Peter Molyneux es una de las mentes por excelencia del videojuego occidental. Muchas de sus obras marcaron una época, y una de ellas es Dungeon Keeper, un gestor de calabozos en el que somos los malos y tenemos que evitar que lleguen los héroes. Estrategia por un tubo que acabó sin nuevas iteracones en la actualidad y que títulos como Dungeons 3 pretenden homenajear, además de añadir su sello. Ahora, años después, este título llega a Nintendo Switch, versión de la que os vamos a hablar ahora.
Humor en Dungeons 3
Antes de empezar, uno de los detalles a mencionar es que el juego está en completo castellano. Es decir, voces y texto y esto es algo que se agradece mucho, para que el humor de la narración pueda llegar a muchas más personas, pues el propio narrador tiene una forma de hablar que ayuda a transmitir el tono del juego. En teoría somos los malos, pero el aire de comedia nos hace despreocuparnos un poco de valores y esas cosas.
El objetivo de cada misión del juego es evitar que las fuerzas del bien lleguen el núcleo de nuestra mazmorra, para ello haciendo gestiones en tiempo real. Una especie de Warcraft + Tower Defense que funciona bien y que no es tan complicado como parece una vez que se dominan los controles. Obviamente en PC pueden resultar más intuitivos, pero el trabajo en consola es bueno y nos permite dar órdenes fácilmente a nuestros súbditos.
De esta manera, en nuestra mazmorra hemos de preparar trampas, agujeros, colocar personajes y todo lo que nos ocurra y podamos por tiempo y recursos para prepararnos para la fase de invasión enemiga, en la que tenemos que que hacer frente a todo aquel que entre, mandando a nuestro ejército para luchar en tiempo real y dejando que las trampas hagan su labor.
Mazmorras procedimentales
La historia principal (sin contar expansiones) se compone de 20 niveles de poco más de una hora de duración generados de manera procedimental, pero que oferta una gran variedad de diseños de “habitaciones”. El tamaño de la mazmorra se amplía en cada nivel, así como nuestro arsenal, por lo que el avance y la dificultad son progresivos para no situarnos y al final sentirnos muy poderosos.
Hay algunos detalles que se han perdido en esta versión, como el modo cooperativo, pero se ha ganado en portabilidad con un buen rendimiento en ambos modos. No obstante, a pesar de que jugar en la pantalla está bien (mejor en la OLED), la gran cantidad de elementos de los que estar pendientes se domina mejor de inicio en una TV, por lo que si es posible, recomendamos hacer los primeros compases, al menos, ahí.
A nivel técnico el juego cumple con una estética colorida y diversa y buen diseño de personajes, con cierto trabajo detrás para ser un híbrido entre algo detallado y algo cómico. No es un portento gráfico, pero convence para bien, y los juegos de luces acompañan. El sonido es correcto y la banda sonora cuenta con algunas composiciones muy buenas, por lo que el acompañamiento sonoro es maravilloso (y más aún por el doblaje).
No podemos terminar el análisis de Dungeons 3 sin hacer mención a su DLC. Desde su lanzamiento original, varias expansiones descargables han ido apareciendo, y en Nintendo Switch muchas de ellas están disponibles de serie “Érase una vez”, “El mar del caribe” y “El señor de los reyes”. Sin embargo, hay otras descargas que llegan también, pero como descarga de pago. Si nos centramos en el contenido de serie de esta edición, encontramos que nos garantiza unas 30 horas mínimo (serán muchas más seguramente), por lo que no es un título corto.
