Ponerse a los mandos de juegos perdidos en el tiempo con los que creces y compartes diversión y frustraciones a partes iguales con amigos es volver a una época de inocencia. Ya no por la nuestra propia si no también por la de un sector, el de los videojuegos, que comenzaba a plasmar en nuestras televisiones de tubo las bases de un legado que todavía perdura. Es hora de recuperar parte de ese tiempo pretérito con Shadow of the Ninja Reborn.
A sangre fría
No será sorpresa de nadie ver cómo aquellos escasos pixeles de colores que nos trasladaban a lugares totalmente increíbles pierden fuelle para los jóvenes de la actualidad. Aún así las grandes joyas merecen resurgir conservando la misma base jugable pero renovando su apariencia a una apta no sólo para los más viejunos del lugar. El juego de Natsume vuelve a la vida de la mano de Tengo Project tal como hicieron con Wild Guns Reloaded o The Ninja Saviors años atrás.
La versión original Shadow of the Ninja Reborn nació en 1990 para NES y ha pisado todas las consolas de Nintendo desde Wii en formato digital. Pero es ahora cuando al fin le vemos con un nuevo vestido. Un estilo pixel art que emula lo visto en la época de los 16 bits pero con efectos de luces más actuales. Un plataformas de acción lateral donde prima el combate cuerpo a cuerpo con nuestra katana sin olvidarnos de otras armas arrojadizas como los shurikens.
La versión original Shadow of the Ninja Reborn nació en 1990 para NES y ha pisado todas las consolas de Nintendo desde Wii en formato digital.
Un tipo de juego muy habitual en la época dividido en 6 fases de dificultad creciente que debíamos superar de una sentada. Media hora de diversión y sufrimiento que nos llevaba tardes y tardes poder completar. Blue Shadow, así se le conoció por aquí, marcó todo un verano para un servidor y probablemente el de alguno más que lea estas líneas. El patrón era tan sencillo como avanzar y derrotar todo tipo de enemigos (otros ninjas, robots que disparan desde la distancia…) mientras nos colgamos de plataformas y recogemos armas varias.
Aquí es donde Shadow of the Ninja Reborn marca un tanto a su favor con un inventario donde podemos acumular y seleccionar todo lo recogido por el camino en vez de usarlo de forma automática e instantánea. Esto nos permite plantear una estrategia en base a los enemigos que tengamos enfrente y decidir, de paso, cuando recuperar nuestra vitalidad bebiendo leche o comiendo bolas de arroz. Sin duda algo muy de agradecer aunque con un control incómodo y poco apropiado para momentos exigentes. Cambiar de arma primaria a secundaria a golpe de botón es fácil pero elegir entre lo demás, con muchas novedades, requiere demasiada pericia.
Mucho más que una fachada bonita
Aunque conozcas el original no servirá de mucho para superar este Shadow of the Ninja – Reborn. Sus desarrolladores quieren recuperar aquella esencia de intentarlo una y otra vez incrementando su dificultad considerablemente. Y no de forma injusta como podría haber sido si no añadiendo nuevos patrones a los enemigos que ya conocíamos, incluyendo alguno más por el camino y convirtiendo a los jefes finales en auténticos huesos duros de roer.
¿Lo bueno? Ahora no hace falta coger energías para terminarlo en una tarde con suerte. Cada nivel de Shadow of the Ninja Reborn se compone de varias sub fases desde las que comenzamos tras caer en combate. No hay límite de vidas y además podremos retomar nuestra partida desde de la última zona jugada cuando gustemos. Quizá, eso sí, no hubiera estado de más poder guardar varias partidas en vez de tener una por cada uno de los dos modos de dificultad existentes (normal y díficil).
Si te gusta el género sin duda tenemos entre manos uno de los grandes de su época por el que no parecen pasar los años gracias a todos esos ajustes jugables y visuales tan bien medidos… aunque se acabe en un suspiro.
Porque si viene un amigo a casa y probamos su genial modo cooperativo, además de facilitar el asunto, debemos optar por nuestra última slot de guardado o comenzar de cero, penalizando así nuestro progreso particular en el juego. Lo que si nos parece una lástima es no contar con el juego original. No pedimos cambiar entre uno y otro al vuelo por no tratarse se una conversión 1:1 pero sí revivir aquel juego de NES por enésima vez. En su lugar nos queda una vertiente contrarreloj por cada nivel una vez lo completemos en la campaña principal.
Por lo demás contamos con un producto estupendo en lo visual. Buenas animaciones, gran cantidad de efectos y enemigos en pantalla sin que eso afecte a la legibilidad con una reimaginación de los escenarios que le hacen parecer un título completamente nuevo al que, por momentos, incluso cuesta encontrar similitudes o relacionarlo con el original. Si te gusta el género sin duda tenemos entre manos uno de los grandes de su época por el que no parecen pasar los años gracias a todos esos ajustes jugables y visuales tan bien medidos… aunque se acabe en un suspiro.
Versión del juego analizada: 1.0.0