Rainy Night Creations, el creador tras Freeze Me y Vaccine, nos trae su nuevo juego a Nintendo Switch. Se trata de Innocence Island, su apuesta más arriesgada hasta la fecha que ha debutado hace unos días. Es hora de ver qué nos puede ofrecer, aunque avisamos que su punto más fuerte puede ser una barrera de entrada para otros.
Innocence Island y el misticismo
Tras un prólogo sobre la felicidad, la vida y algunas reflexiones, nos encontramos a nuestra protagonista en una isla. Además, no recuerda nada y, aunque eso es clásico en muchos videojuegos, aquí es literal. Es decir, no sabe correr, saltar ni realizar ninguna acción que sí sabía antes, tiene que recordarlo todo. Es la manera de hacerse al mundo, de que así la exploración no nos permita llegar a ciertos lugares de inicio y de paso, introducir así el tutorial de cada mecánica o dinámica al aprenderla.
Nuestra única habilidad inicial, más allá de girar la cámara, es la de observar con ZL. Así que ZL a todo lo que se menee (o que no incluso). De esta manera una gallina nos recordará cómo correr, un mono y un toro en una cueva a saltar y comer, un guerrero a luchar y esquivar, … y así tantos otros. Al principio nos muestra un abanico muy limitado de opciones, pero se ha integrado el conseguir nuevas habilidades en la narrativa de una manera inteligente.
Este, que es su gran fuerte, puede ser también para otros una gran barrera, porque se ven tantas cosas que se pueden hacer y no sabemos, que puede echar para atrás. Su otra gran barrera es su estilo artístico. Su lowpoly convence en escenarios concretos, en personajes y en algunos detalles, pero en otros como espacios abiertos o cuevas nos encontramos que hay mucha similitud en lo que se ve y, si no nos acostumbramos, puede que nos perdamos porque todo se ve muy similar o que no veamos un borde y caigamos. Curiosamente, el estilo gráfico puede modficarse levemente y que tenga efecto pixelado o de pintura al oleo, por lo que hay tres opciones en caso de que queramos modificar en cualquier momento si queremos probar o nos cansamos de alguna.
¿Qué se hace aquí?
En esta isla se nos marcan al inicio zonas a la que hemos de ir, y nuestra misión es, en principio, explorar. Tenemos libertad de hacerlo de manera más agresiva combatiendo, o bien usando un casco para evitar enfrentamientos y centrarnos en la exploración. El objetivo es ir resolviendo pequeños puzles y hacer uso de nuestras habilidades para cada vez explorar más y más, y ver qué ocurre realmente. La historia es algo abstracta y muchas veces queda a nuestra interpretación, por lo que aquellos que busquen un poco de guía pueden sentirse perdidos una vez sepan saltar y vean todo lo que pueden recorrer sin saber bien hacia dónde ir.
Morir es algo relativamente sencillo, tanto si luchamos como si no. Empezamos y caer al agua o a cualquier sitio desde mucha altura nos mata, por lo que hay que ir con cierta prudencia. En general, por hacer una comparación, tenemos una especie de Rime pero menos lineal y con elementos metroidvania. En general, es un título que toma riesgos pero que en otros aspectos más tradicionales no consigue llegar al nivel quizás que se podría esperar.
El sonido funciona bien, generalmente con sonidos ambientales que nos trasladan a la situación que nos interesa, y la iluminación y otros efectos visuales son correctos, mostrando aquello que nos pueda interesar y dando buena sensación entre lo que se puede ver durante el día y la noche. De nuevo encontramos detalles muy bien implementados, que favorecen que aquellos que amen la exploración y perderse por el mundo estén satisfechos.
Innocence Island es un juego singular y experimental. Coge la exploración 3D al estilo Breath of the Wild (salvando las distancias obviamente) con ideas muy interesantes y una ejecución aceptable, pero al que hay que hacerse. Es su gran problema, y puede que sea lo que eche para atrás a muchos, pues cada vez se juzga algo y deja de jugarse si los primeros compases no satisfacen, algo muy posible que ocurra aquí por lo perdidos y limitados que estamos al inicio.