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Análisis de My Divorce Story

Que la eShop tenga títulos a raudales permite que de vez en cuando veamos alguno que se sale de lo habitual, con más o menos éxito. De la mano de la editora CFK nos ha llegado My Divorce Story, un juego que a pesar de su sencillez jugable, nos propone una historia y desarrollo atípico ambientado en el mundo coreano: encontrar pruebas de la infidelidad de nuestra pareja para poder pedir el divorcio.

Caminar sin parar en My Divorce Story

Antes de nada, hay que remarcar que el juego está en inglés (y que alguna expresión se nota algo extraña al venir traducida del coreano), por lo que hay que tener cierto nivel del idioma para poder enterarse bien de todo, pues la cantidad de texto es bastante elevada. También hay que considerar que el juego parece venir de móvil pues cuenta con dos divisas para hacer las compras, y una de ellas solo la obtenemos al hacer login una vez al día, aunque no es pay-to-win, sino que el dinero (o joyas en este caso) nos permiten tener más dinero en cada partida o que las consultas a la abogacía sean gratis para siempre.

Con esto en mente, nos ponemos a la faena. La situación es clara, en Corea una persona no puede pedir el divorcio si no hay pruebas de que el matrimonio debe deshacerse. En el caso de nuestro protagonista (puede ser hombre o mujer) el motivo del divorcio es claro: nuestra pareja, a la cual podemos llamar como queramos, nos está poniendo los cuernos. Sin embargo, una idea, aunque sea cierta, no es suficiente, y toca buscar pruebas que respalden lo que queremos conseguir.

El juego se desarrolla a lo largo de bloques de días compuestos por dos días laborales y uno de descanso. En los tres casos nuestro protagonista avanza automaticamente a lo largo de su rutina lateralmente, pasando por la casa, el parque, el trabajo, el despacho de abogados y vuelta a la cama. Podemos parar el avance o acelerarlo si es necesario, pero lo que nos interesa es ir señalando lugares por los que vamos pasando para bien interactuar con ellos o tomar notas sobre los mismos, pues con tres notas de cada lugar podemos tener nuestro alegato inicial completo.

El objetivo es salir ganando, ¿lo conseguiremos?

En My Divorce Story contamos con 19 finales, en función de lo que ocurra durante y al final de la partida, la cual puede acabar cuando nosotros lo decidamos en algún fin de semana, cuando pasen un número concreto de estos o bien antes si la relación con nuestra pareja hace que nos mate. Hay, por tanto que cuidar varios aspectos. Uno de ellos es el aprecio que nuestra pareja nos tiene, que va disminuyendo constantemente y que podemos aumentar con pociones, y el otro son las pruebas que vamos encontrando.

Algunas pruebas las conseguimos simplemente echando la foto adecuada en el momento preciso, otras espiando el móvil por la noche (para ello hay que “no” usar el giroscopio mientras espiamos), mirando en el ordenador o viendo cosas que no nos encajan, como un pelo en la cama, algo que nos llevará a una discusión con nuestra pareja y que debemos de resolver correctamente para que este no destruya o guarde la prueba. Por suerte, podemos guardar en cualquier momento, lo cual nos permite repetir la conversación hasta dar con la tecla. Más allá de eso, podemos provocar peleas con nuestra pareja o incluso con su amante en ciertas situaciones, o comprar objetos de espía con el dinero que ganamos diariamente en nuestro trabajo.

Es algo complejo, y seguramente una buena partida grabada en cierto punto nos permita acceder a varios finales de una vez, aunque también el juego nos permite empezar con tres pruebas si iniciamos una nueva partida. La clave está en que en función de como lo hagamos, acabaremos junto con nuestra pareja, la mataremos, nos quedaremos sin nada, cobraremos una pasta o más opciones posibles. Si conseguir algún final se nos tercia, podemos pagar gemas para desbloquear una pista sobre cómo conseguirlo, o conseguirlo directamente.

My Divorce Story tiene ideas buenas y es original en su propuesta, pero a nivel jugable es demasiado sencillo y puede hacerse algo repetitivo si vamos a por todo. A la hora de la verdad el texto impera sobre lo jugable y hay situaciones que se resuelven al contrario de lo que pensamos, y otras que solo tienen sentido cuando las hacemos en varias ocasiones (como comprar café). Es una experiencia interesante, y cada partida puede durar de tres minutos a algo menos de una hora según el ritmo que le demos y cuando queramos terminar, por lo que es más adecuado para ratos cortos que en vez de un atracón.

Resumen
Un planteamiento original acompañado de una jugabilidad sencilla y básica. Algunas ideas son buenas y el uso del mando, aunque breve, es adecuado, pero su inglés y varios aspectoss nos pueden echar para atrás más pronto que tarde. Así que, si tienes dudas, prueba la demo de la eShop (te ofrece pocos finales y solo unos días de la trama para jugar).
6.5
Justo
Escrito por
Pikmin de nacimiento y strawhard de corazón, colecciono monedas DK por diversión.

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