Han pasado ya algunos años desde que vimos el fantástico Ender Lilies Quierus of the Knights en Nintendo Switch. Ahora llega a la consola su secuela (aunque de historia prácticamente independiente) llamada Ender Magnolia: Bloom in the Mist. Sin el factor sorpresa por su parte, es hora de ver si la fórmula sigue funcionando bien o si no, aunque en cualquier caso ya avisamos de que no es un título para todo el mundo.
Ender Magnolia cambia el dibujo por lo tridimensional
Lilac es una chica que se levanta en un lugar sin recuerdos y que conoce a Nola, una homúnculo (ser artificial) con la que decide emprender un viaje para encontrar su memoria y salvar al mayor número de seres posible, pues la Lluvia de la Muerte ha convertido a los homúnculos en mutantes que están destruyendo un mundo en el que las criaturas vivían en una supuesta armonía hasta hace poco. Por suerte, Lilac tiene cualidades de afinadora, unos “magos” capaces de purificar y controlar a los homúnculos.
Todo ello nos lleva a un tono triste, nostálgico, que se palpa en todo momento, desde el primer diseño que vemos hasta en las “secuencias” de vídeo que nos narran las memorias de los homúnculos que vamos salvando. Eso sí, gracias a su poder, Lilac (que no tiene ninguna dote ofensiva) puede reclutar a la mayoría de los seres que purifica en su beneficio, corvirtiéndose estos en nuestras diferentes vías de ataque o incluso en habilidades para movernos mejor por el mundo (como una red para engancharnos a ciertos puntos). Entre los diferentes tipos de ataque encontramos cuerpo a cuerpo, disparos de ráfaga, parry, habilidades contúndentes con tiempo de recarda o pasivas automáticas (y podemos asignar hasta cuatro distintas).
Además de nuestro ataque, encontramos también la habilidad básica de salto, a la que otras como una esquiva (dash) o la capacidad de bucear se unen para así explorar un mundo cada vez más grande con el objetivo de alcanzar el sector superior del reino en el que estamos. La movilidad, sin llegar a ser la propia de juegos más plataformeros como Ori, es bastante buena, ágil y eso también se traslada al combate, bien medido y en el que si morimos es seguro culpa nuestra, y nos tocaría medir mejor los curativos, entender mejor los patrones de ataque enemigo o tener diferentes acciones equipadas.
Eficiente, eficaz, efervescente
Todas las habilidades, así como sus mejoras, el equipamiento para subir atributos, las reliquias que nos dan mejoras pasivas (como más ataque bajo el agua o ganar más materiales para comprar equipo) pueden equiparse en los diferentes bancos que encontramos en el juego, que además sirven de punto de recarga de salud, de lugar para guardar y como lugar al que poder viajar rápidamente desde cualquier lugar del escenario. Si morimos en cualquier momento volveremos al último banco visitado, pero no tendremos ninguna penalización más (el mapa se queda explorado y no se pierden objetos ni experiencia),
La cantidad de opciones que podemos tener es bastante alta, al igual que ocurre con la dificultad, que más allá de varios niveles nos permite ajustar parámetros por separado (como quitar la curación o modificar el daño que hacen los enemigos) para que así tengamos una experiencia adaptada a nuestro nivel y al reto que busquemos. Esto puede modificarse en cualquier momento, y hace que, junto con una navegación muy buena en la que siempre tenemos claro qué lugar no está explorado o cuando tenemos la habilidad u objeto para poder atravesar un obstáculo, la exploración se sienta maravillosa y adaptada a nuestras capacidades aunque nos perdamos yendo por el lugar que en teoría no toca.
De nuevo, el apartado artístico del juego es una delicia. El dibujo sigue ahí, y el detalle del mundo en decadencia con colores oscuros se hace notar, y se potencia con el juego de iluminación que hay presente. También hay presentes muchos más elementos mecánicos que, junto a los personajes, cambian su diseño 2D por uno en tres dimensiones pero que emula mucho el diseño de dibujo, con la idea de permitir más variaciones en el movimiento y las animaciones de las diferentes partes de cada modelo (aunque las de ataque siguen sin brillar del todo). Por su parte, la música vuelve a estar a cargo de Mili, con su piano y melodías que buscan potenciar la situación deprimente del mundo, aunque añadiendo también ciertos elementos propios de un mundo steampunk, e incluso con algunos temas más animados. En definitiva, el apartado audovisual es por sí solo una delicia digna de admirar.
2024 comenzó con uno de los mejores metroidvania de la historia, y ahora 2025 parece que va a repetir, aunque con un juego más centrado en los sentimientos, los personajes y en un estilo de combate más contundente. Ender Magnolia se puede completar, sin entrar en speedrunning, ir medio a saco o sacar el 100%, en unas 15 horas sin problema, las cuales se pasan medio volando gracias a la gran sensación de inmersión que consigue (potenciada también en que el juego va finísimo).
Versión del juego analizada: 1.0.3