Tras romper con Yuke’s, la desarrolladora habitual de la franquicia, a 2K Games le ha tocado buscarse otra con la que bailar, que no ha sido otra que Saber Interactive, el estudio que ya nos trajo los NBA Playgrounds y que ahora repite fórmula cabezona y arcade con este WWE 2K Battlegrounds. ¿Le habrá salido bien la jugada? Pues en unas cosas sí y en otras no tanto, es lo malo de comparar.
Un nuevo comienzo
Dejemos claro desde un principio que WWE 2K Battlegrounds es, ante todo, divertido, pero que también podría haberlo sido más. Esa es la sensación que nos queda tras unas cuantas horas frente a la pantalla, donde nos hemos encontrado con un juego que tiene mucho que ofrecer pero que parece no acabar nunca de desplegar todo su potencial, pero vayamos por partes.
La lucha libre ha sido siempre un deporte excesivo, en todo: presentación, sentido del espectáculo, aspecto de los luchadores, entrevistas… y sus juegos trasladaban esto mismo pero siempre con un toque incluso más realista en cierto sentido que en la vida real, al menos no todo estaba pactado en pos de la espectacularidad. Ahora esta nueva entrega, casi un spin off, pretende ser todavía más hiperbólica, con nuevos objetos (que no más, de hecho hay muchos menos y menos personalizables), más locura y más libertad a la hora de contar una historia, precisamente este último punto uno de sus principales reclamos.
WWE 2K Battlegrounds tiene una buena cantidad de modos, aunque sean menos que en los juegos serios, y destaca especialmente uno, su modo historia, aunque debería haberlo hecho más. Al final es poco más que un tutorial con una curiosa historia que gustará especialmente a los aficionados de esta disciplina ya que aparecen multitud de caras conocidas. Puede parecer que tiene muchos eventos, más de un centenar, pero cuando comprobamos que ir a por una recompensa en el mapa es uno de ellos ya vemos dónde está la trampa. Aun así, su estilo de cómic casa muy bien con el resto del apartado visual del título y su lectura se hace ligera. No es la panacea, pero no está mal.
El resto de modos también os entretendrán y os servirán para pasar buenos ratos ya sea jugando solos, la opción menos recomendable, o en compañía de varios amigos, ya sea de manera local u online, donde hasta 8 contendientes se darán de galletas en los diferentes battlegrounds, los cuales por cierto podremos crear desde cero. También podremos crear a nuestro personaje, pero este no contará con historia alguna, solo participar en contiendas, que tampoco está mal, vaya. Eso sí, a la hora de crear un personaje femenino fallan un poco sobre todo las caras, como también lo hacen en las luchadores de renombre del plantel. Por lo demás, el resto de opciones de personalización son apabullantes, aunque habrá muchos elementos bloqueados de inicio. Esto, que no debería ser malo de por sí, sí lo es en WWE 2K Battlegrounds ya que es desproporcionada la cantidad de horas que hay que jugar para desbloquear todo, claro que siempre está la opción de gastar dinero real. Los micropagos, o la opción de hacerlos, saltan a cada paso que damos prácticamente, incluso si queremos tener un slot más para otro personaje creado desde cero. Es abusivo y hace que todo tenga cierto tufillo a juego para móviles, cuando no lo es realmente.
Es una decisión que lacra en parte una experiencia por otro lado y como ya hemos dicho bastante divertida, pero a la que no le habría venido nada mal soltarse todavía más la melena.
Fuera de la caja
Jugablemente estamos ante un juego al que cualquiera puede jugar y donde llegar a dominar a un luchador, o a todos porque la diferencia es mínima entre tipos (un poco más de velocidad, fuerza…), no asegurará siempre la victoria. Esto se debe a que es muy sencillo de manejar, incluido el uso de sus potenciadores, pero también de dominar, ya que no hay profundidad apenas a este respecto. Machacando botones puedes llegar a hacer un buen papel, así como aprendiendo un par de combos básicos. Por lo menos cada partida será un espectáculo visual y no veréis dos combates iguales. Lástima que la cámara, sobre todo en las peleas de más de dos luchadores, haga extraños y no acabe de encontrar el ángulo, algo que también ocurre en la jaula de dinero, por ejemplo.
Donde no defrauda es en lo visual. En Nintendo Switch es especialmente llamativo lo bien que se ve, claro que si tenemos en cuenta que Saber Interactive obraron el milagro de The Witcher 3 en la consola, todo cuadra. Ayuda también que no sea el juego más exigente del mercado, lo que no quita para que todos los personajes estén recreados maravillosamente y el estilo muñeco (salen hasta de cajas de plástico) les sienta de maravilla a casi todos ellos. Luces y otros efectos también son buenos, ojalá ese mismo tratamiento se hubiera aplicado al sonido. La música no es mala pero se repite en exceso y a los comentaristas les pasa similar. Cumplidor y punto.
WWE 2K Battlegrounds se antoja por lo tanto como una buena opción para quienes sean seguidores de la franquicia y busquen una opción desenfadada a falta de la típica entrega anual, que estaba ya quemada. Hay que tener muy claro que gana enteros con amigos y que abusa a la hora de ofrecer avanzar pagando dinero real, pero siempre podemos elegir no hacerlo, perdiéndonos bastante contenido en ese caso o dedicándole más tiempo del deseado para ganar monedas del juego. Si tan solo se hubiera desatado un poco más no nos costaría tanto esfuerzo jugarlo en solitario, pero le ha faltado creérselo.
Mimbres hay como para romperlos en cualquier espalda
