Cooperar, colaborar… y mosquearse. Pero también divertirse. Un cúmulo de acciones y sensaciones inherentes a esa vertiente de títulos multijugador donde resulta imprescindible trabajar en equipo. Ready, Steady, Ship! propone eso mientras llevamos cajas de un lado para otro.
Un rompecabezas cooperativo
La estructura marcada por el afamado Overcooked! All You Can Eat continúa expandiéndose bajo el mismo prisma. Pequeñas misiones, más largas de lo habitual, en las que sincronizarnos con nuestros compañeros de juego para cumplirlas con éxito en el menor tiempo posible. Hasta aquí la idea de Jolly Bits Games no parece reinventar la rueda pero añade un componente diferencial algo más exigente y desafiante: los rompecabezas. Al final de lo que se trata es de hacer llegar las cajas de colores al carguero correspondiente en el orden correcto pero con mucha precaución.
Podemos emplear el modo tradicional de cargar con ellas a cuerpo, algo que nos toca hacer a veces, pero si queremos ser eficientes debemos emplear las cintas transportadoras para que todo funcione de la forma más automatizada posible. Pero claro, a estas les faltan piezas y aquí hay un par de pobres trabajadores que no pueden culminar su trabajo sin ellas. Así que sí, nosotros mismos seremos los responsables de mover los módulos que faltan de aquí para allá y orientarlos en la dirección adecuada para que las cajas lleguen a buen puerto (y nunca mejor dicho).
Cuando llegan las carretillas y grúas necesitamos aprender el control y las físicas nos pueden sacar de quicio a las primeras de cambio
Claro, las cosas se complican y en ocasiones las cajas nos llegarán desplegadas y por rellenar de corcho, por lo que en medio de la cadena de transporte toca buscar el espacio correcto para insertar las maquinarias para ello y que también accionamos manualmente nosotros. Eso, reparar otras estropeadas además mantenerlas en funcionamiento mientras todo está en marcha y un buen cúmulo de problemas adicionales que aparecen en cada nivel ofreciendo una amplia variedad de situaciones.
Aparentemente todas medianamente asequibles hasta que llega la hora de manejar carretillas y grúas. Decimos esto porque el juego cambia radicalmente la accesibilidad ofrecida hasta el momento para complicarla de forma algo injusta y desesperante. El control de estos necesita aprendizaje y las físicas de las cajas nos pueden sacar de quicio a las primeras de cambio. Los palés se caen de la carretilla y parecen pesar lo mismo que una única caja vacía generando momentos incontrolables, sobre todo, para esos jugadores menos hábiles y pacientes que solo buscan un lugar donde divertirse.
Un trabajo por pulir
Con Ready, Steady, Ship! Tenemos una alternativa interesante al mentado juego culinario y también a otros como Tools Up! o el reciente Moving Out 2. Juegos ideales para compartir con nuestra pareja o amigos y que en este caso se reduce la experiencia a dos jugadores y sin juego online para expandir posibilidades. Puede ser un hándicap inicial, sobre todo el límite de compañeros, pero una vez puestos en faena y los líos que se pueden montar sin duda es la mejor decisión posible.
Mover módulos de las cintas no es una tarea liviana y muchas veces prima el ensayo y error, algo que no termina de convencer, provocando quedarnos atrapados contra la pared teniendo que desmontar el tinglado para salir de ahí y arrastrar la pieza de otro modo para impedirlo. Además la pantalla partida hace acto de presencia en ciertos niveles más amplios (con carretillas principalmente) lo que reduciría el ampo de visión también si tuviera que dividirse en más porciones.
Presenta un sólido apartado visual: buena resolución y tasa de fotogramas que ayudan en la cooperación, visibilidad y fluidez de juego.
Hay ciertas incomodidades con la cámara ya que no siempre muestra la acción al completo y el control, al tener más acciones, es más complicado de lo que debiera. No es tan alocado como la competencia pero sí una alternativa si necesitamos sangre fresca, distinta y algo más compleja de dominar. Además, Ready, Steady, Ship! presenta un sólido apartado visual, con buena resolución y tasa de fotogramas, que ayudan en la cooperación, visibilidad y fluidez de juego. Estéticamente es meramente correcto, sin nada a destacar, presentando quizá escenarios demasiado convencionales.
Y los personajes, seña de locura en este tipo de juegos, tampoco son muy destacables además de contar con un diseño que no nos ha convencido mucho. Al final contamos con treinta misiones que garantizan unas cuantas tardes cooperativas, teniendo en cuenta que cada una se puede alargar a unos innecesarios quince minutos, pero a la vez se queda algo cojo en incentivar jugarlo más para desbloquear personajes (no hay muchos) o niveles secretos, y también más dispares, que nos hagan sacar alguna sonrisa extra que no viene mal por un exigente e incontrolable por momentos planteamiento.
Versión del juego analizada: 1.1.0