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Análisis de Grand Theft Auto: The Trilogy – The Definitive Edition

Grove Street Games ha sido la encargada de traer de vuelta los tres Grand Theft Auto de PlayStation 2 que más tarde vieron la luz también en otras plataformas. No es la primera vez que se enfrentan con estos títulos pues ya los adaptaron a teléfonos inteligentes con un resultado más que digno en parte gracias a lo poco que variaban respecto a sus versiones originales. Ahora y para esta edición definitiva de Grand Theft Auto: The Trilogy han tenido que ir un paso más allá para lo cual han vertido más promesas que esfuerzo, visto el resultado final. Y en Nintendo Switch el desastre es todavía mayor.

Todos conocemos GTA, aunque puede que algunos no hayáis jugado a alguno de estos tres juegos, ya fuera por edad o porque no os llamaron la atención en su momento. Fueron, empezando por GTA III y como bien sabréis, la base sobre la que se cimentaron más tarde decenas de juego de mundo abierto, y nos ensimismaron a millones de jugadores de principios de los 2000 gracias a una libertad sin precedentes que además iba in crescendo según se iban sucediendo sus entregas, hasta llegar a GTA: San Andreas que acabó por reventar la industria y casi las PlayStation 2 sobre las que corría pues no parecía posible que todo eso cupiera en la 128 bits de Sony.

Son decenas de horas de juego y de recuerdos las que muchos entre los que me incluyo tenemos acumuladas, por eso esperábamos con ansia esta remasterización con tintes de algo más, y por eso también miramos con preocupación ese primer tráiler donde veíamos unos modelados de personajes que no nos acababan de convencer. Si llegamos a saber que eso no iba a ser lo peor… Porque sí, eso es solo una parte del desastre que ha llevado a cabo Grove Street Games bajo el amparo de Rockstar y de Take-Two, responsables finales de este desaguisado. Pero volvamos a los juegos como tal antes de seguir despotricando.

La Santísima Trinidad de los mundos abiertos

GTA III, GTA: Vice City y GTA: San Andreas son los tres títulos que han sufrido un lavado de cara y algo más en Grand Theft Auto: The Trilogy – The Definitive Edition, pero, ¿cómo eran estos juegos (y cómo siguen siendo)?

GTA III

El germen de todo con permiso de Body Harvest de Nintendo 64 (también de DMA Design, ahora Rockstar North). Empezamos fugándonos de un furgón aprovechando que viajábamos con un mafioso a cuyos secuaces han venido a rescatar para, acto seguido, robar un coche y pum, libertad. Toda una ciudad a nuestros pies, una Liberty City que era tan protagonista como todos los personajes que nos cruzábamos en nuestra libertina aventura.

Con libertad a la hora de elegir qué misión hacíamos primero o la posibilidad de hacer de taxistas, chulos, bomberos o conductores de ambulancia, GTA III no tardó en convertirse en todo un éxito no exento de polémica; ya sabéis, los videojuegos tienen la culpa de muchas cosas para la tele. Además, esta libertad también se traducía en que muchas misiones podíamos abordarlas desde diferentes ópticas, ya fuera en coche o a pie, hasta teníamos tiempo para no hacer “nada”, simplemente conducir y escuchar sus magníficas emisoras de radio, todo mientras veíamos cómo la gente iba de aquí para allá y el atardecer precedía a una noche que dejaba toda la ciudad bellamente iluminada, o eso nos parecía entonces. 

Lo cierto es que ahora y tras el paso de los años y de juegos de corte similar nos damos cuenta de que GTA III es un tanto repetitivo y adolece de un sistema de tiroteos bastante tosco, con unos NPC suicidas que cuando conducen parecen no respetar una sola norma de tráfico, pero sigue siendo la mar de entretenido y el hecho de empezar desde abajo cual matón de tres al cuarto nos hace seguir queriéndolo como el primer día, algo a lo que también contribuyen unos secundarios que podrían pertenecer a cualquier serie o película mafiosa de éxito.

GTA: Vice City

Y Rockstar volvía a dar la sorpresa. Esta vez, el juego se ambientaba en el Miami de los 80 y destacaba por un estilo visual mucho más colorido con los neones por bandera y sobre todo por una de las bandas sonoras más recordadas del mundo de los videojuegos.

En lo jugable también le pegaba un repaso al anterior juego y era incluso más atrevido que este a la hora de presentar ciertos temas, algo que Rockstar ha seguido haciendo hasta nuestros días, excepción hecha como más tarde veremos con esta trilogía remasterizada. Ahora nuestro protagonista ya no es mudo como en GTA III sino que es una parte más fundamental de toda la historia y además podemos cambiarnos de ropa, arrendar clubes, etcétera.

Una evolución de una fórmula que funcionó desde un principio en la que se limaron multitud de detalles y con una estética hasta hoy inimitable.

Grand Theft Auto The Trilogy

GTA: San Andreas

Una vez más y antes de lo que podíamos imaginarnos, Rockstar tenía listo el que era posiblemente el juego más grande que había visto consola alguna, al menos en cuanto a dimensión del mapa y posibilidades se refiere; pero GTA: San Andreas no solo era inmenso, sino también variado. Había que comer, vestirse, podíamos echarnos novia, ir al gimnasio, montar en bici, bailar, jugar al billar y un larguísimo etcétera que hacía que nos sintiéramos apabullados en un primer momento, pero todo encajaba a la perfección y ese toque a lo juego de rol de mejorar nuestros atributos era todo un puntazo.

