Qué mejores tardes de verano que enfundarse bajo la piel de los trabajadores de F.A.R.T. (con bromas incluidas a lo que os imagináis) para hacer unas cuantas mudanzas con Moving Out 2. Risas y discusiones, a partes iguales, en compañía de amigos y familiares.
Todo a su sitio
¿Para qué cambiar algo que funciona bien? Con toda la razón, sus desarrolladores, no se han molestado un ápice en modificar una fórmula de juego instaurada por Overcooked! años atrás. De este modo Moving Out 2 continúa ofreciendo alocadas partidas multijugador pero con mucho más pulido, variedad y sentido del humor que su precuela. Algo presente en pantallas de carga, diálogos entre niveles y aspecto de sus personajes, con mayor variedad pero igual de surrealistas (objetos y animales de cuerpo humano).
Si hay alguien que no lo conozca, básicamente se trata de, en un escenario reducido a poco más de lo que cabe en pantalla, llevar todos los objetos a transportar de una casa al camión de mudanzas en tiempo récord. La gracia del asunto como no podía ser de otro modo es la cooperación con el resto de jugadores ya que no todos los objetos son igual de grandes o pesados, necesitando ayuda de otros compañeros (se indica en cada objeto) para poder moverlos y hacerles hueco en el camión.
Además de meter todo al camión también pide colocar los muebles en su sitio o transportar animales mientras cumplimos diferentes objetivos secundarios.
Hay muebles pequeños que caben por las puertas, otros como sofás que son más fáciles de manejar lanzándolos por los ventanales de la casa (mecánica que necesita trabajo) y algunos son frágiles y requieren ser más delicados si queremos sumar más puntos. Una vez todos estén en el camión podremos descansar por unos instantes y ver qué marcas obtenemos. Niveles de unos pocos minutos ideales para rejugarlos y cumplir los diferentes objetivos secundarios que van apareciendo (no romper ventanas, no dejar ningún grifo goteando…) que nos ponen las cosas más complicadas.
Lejos de plantear siempre la misma problemática en Moving Out 2 encontramos niveles donde funcionamos a la inversa: colocar los muebles en su sitio o transportar a unos inquietos animales de granja. Esto cambia completamente la metodología de juego, cómo pensar y colaborar. Se suman puertas que se abren en una dirección, muros o vallas a romper (incluso con ayuda de cabras) y muchos otros gimmicks que no dejan de dar variedad a una base común, generando caos, risas y desorden.
Todo tiene que quedar dentro del camión, aunque aquí toca colocar todo en la casa.
Ampliando horizontes
Moving Out 2 ofrece cientos de referencias para los jugadores más viejunos del lugar y prueba de ellos son unos niveles retro que desbloqueamos al encontrar cartuchos de Nintendo 64 (tienen la misma forma). Dichas pantallas son todo un derroche de habilidad donde cambian las reglas del juego. No hay casas. En su lugar aparecemos en un escenario abstracto de plataformas flotantes que nos propone llevar ciertos muebles hasta el final de un recorrido repleto de obstáculos, plataformas móviles y láseres que resultan un gran soplo de aire fresco.
Del mismo modo nos topamos con nuevos skins y personajes en cajas, lo que hace que investiguemos y trasteemos por los niveles más allá de los requisitos establecidos. Personajes tan dispares y divertidos que continúan bebiendo del mentado Overcooked! y sus protagonistas en silla de ruedas. Todo es posible en su elenco y una buena motivación en busca de nuestro próximo personaje favorito. Algo que luce estupendamente en su modo online, donde podemos participar en sesiones multiplataforma asegurando así la afluencia de gente.
El comportamiento de las físicas impide una precisión que el juego necesita.
Todo suena divertidísimo. Y lo es. Ahora además hay una larga lista de opciones para facilitar el juego a los menos hábiles con el modo asistido donde marcar más tiempo, objetos ligeros y otros hándicaps que lo vuelven más familiar. Porque es cierto que por sus propias mecánicas Moving Out 2 puede llegar a desquiciar. Sobre todo con un comportamiento de las físicas (colisiones, agarres, lanzamientos..) que impide una precisión que el juego necesita. Incluso dejar los objetos en el camión de mundanzas puede darnos más de un problema.
Esto hace que sea una alternativa muy similar a Overcooked!, pero a su vez mucho una menos precisa, exigente y milimétrica en lo jugable. Aquí tenemos un producto algo más orgánico donde no siempre controlamos qué sucede en pantalla, lo hace imprevisible cuando no debe pero también garantiza otro tipo de diversión en compañía, más festivo. Su rendimiento podría ser mejor, el scroll de cámara nos impide ver con claridad y los tiempos de carga tampoco ayudan al desbloquear objetos (casi que nos molesta conseguir nuevos skins)… pero al final divierte y mucho.
Los animales no se están quietos y atraparlos es todo un reto por sí mismo.
Versión del juego analizada: 1.2.280
