En 2020 Teku Studios, tras su éxito con Candle, anunció su segundo juego, The Stone of Madness. Ahora, y tras una colaboración con The Game Kitchen (creadores de Blasphemous) y bajo el paraguas de Tripwire como publisher, por fin ha visto la luz esta propuesta que bebe de otro clásico español como es Commandos, pero con la ambientación y puzles propios de otro título mítico de nuestro país: La abadía del Crimen.
The Stone of Madness es un “Escape Room”
Este juego nos lleva al siglo XVIII, a un monasterio situado en Los Pirineos en el que algo raro está ocurriendo. El padre Alfredo fue a investigarlo, y terminó preso, por lo que ahora pretende huir del mismo y resolver el misterio. Por suerte no está solo, y es que sus compañeros de celda se unen a él en está misión de escape.
Cada uno de los personajes, además de tener sus características y fobias (que nos importan, ya que impiden que, por ejemplo, alguien pueda ir por un lugar oscuro sin luz), tienen habilidades que los hacen únicos, como la posibilidad de pasar por barrotes, hablar con los guardias para distraerlos o escalar. Con todo ello en mente se nos presentan una serie de niveles de sigilo en los que podemos llevar a varios de nuestros personajes con un objetivo concreto y en los que tenemos que usar todo nuestro coco y paciencia para salir airosos.
En varias situaciones tenemos que manejar rápidamente a varios personajes (alternándolos) para superar un puzle, y aquí se nota que el juego nació con otra plataforma en mente que permite este cambio y movimiento más fácil y directo. Si bien esto obliga a que midamos muy bien nuestras acciones, siempre está la opción de optar por una dificultad más baja en la que si nos pillan no tengamos penalizaciones en la que no haya repercusiones para la salud mental de los personajes.
Es de PC, y se le nota
Y es que no solo hay que cuidar las vidas de nuestros protagonistas, sino también su cordura (malditas consecuencias de nuestras acciones y “espíritus que deambulan en el tramo de noche). Existe un medidor de este atributo y, si llega a cero, aumenta la locura del personaje y le genera una nueva fobia (complicando todavía más el avance).
Con ello en mente, de nuevo somos conscientes de que la paciencia y la toma de decisiones es importante en casi todo el juego (desde el momento en el que elegimos los tres personajes que usaremos en cada día) y de que es bueno que los protagonistas duerman para “sanar” y que es recomendable hacerse con los diferentes materiales que hay por el escenario, ya que gracias a ellos podemos abrir más puertas, craftear nuevos objetos o noquear a guardias.
En lo visual estamos ante algo maravilloso, con dioramas nacidos de dibujo (no de 3D). Es como si cogieramos cuadros clásicos religiosos, les “alejasemos la cámara” y nos movieramos por ellos. Algunos elementos más pequeños destacan algo menos, pero no importa. La música va muy acorde con toda la ambientación, y en general todo atrapa, si no fuera por pequeños bugs que afean un poco la inmersión.
The Stone of Madness es un juego que no reinventa el sigilo y que utiliza varios elementos ya conocidos, pero que los combina con acierto para ofrecer un resultado mimado con diferentes soluciones y un sistema de locura que, para los que busquen un reto, es todo un acierto.
Versión del juego analizada: 1.0.1