HoPiKo es un juego que llega a Nintendo Switch para traernos virus, velocidad y píxeles – todo en uno, siendo lo más importante nuestra precisión al actuar, ya que será la clave del éxito o del fracaso. Es hora de ver si esta propuesta, aparentemente simple, engancha y divierte.
Rebote, salto, HoPiKo
Si hay que enmarcar este título dentro de un género, sería el del puzle-plataformas. No tenemos saltos típicos, sino que todo se basa en salir disparados de una plataforma a otra, indicando la dirección a la que queremos ir. Hay muchos obstáculos por el camino que harán que sea necesario ser precisos con nuestros controles.
Sin embargo, hay un detalle que hay que tener muy en cuenta. El primero de ellos es el tiempo, ya que disponemos de muy pocos segundos para completar cada nivel. Además, cada nivel se descompone en microfases, por lo que hay que pensar no solo un recorrido, sino cinco distintos siguiendo básicamente nuestros reflejos ojo-mano. Por suerte hay aumentos de tiempo por el camino, pero claro, hay que ver si realmente merece la pena cogerlos.
Estilo retro lleno de color
No son pocas las trampas que hay que sortear, lo que seguramente nos haga caer y tener que repetir el nivel. Por lo tanto va a haber (salvo que seamos unos linces) que tirar de ensayo y error en más de una ocasión, sobre todo con la introducción de cada nuevo tipo de trampa y enemigo. Eso sí, al ser muy cortos los tramos a repetir, no se hace tedioso del todo y nos engancha de lo lindo.
Hablar de HoPiKo es hablar también de estética retro. Encontramos píxeles y música chiptune a rabiar que encajan muy bien en el juego, con elementos en pantalla sin mucha saturación de sprites pero que se encuentran muy bien diferenciados por colores, de forma que sea más sencillo identificarlos. Todo sea para liberar a la consola retro de la que formamos parte de un virus malvado.
HoPiKo es simple, rápido y adictivo a más no poder. Si eres fan de la habilidad y de pensar en microsegundos lo que debes hacer, este título es para ti. Si por el contrario eres de experiencias más pausadas, aléjate de él. Uno de sus grandes fuertes es que es un concepto muy sencillo y que funciona muy bien, por lo que es algo que ante todo se termina de comprender mejor si se juega.
