Hoy toca hablar de Bread & Fred (Pan y Federico en su título español), un nuevo juego de pingüinos para Nintendo Switch, pero con un enfoque plataformero y cooperativo. Si bien se puede jugar en solitario, la experiencia pierde mucho valor, parte de la gracia y supone un reto aún mayor, por lo que solo se recomienda en ese caso a los que busquen un reto extraño.

Bread & Fred es cosa de dos

Pan y Federico son dos aves que se disponen a escalar una montaña, mientras que están atados por una cuerda, la cual no es muy larga. Eso hace que para escalar y pasar de plataforma a plataforma tengamos que usar puntos de apoyo, balancear al compañero, sincronizar saltos y otras tareas que requieren una gran compenetración. Por eso abundan las pequeñas plataformas para quedarse parados en ellas a descansar y jugar a piedra papel y tijera para pasar un poco el tiempo, pues siempre está el miedo de caer abajo de nuevo.

Las mecánicas son sencillas de entender, pero complejas de poner en marcha, sobre todo por el trabajo en equipo y la precisión medida que requieren. Podemos saltar, balancear la cuerda o acercar a nuestro compañero tirando de él, jugar pasatiempo y activar una cuenta atrás para sincronizar el próximo movimiento. Está claro que, con la persona adecuada, las risas están aseguradas y eso el juego lo plantea muy bien (además de los diálogos acompañan).

Podríamos decir que la duración de Bread & Fred es de cerca de cuatro horas, y os estaríamos mintiendo. No adrede, sino porque este es un juego que depende muchísimo de la habilidad y de las medidas de accesibilidad aplicadas. Si se activa el salto infinito, el juego puede durar minutos, y si nos cuesta sudor y lágrimas, vamos a superar la decena de horas.

Haciendo amigos, o enemigos

Si por algo destaca Bread & Fred es precisamente por ser una experiencia difícil, puede que incluso desesperante, que requiere sí o sí de una buena capacidad de sincronía entre los jugadores, que los dos tengan cierta pericia a los mandos, y una precisión bestial para realizar los saltos. Por ello es por lo que existen las medidas de accesibilidad (como la mencionada del salto, pero hay otras menos “fuertes”, como poder poner puntos de control), para que el rango de público pueda crecer considerablemente, o incluso para permitirnos un poco de relax si en algún momento nos saturamos.

Más allá de lo que sentimos a los mandos, lo que vemos y oímos funciona muy bien. Niveles variados, pingüinos divertidos con sonidos graciosos o temas que se adaptan al nivel por el que vamos pasando son solo algunos de los puntos positivos de su apartado audiovisual. Sin embargo, también hay algunas animaciones extrañas (al jugar solo con la piedra sobre todo), rozamiento contra el aire y otros aspectos que, si bien no empeoran el juego, lo hacen lucir menos de lo que nos hubiera gustado.

Bread & Fred es un juego fácilmente recomendable, pero a un público muy específico eso sí. Una experiencia cooperativa plataformera difícil y medida que pone a prueba la paciencia y el compañerismo, pero que da una gran sensación de satisfacción al superarlo. Además, su humor y presentación es bastante simpático, más que el reto que ofrece.

Versión del juego analizada: 1.0.0