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Análisis de Red Dead Redemption

Después de un más que cuestionable Grand Theft Auto: The Trilogy – The Definitive Edition (que, eso sí, tras un par de grandes parches ya es perfectamente jugable), en Rockstar no han querido tropezar de nuevo con la misma piedra y le han encargado la conversión de este clásico de PlayStation 3 y Xbox 360 a Double Eleven Studios, quienes tienen experiencia en esto de portear juegos grandes y pequeños. ¿El resultado? Si os somos sinceros, toda una agradable sorpresa, no porque se haya traído sin fallas un título de hace dos generaciones ya al presente (faltaría menos, aunque hay de todo en la consola) sino porque ahora el juego luce mejor que nunca, y es que Red Dead Redemption en Nintendo Switch mejora en todo al original, salvo en contenido, por carecer del gran y entretenido modo multijugador en línea que tantas y tantas horas nos dio hace ya 13 años.

Western portátil

Esta nueva versión de Red Dead Redemption es la Edición Juego del Año, es importante remarcarlo desde un inicio porque eso significa que al enorme juego base habrá que sumarle un modo más difícil para la campaña (munición más escasa, menos salud, menor regeneración de vida o del Dead Eye, recompensas menos sustanciosas… merece la pena), un par de misiones extra y sobre todo la expansión Undead Nightmare, donde los zombis han tomado por completo el mapa. Tanto el modo Extremo, que así se llama, como la expansión Undead Nightmare estarán disponibles de inicio, pero no os recomendamos elegir este último contenido sin haber completado antes la aventura principal, sobre todo porque podéis ser víctimas de spoilers en forma de personajes y localizaciones.

Dicho lo cual, centrémonos en la que sigue siendo una de las mejores experiencias de mundo abierto que se han concebido en el mundo de los videojuegos, y seguramente el segundo mejor juego del Oeste jamás creado, superado tan solo por su secuela, pero esa no cabe en la híbrida de Nintendo (¿tal vez en su sucesora?). Un western que poco o nada tiene que envidiar a producciones cinematográficas como las de Sam Peckinpah o Sergio Leone, y que por supuesto cuenta con un guion a la altura de las circunstancias, donde su protagonista, John Marston, sigue brillando con luz propia más de una década después de su debut original.

Estamos en el año 1911. John, que no tardaremos en comprobar no es sino un pobre diablo del que todo el mundo se aprovecha para conseguir sus propios fines, se ve obligado a colaborar con el gobierno para, por un lado, poder reencontrarse con su mujer y su hijo, y por otro vengarse de uno de los cabecillas de su antigua banda: Bill Williamson. Si habéis jugado a Red Dead Redemption 2, estos y otros nombres os sonarán, y si no, tranquilos, que os los aprenderéis, porque Rockstar no escatimó en diálogos, ni en variedad de situaciones, personajes, minijuegos o cualquier cosa que os podáis imaginar. Eso sí, si habéis jugado antes al título protagonizado por Arthur Morgan, quizás esta primera entrega os resulte hasta cierto punto más “arcade” (muchas comillas), lo cual puede ser tanto bueno como malo según a quién le preguntes. Hay menos acciones que en RDR 2, los NPC interactúan menos con nosotros, no necesitamos alimentarnos y descansar, no nos crecerán barba y pelo, no habrá que asearse… Pero por contra bastará con silbar para que nuestro caballo aparezca de la nada (algo que agradeceremos enormemente, más aún después del tedio que resulta llamar a nuestra montura en el reciente Tears of the Kingdom), el peso y el olor no serán un problema, la vida se regenerará sola, no nos cansaremos y un largo etcétera que harán que nuestro paseo por el lejano Oeste sea un tanto más ameno y ágil. No esperéis un GTA meets westerns, como se le dio en llamar en su día, Red Dead Redemption es denso, sobre todo en sus primeras horas, pero tampoco cuenta con la profundidad de su secuela.

