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Shikhondo: Soul Eater

Shikhondo es un shoot ‘em up de acción vertical tan inusual como, lamentablemente, corto. Elige dificultad, escoge a tu personaje entre las bellas Grim Reaper o The Girl y comienza tu enfrentamiento contra hordas de yokais de varias formas y tamaños hasta llegar a los inevitables jefes de final de nivel.

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Mujeres que vuelan y disparan

Pese a las apariencias, Shikhondo es un shooter vertical como tantos y tantos otros (Xevious, 1942, Aero Fighters…), sin embargo, cuenta con dos diferencias fundamentales sobre la mayoría de estos títulos.

En primer lugar, aquí no manejaremos aviones, naves espaciales o similares, sino que quien haga frente a los “marcianitos” (aquí yokais, ya sabéis, los fantasmas de la tradición popular japonesa) serán dos jóvenes féminas que variarán tanto en apariencia como en su forma de atacar.

La primera de ellas, Grim Reaper, viste un traje tradicional oriental y fuma en pipa, y la segunda, The Girl, lleva un uniforme de instituto y blande una enorme espada. Sin embargo, no usarán estos instrumentos para luchar, sino que de ellas, a la que vuelan mágicamente, manarán disparos de energía. El ataque básico es el mismo para ambas, el secundario en cambio en una es un haz más dirigido y potente y en otra son dos especie de torretas de apoyo que se moverán libremente por el escenario.

Y entra en juego ahora la segunda gran diferencia respecto a otros matamarcianos, y es que, al usar este ataque secundario, nos moveremos más despacio, pero también llenaremos una barra que dará lugar a un ataque conocido como Soul Collector, que llenará más rápido el marcador de puntuación pero también, al activarlo, limpiará de proyectiles enemigos la pantalla.

Así, usarlo en el momento adecuado será fundamental, y además tendremos que saber combinarlo con unas bombas de humo que harán el mismo efecto, pero que son de uso limitado (4 por continue, al menos de inicio).

Se establece así una diferencia clara entre Shikhondo y otros títulos del mismo género los cuales, por norma, se basan en el uso de potenciadores que iremos recogiendo a lo largo de la fase. Aquí, enfrentarnos al jefe será igual que hacerlo contra los enemigos comunes, solo que nos llevará más tiempo hacerle morder el polvo.

De modos, bien, de duración, mal

Ya sabemos que esta clase de juegos basan su duración en su rejugabilidad, pero, peso a todo, Shikhondo se queda demasiado corto.

No es por falta de modos, como enseguida veremos, es simplemente que sus 5 fases son demasiado pocas, sobre todo teniendo en cuenta que cada una no os llevará superarla más de 5 minutos, lo que dará lugar a que una vuelta al juego no llegue a media hora, siempre hablando de los niveles de dificultad normal o novato.

Tampoco invita a pasar más tiempo del necesario en él el hecho de que los enemigos sean escasos en cuanto a diseño y variedad, repitiéndose todos en cada una de las zonas.

Los jefes finales, por suerte, cuentan con unos diseños dignos de mención, siendo todos modelos femeninos pero siempre recreados con buen gusto; sexualizados, sí, pero en la buena acepción del término y sin caer en la vulgaridad. Además, no somos quien para ofendernos por una decisión artística como esta.

En lo referente a modos de juego, Shikondo cuenta con varios para un jugador, aunque todos se desarrollan en los mismos escenarios, pero aun con todo se agradece el esfuerzo de los desarrolladores por no limitarse simplemente a ofrecer la misma aventura ya sea en el modo solitario y en el modo multijugador.

Así encontramos la partida normal, ya sea en los submodos Novato o Hardcore, donde simplemente avanzaremos sin preocuparnos de mejorar en nada a nuestro personaje. En ambos podremos jugar en las dificultades fácil, normal, difícil y extrema, la diferencia es que en Hardcore solo tendremos una vida, lo que es igual a recibir 4 impactos y ver la pantalla de game over.

Parecido pero escogiendo si mejorar salud o bombas de humo al terminar con cada uno de los jefes finales, será el modo Arcade.

Y por último y también para un jugador estará el modo Personalizado, similar a los anteriores pero donde decidiremos cómo queremos que suba el indicador para el ataque especial, si disparando enemigos o esquivando proyectiles.

Para dos jugadores hay un modo a pantalla dividida, siendo su principal atractivo el poder compartir la partida con un amigo, siempre en modo local, usando cada uno un Joy-Con.

Además, existe un ranking online por si queremos comparar nuestra puntuación con la de otros jugadores de todo el mundo.

Maquillaje y laúd

Si por algo destaca Shikhondo, además de por su interesante propuesta (aunque nunca acabe de arrancar por su baja duración), es por su apartado artístico, alejado del manido escenario bélico y dominado por bonitos parajes de corte japonés con fondos dibujados a mano. Puede que a los personajes les falte algo de definición, especialmente perceptible en los zooms que se aplican a los jefes (jefas) finales, pero su diseño está muy cuidado e inevitablemente llaman la atención.

Los enemigos no tienen la misma suerte, y pese a que están bien ideados, ni son tan originales como los jefes ni gozan de variedad alguna; de hecho, no habrá ni siquiera 5 modelos diferentes.

No cuenta el título con una opción que sí hemos visto en otros juegos recientes del género o incluso en reediciones de viejos clásicos, y es que aquí solo podremos jugar en horizontal, lo que conlleva unos marcos a ambos lados de la pantalla que, si bien están bellamente dibujados, merman lo que vemos del escenario. Nintendo Switch se presta, como ya hemos comprobado, a que la pongamos en vertical en su modo table top, y así gozar de una experiencia más cercana a lo visto en los salones recreativos.

La música es extrañamente atrayente aunque solo en algunos puntos, y decimos extrañamente porque la mezcla de melodías de corte japonés parece no casar con la electrónica machacona que por momentos llena nuestros oídos, sin embargo, como comentábamos, a veces esta unión resulta acertada y la disfrutaremos, aunque tampoco será la norma.

Veredicto

Shikhondo cuenta con varias buenas ideas, como el diseño de los protagonistas, una atmósfera oriental o su jugabilidad basada en rellenar el disparo especial que barre de proyectiles enemigos la pantalla, pero falla en ofrecer variedad y sobre todo cantidad.

Sus personajes, especialmente los jefes finales con aspecto de geishas de lo más variado, son sensuales y agradables a la vista, menos cuando se transforman, que también consiguen su cometido: dar miedo.

Al hecho de no poder jugarlo en vertical se suma el que esté íntegramente en inglés, bueno, y en chino, coreano y japonés.

Tiene multijugador local, rankings en línea y varios modos diferentes para un jugador, sin embargo, son similares entre sí y no por cambiar de uno a otro veremos zonas o enemigos diferentes, algo que tampoco sucederá al cambiar la dificultad.

Si os gustan los shoot ‘em up verticales, este Shikhondo: Soul Eater os gustará, sobre todo por introducir un nuevo e interesante elemento en la base jugable, pero sabed que es corto, no demasiado rejugable y poco exigente para con los verdaderos aficionados al género.

Escrito por
Señor Bichos para ti.

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