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The Inner World

Tras muchos años sin títulos de renombre ni un gran apoyo por parte de las grandes compañías los Point & Click parecen entrar de nuevo en una segunda juventud gracias a las plataformas de distribución digital y a pequeños estudios que siguen apostando por los géneros que dominaron el panorama videoueguil en los años 80 y 90.

The Inner World es uno de esos títulos que podría pasar desapercibido en otro tiempo, pero que en la actualidad tiene una buena oportunidad de colocarse como uno de los mejores juegos de su género en los últimos años. Gracias en gran parte a sus muchas virtudes, pero también a la cada vez mayor aceptación que hay por parte de los jugadores de los títulos indie. Y es que no solo de títulos triple A vive una plataforma, una premisa que Studio Fizbin ha sabido entender y aprovechar.

La caída de Asposia y el resurgir de una raza.

El título The Inner World no puede irle mejor al juego y es que el mundo de Asposia está basado en la hipótesis de la tierra hueca, este “mundo subterráneo” se sustentaba gracias a tres fuentes sagradas de viento, este viento, de naturaleza desconocida, traía luz y calidez a Asposia. Sin embargo, desde hace un tiempo dos de las grandes fuentes dejaron misteriosamente de funcionar, el mundo se volvió oscuro, tétrico y los dioses del viento despertaron y comenzaron a convertir los Asposianos en piedra.

En la actualidad solo una de las fuentes sigue funcionando, aunque a duras penas y gracias al estricto control del abad Conroy. Con él vive nuestro auténtico protagonista, Robert, un joven músico y recadero del abad que se diferencia del resto de habitantes de Asposia por tener unos misteriosos agujeros en la nariz. En un abrir y cerrar de ojos Robert se encontrará por accidente fuera de palacio por primera vez en su vida, y se verá envuelto en una trama mucho más compleja de la que podría llegar a imaginar.

La premisa del título es realmente interesante y se desarrolla de manera bastante estable durante las 10 a 15 horas que puede llegar a durar el título. La historia, pese a tener un trasfondo bastante serio esta plagada de momentos de humor, y el trato que se le da a los personajes durante la ésta es exquisito. El torpe e inocente Robert, Laura, enigmática e intensa, Conroy con su sutil perversidad e incluso Peck, la paloma con más mala baba e hiperactividad que nos hayamos echado nunca a la cara, todos ellos tienen sus grandes momentos durante el desarrollo de la aventura. Es posible que no exagere al aseverar que The Inner World es sus personajes, y que si funciona como lo hace es gracias a como están desarrollados.

The Inner World, del Point & Click al “Item Targeting”.

En el apartado puramente jugable volvemos a encontrarnos (como suele ser habitual en este género cuando abandona el PC) con un sistema que, aunque es eficiente en la gran mayoría de situaciones, esta a años luz de lo que se puede conseguir con un buen ratón. El juego no sufre en exceso, el movimiento de los personajes se lleva a cabo con el stick izquierdo de la consola mientras que los hotspots cercanos se resaltan con el gatillo R un vez estemos lo suficientemente cerca. Al hacer objetivo un elemento del entorno se nos abrirá el menú de opciones disponibles, ver, coger y combinar.

Es un sistema bastante sencillo pero que en ocasiones puede llegar a causar problemas, el hecho de que nuestro personaje tenga que estar cerca del elemento con el que queramos interactuar consigue que en ocasiones no tengamos en cuenta todos y cada uno de los elementos que hay en pantalla, olvidándonos algún objeto en nuestro camino lo que por ende nos lleva a estar un buen rato buscando una solución para un puzzle de el que nos faltan piezas. Es posible usar el gatillo L de switch para que resalten todos y cada uno de los puntos calientes del juego, y aunque puede ser una solución para la mayoría, los mas puristas lo verán seguro como una forma de allanarle el camino al jugador.
Otro de los aspectos que hay que comentar en este sentido es que en The Inner World contamos con un “selector de dificultad” el juego empieza exactamente igual para todo el mundo pero según como nos veamos podemos pedirle al título que nos de algunas pistas para seguir avanzando, pistas que irán proporcionando más y más información cuanto más usemos esta herramienta.

Y creedme cuando digo que en alguna ocasión habrá que echar mano de esta ayuda, ya que The Inner World cuenta con algunos puzzles que carecen casi completamente de sentido, al menos para una mente cuerda, no son la norma, mas bien son una excepción, pero hay que tener muchísimo bagaje en el género para que algunas de las situaciones que se nos plantean se vean con meridiana claridad.

Un mundo lúgubre pero simpático a partes iguales.

The Inner World no solo cuenta con una historia entretenida y unos personajes con carisma, su apartado técnico también ayuda a consolidar al juego como uno de los grandes Point & Click de los últimos años.
El apartado gráfico opta por emular los dibujos animados 2D, una apuesta sencilla pero efectiva si se hace bien y las animaciones funcionan. Y en ambos casos The Inner World cumple con nota, el estilo de dibujo de los entornos es bastante sobrio, sombrío y con bastante detalle, hecho que contrasta con los personajes, resueltos de manera muy simple (básicamente son elipses con miembros), con rasgos muy acusados como grandes narices y ojos saltones. Estos rasgos a priori decepcionantes funcionan de manera perfecta al ver el juego en movimiento, la expresividad gana enteros con este aspecto “deformado”, y se les da notoriedad a las partes del cuerpo que realmente precisan de una atención especial durante el juego.

Musicalmente Inner World también cumple, utiliza buenas composiciones de acompañamiento y el doblaje e interpretación en inglés es realmente bueno, con diferentes tipos de humor salpicando la obra de manera continua, una lástima que los textos del juego solo estén disponibles en Alemán e Inglés.

Conclusión.

The Inner World podría llegar a considerarse uno de los mejores juegos de aventuras Point & CLick de los últimos años, tiene una gran historia respaldada por personajes realmente potentes. No adolece de excesivos problemas en su sistema de control (siempre y cuando abusemos del gatillo L para visualizar todos los hotspots) a pesar de manejarse exclusivamente con botones y olvidarse de la pantalla táctil. Es muy bonito artiticamente y esta animado de manera sublime, en definitiva, una obra casi redonda de no ser por sus incomprensibles picos de dificultad (nos enfrentaremos a algunos puzzles en los que tendremos que echar mano de la opción de ayuda en varias ocasiones) e inexistente traducción al español, y en juego de este corte es imprescindible saber en todo momento por donde te mueves y que estas haciendo.

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