Hace unos años los estudios independientes comenzaron a coger fuerza e importancia y aventuras como Journey demostraron que hay vida más allá de las grandes propuestas económicas de otras compañías. Arise: A Simple Story cobró vida hace un par de años bajo esa premisa y logró cautivar al público. Los barceloneses Piccolo Studio nos ofrecen, ahora en Switch, disfrutar de esta melancólica historia donde el control del tiempo marca la diferencia.
La historia de una vida
La muerte del protagonista da comienzo a un viaje a través de los recuerdos más importantes de su vida. Siempre con una perspectiva muy personal, descubriremos etapas alegres, emotivas y tristes hasta llegar a su inevitable final.
Sin ningún tipo de lenguaje verbal, cada uno de los diez capítulos que dividen la aventura tienen un común denominador jugable: el control del tiempo. Algo que poco a poco cobrará sentido en un título enfocado a esa narrativa jugable enfocada en la resolución de sencillos puzzles.
Y es que Arise: A simple Story – Definitive Edition no es un juego retador, si no, en la línea de los productos mencionados una experiencia narrativa y jugable enfocada en el avance y disfrute por sus preciosos escenarios.
Controlando el tiempo
El núcleo vital pasa por controlar un limitado marco temporal del escenario, hacia delante o hacia atrás, para poder avanzar. Esto nos permite bajar el nivel del agua al caer la noche y desvelar una rocas antes invisibles para cruzar un lago o por el contrario alzar el Sol hasta que esa misma agua permita subir a flote unos tablones de madera para llegar a un nuevo lugar inalcanzable.
Todo resuelto bajo una sencillez y elegancia ejemplar que además viene aderezada por un apartado visual muy estilizado donde la fuerza de la luz y los planos cobran un papel importantísimo para dar emotividad a este viaje personal.
El control de tiempo sabe evolucionar y adaptarse a la narrativa durante todo el desarrollo
Nuestro héroe no tiene más habilidades que el salto, la escalada y un gancho para balancearse en lugares más peligrosos es por ello que la variedad de situaciones durante el desarrollo viene dada por un control del tiempo que ofrece nuevas mecánicas en cada recuerdo.
La imaginación y puesta en escena de todas ellas cobran además una nueva dimensión con una banda sonora compuesta por David García Díaz al que muchos pondrán en su lugar si decimos que es el responsable de las de obras como Rime o Hellblade. Y aquí, como no podía ser de otro modo, es clave para empatizar con lo que ocurre en pantalla en cada momento.
Ahora portátil
Esta Definitive Edition de Arise: A simple Story incluye elementos descargables con su mencionada banda sonora y libro de arte. Además, se ha incluido un modo foto, tan popular en estos días, que si bien ayuda a dejar en el recuerdo cada estampa del título no es tan flexible como nos gustaría.
Pero lo importante del asunto es su portabilidad, porque disfrutar de algo tan especial como Arise: A Simple Story en cualquier parte es lo que convierte a esta versión tan apetecible. Es cierto que han habido recortes visuales de todo tipo (texturas, modelados, iluminación, fps…) y sufrimos algo de pop-in en zonas más abiertas, pero con todo, la experiencia sigue siendo la misma.
A pesar de los recortes visuales, la experiencia sigue intacta respecto a otras versiones
Esto también quiere decir que siguen conservándose sus taras como unos saltos demasiado imprecisos o un desarrollo, en la segunda mitad del juego, no tan inspirado. Aún con esto, las seis horas de aventura, con unos coleccionables que tampoco ofrecen un especial reto, serán más que satisfactorias.