nightmares 2 es, al igual que su predecesor, un juego de terror puro, aderezado con mecánicas de plataformas, infiltración y puzles.
Nuestro objetivo vuelva a ser el de sobrevivir a los peligros de un mundo sin compasión. Sin hacer ningún spoiler sobre la historia del juego, ya que eso sería arruinar gran parte de la experiencia, puesto que es uno de los pilares sobre los que se sustenta la emoción de la que hacen gala las dos entregas de Little Nightmares.
Podemos contaros que Little Nightmares 2 comienza en otro momento y en otro contexto diferente al de la primera entrega. Vuelve a aparecer Six, la protagonista del anterior juego, pero esta vez relegada a ser la acompañante inseparable de Mono, quien toma la batuta en esta ocasión y será a quien controlemos.
El peligro está en todas partes
En Little Nightmares 1 lo sucesos acontecían en espacios cerrados, que contribuían a fortalecer esa sensación claustrofóbica de estar encerrados en una auténtica pesadilla. En Little Nightmares 2 se ha aprovechado para romper esas barreras y llevarnos a explorar el exterior. Lo que se traduce en escenarios más amplios y que suceden en pleno aire libre.
Estos nuevos tipos de escenarios nos recuerdan a los de otra obra, Inside, pues la estructura y desarrollo lateral comparten semejanzas, aunque el resultado acaba siendo percibido de forma diferente por parte del jugador.
También hay niveles que suceden de nuevo en espacios cerrados, por supuesto, pero muchos de ellos son de gran tamaño. Y a pesar de ello, es digno de resaltar la capacidad de generar angustia, una opresión que se cierne sobre el jugador constantemente. Los peligros ahora nos acechan desde cualquier dirección y da igual donde estemos pues en este mundo todo forma parte de una gran e inevitable pesadilla.
Lo de siempre, pero con un hacha
La jugabilidad de Little Nightmares 2 repite esquema y controles de la primera entrega, aunque también vamos a encontrar algunas novedades. Los controles son muy completos ya que con cada uno de los botones realizamos una acción totalmente distinta. Suelen ser movimientos comunes en el medio, ya sea saltar, correr, caminar sigilosamente o lanzar objetos.
La mecánica principal de interaccionar y poder agarrar todos los objetos del entorno vuelve a cobrar protagonismos. De esta forma, haciendo uso de las características del entorno y nuestro ingenio resolvemos los distintos puzles que nos encontramos en nuestro periplo.
Ya sea lanzando objetos sobre trampas para desactivarlas o moviendo objetos en los que ocultarnos para que los enemigos no nos localicen. Y es que en Little Nightmares 2 no faltan los momentos en los que tenemos que escondernos de los peligros, sino también escapar de ellos por la cuenta que nos trae.
Entre las novedades jugables de Little Nightmares 2 vamos a encontrar mecánicas de combate. No enfrentaremos a pequeños enemigos que nos amenacen haciendo uso de diferentes objetos que recogemos del escenario, ya sean hachas, cucharones de cocina o tuberías rotas. La mecánica es muy sencilla y los combates no son para nada complicados, pero tienen su aquel. Se basan en el timing, en conocer el patrón de ataque y esquive del enemigo para propiciar el ataque en el momento preciso.
Estas mecánicas de combates no es una habilidad base de nuestro protagonista Mono. Con esto queremos decir que no vamos a poder coger cualquier objeto del escenario y ponernos a partir cabezas a diestro y siniestro. Es meramente contextual, inducidos por el marco de la historia y para nada una parte activa de la misma. De la misma forma que en muchas ocasiones usamos esos mismos objetos para derribar puertas a hachazos, por ejemplo.
Otra mecánica incluida en un momento concreto de la aventura es el uso de una linterna. De la que no os vamos a contar nada más aparte de que será una de las situaciones más intensas del juego.
Horriblemente hermoso
En cuanto al apartado técnico de Little Nightmares 2, este se ha tomado a pecho lo de que una segunda parte tiene que ser mucho más grande y mejor que la primera. Aunque hereda el estilo artístico que parece salido de una película de animación, en esta ocasión contamos con escenarios más amplios, con muchos más componentes en pantalla, mayor detalle, con más movimientos; y un uso exhaustivo de la iluminación que nos ha sorprendido que hayan sido capaces de reproducirle en la Nintendo Switch.
Las animaciones tienen una mención aparte. Todo en Little Nightmares parece cobrar vida. Hay personajes y elementos que actúan independientemente de que estemos ahí y de lo que hagamos, siguen sus propias rutinas. Pero son capaz de oírnos, de olernos y de reaccionar a nuestras acciones. De lo más sorprendente de la consola en este aspecto junto a otros juegos como Luigis Mansion 3.
Jugar a Little Nightmares 2 en nuestros televisores es un lujo. Pero sí es cierto que en modo portátil todo adquiere un filtro granuloso correspondiente a una notable bajada de resolución que hace verse algo borroso, aunque el juego sigue siendo totalmente jugable y disfrutable en este modo. Por otro lado, se han solucionada los eternos tiempos de carga que hacían mella en la primera entrega siendo aquí prácticamente inexistentes.
En cuanto al apartado sonoro, este también nos ha parecido mejor con respecto a la primera entrega. Desde la pantalla de título esta nos atrapa y nos absorbe hasta el mundo de desolación y miedo a lo desconocido de Little Nightmares. Por no hablar de los efectos de sonido que más de una vez nos pondrá los pelos de punta.
Y hablando sobre la duración, Little Nightmares 2 nos ha durado alrededor de unas 6 horas, algo más de lo que nos duró el juego base de la primera entrega. Han sido unas horas de gran calidad en las que no nos han dado ni un minuto de respiro.
El miedo sale de dentro
También queríamos comentar en este análisis el tipo de terror que nos vamos a encontrar en Little Nightmares 2. Se sigue manteniendo la capacidad de transmitir, de contar historias sin usar una sola palabra, lo que ya nos parecía una de las mayores virtudes de la primera entrega. Siendo el reflejo perfecto de la virtud que nos proporciona el medio de los videojuegos y el buen uso de las nuevas tecnologías.
En esta ocasión se han sustituido las imágenes desagradables y viscerales por un terror más opresivo. No vemos desmembramientos ni canibalismo, sino sombras, miradas, señales que nos avisan de un peligro constante, que está ahí aunque no lo veamos. Es un terror con muchas capas, que en un principio nos puede poner en tensión y desagradar sin que sepamos por qué. Hasta que lo descubrimos.
¿Eres de los que se pregunta si es posible jugar directamente a Little Nightmares 2 sin haberse pasado previamente la primera entrega? Pues bueno, sí. La estructura de la aventura dividida en lugares/escenarios favorece a ello, que serán percibidos como una serie de sucesos inconexos para el jugador novicio, incapaz de atar cabos y darse cuenta de lo que está viendo.
Así que, si se tiene la oportunidad, recomendamos jugar antes a la primera entrega, pues la historia es uno sus mayores atractivos y claramente se pierden muchos enteros si no se es capaz de disfrutar de ella.
Little Nightmares 2 es un juego recomendado para todo poseedor de una Nintendo Switch. Los jugadores que quedaron encantados con la primera entrega van a disfrutar muchísimo de esta segunda parte, pues está presente todo lo que les gustó sin encontrar grandes cambios.