Claro que las comparaciones son odiosas, y el juego de John Marston sigue siendo maravilloso en sí mismo, por lo que es también una pena que se haya traído al presente sin cambios aparentes, aunque estemos hablando de la Edición Juego del Año, ya sabéis, la más completa, si obviamos que el multijugador en línea se ha perdido por el camino. ¿Una decisión defendible? Entendible, tal vez, así como la de su precio. No cuesta lo mismo que una novedad, pero 50 € por un juego de hace más de una década pueden dolerle al bolsillo. Sin embargo, y aunque no estamos ante una remasterización propiamente dicha, la versión que ha llevado a cabo Double Eleven está a caballo entre un simple port y una remasterización. Para empezar, la definición es superior en Nintendo Switch, algo que notaremos desde su secuencia de introducción, y el framerate será estable en todo momento. Algunas texturas son más nítidas, la distancia de dibujo es mayor (vemos más lejos sin perder elementos de vista, aunque a veces hay un ligero popping, algo casi inherente al género), la iluminación también es superior aquí, lo notaremos especialmente en las sombras que inciden sobre los personajes, y, y esto es lo mejor, los tiempos de carga serán mínimos: 10 segundos para iniciar partida y unos 3 para realizar el viaje rápido. ¿Suficiente? Bueno, en Nintendo Switch además tenemos el factor portátil, y ahí es impresionante ver un juego como este, pero no esperéis nada nuevo quienes ya lo habéis jugado.

Quienes no, aquí encontraréis un juego en el que perderos durante días o semanas, especialmente si sois fans del género cinematográfico spaghetti western, con un guion sobre venganza y superación de los mejores que ha parido la sede de San Diego donde no faltarán los tiroteos, los personajes histriónicos marca de la casa, los minijuegos (póquer, dado mentiroso, blackjack, pulsos…), los desafíos y toda suerte de misiones secundarias, que normalmente resolveremos a base de plomo, claro está, pero no siempre, porque habrá doma de caballos, pastoreo de reses, viajes en vagoneta… Y cuando os canséis o acabéis la historia, siempre podréis jugar a la expansión. Al principio puede parecer un producto menor, pero Undead Nightmare es, como ya pasara con las expansiones de GTA IV (ojalá sea el próximo juego de R* en llegar a Switch), un DLC de calidad indiscutible. No es solo matar zombis, hay que defender asentamientos, buscar munición, quemar tumbas, acabar con jefazos, buscar supervivientes, etc., y todo ello con nuevas músicas casi de serie B, nueva tipología de letra, nuevo filtro para la imagen, aspectos para los animales… Una vez más, una lástima no poder jugar en compañía a este y al mapa principal.

Que Red Dead Redemption llegue a Nintendo Switch ya es algo para celebrar, pero además lo hace mejor de lo que nos imaginábamos. Es un port, sí, pero realmente pulido. En la tele se ve de escándalo, culpa también de que ya en PlayStation 3 y Xbox 360 era un prodigio, y en portátil no desmerece en absoluto (y podemos cambiar el tamaño de los subtítulos, ¡sí!). Es una aventura mayúscula por la que no parecen haber pasado los años, y ahora podemos jugarla en cualquier parte. Claro está que tampoco nos habría importado verla por unos cuantos euros menos o con algunos extras más ya fuera en forma de cómo se hizo, bocetos o similar, pero pensamos quedarnos por New Austin (y el resto de territorios) una temporadita larga.

red dead redemption

P.D.: para la edición en formato físico habrá que esperar hasta el 13 de octubre.

Resumen
Sabemos que tiene su tiempo, pero sigue pareciendo un juego actual. Es un port con mejoras en cuanto a iluminación, resolución, tiempos de carga y algún detalle técnico más, así que estad tranquilos en ese aspecto. La ausencia del modo en línea duele, pero se entiende.
8
Notable
Escrito por
Señor Bichos para ti.

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