Aquí además había pueblos, bosques y no una sino tres ciudades a explorar, todas ellas con distintos edificios que comprar, trabajos que hacer y secundarios que conocer en una historia muy gangsta que, seamos francos, hoy se nos haría un poco más cuesta arriba. De cualquier forma, San Andreas era tan inconmensurable que esta se diluía entre tantas misiones que hacer y sitios que visitar y al final era lo de menos.

Grand Theft Auto The Trilogy

La Definitive Edition

Con estos mimbres era muy sencillo acertar, pero no ha sido el caso, al menos no del todo, porque dejemos claro desde ya que los tres títulos son jugables de principio a fin, pero eso no justifica lo que han hecho con esta remasterización.

Para empezar y ya que entra por los ojos, hablemos de cómo se han llevado a Unreal Engine 4 los tres juegos: regular. Si bien los protagonistas de GTA III y Vice City han corrido mejor suerte, no podemos decir lo mismo de Carl Johnson. El nuevo aspecto redondeado y hasta brillante (más si llueven esas líneas blancas horribles) no le sienta bien del todo a ninguno, pero menos a CJ, especialmente si va al gimnasio. Pero no es solo a él ya que muchos secundarios de los tres juegos adolecen del mismo problema de redondez extrema y exceso de base en el maquillaje. Se han cargado el parecido con los artes promocionales, algo que entonces se intentó disimular con unas texturas más o menos acertadas pero que ahora no hay por donde justificar. En Vice City puede ser donde menos den la nota estos diseños por el colorido general y el tono un poco más desenfadado de toda la obra, pero en San Andreas, que por algún motivo es el que más ha mejorado el texturizado de la ciudad (más realista), el contraste es enorme. 

A todo esto hay que sumarle una ingente cantidad de bugs y glitches como texturas fuera de lugar, dedos que crecen sin sentido, choques contra la nada, muertes sin venir a cuento, atravesar objetos sólidos y sobre todo un framerate que lucha por llegar a las 30 imágenes por segundo, lucha y pierde. No hay narices a estar dos minutos conduciendo sin sufrir rascadas. Por no hablar de los coches y otros elementos que aparecen casi de repente si vamos a una velocidad moderadamente rápida, lastrando así en mucho la experiencia de juego, o que el testeo ha debido ser casi nulo al encontrarnos letreros mal escritos que estaban bien en los originales, por poner un ejemplo, eso por no hablar de la bajada de pantalones de Rockstar (o Take-Two o quien sea) en cuanto a autocensura se refiere, no vayan a ofender a nadie (cuando ha sido una seña de identidad de la compañía toda la vida). Porque que sea ligeramente borroso lo aceptamos, cosas del motor elegido y de Nintendo Switch, pero el resto no. 

Grand Theft Auto The Trilogy

Sin embargo no todo es malo en Grand Theft Auto: The Trilogy – The Definitive Edition. Los juegos, pese a contar con sus años, siguen teniendo calidad más que de sobra y poder jugarlos en modo portátil es una delicia así como una excusa perfecta para echarles más horas que nunca, y de hecho parecen correr mejor así. Las nuevas texturas están muy bien en la mayoría de los casos y se ha ampliado la distancia de dibujo una barbaridad. Esto último en San Andreas no ha sido para bien, ya que lo que antes veíamos en el horizonte entre nubes, ahora estará siempre a la vista, pareciéndonos el mapa mucho más pequeño y hacinado. La radio también ha mejorado en cuanto a calidad de audio, aunque las canciones que se perdieron en una anterior recopilación no se han recuperado ni añadido nuevas, así que hay menos que en los originales, y los diálogos no han corrido la suerte de ser mejorados, que se lo digan a Ryder y su voz de lata.

Sumadle a todo varias mejoras de calidad de vida como una ruleta para elegir armas, la posibilidad de cambiar el tamaño de los subtítulos y varias opciones de visualización más, un sistema de apuntado y de conducción mejorados, puntos de guardado automáticos para repetir misiones si fallamos y una nueva iluminación y reflejos más que destacables y tendréis algo a lo que podréis jugar pero que no será digno del nombre que lleva, y mucho menos de la etiqueta de Definitive Edition.

Falta testeo, falta cariño y faltan buenas decisiones y contenido extra en forma de documentales, ilustraciones, reproductor de música o lo que fuera, pero son juegos a los que les sobra calidad de raíz, y eso puede ser lo que les salve.

Al menos desde Rockstar ya han prometido estar trabajando en parches para solucionar estos errores (no sabemos si todos), pero sea como fuere ya llegan tarde.

Resumen
Los juegos siguen siendo buenos, pero se disfrutan menos al funcionar así de mal. El nuevo aspecto puede ser defendible, pero en algunos NPC se ha puesto poco cuidado. Multitud de bugs de otras ediciones y varios nuevos. Menos canciones que los originales.
6
Justo
Escrito por
Señor Bichos para ti.

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