¿Volver a los 90 cuando el género de los plataformas se encontraba en plena explosión de creatividad gracias a las 3D? Eso es precisamente lo que busca Racoo Venture, un título que bebe de ese salto a la tridimensionlidad pero conservando la vertiente más plataformera.
Plataformas de otra época
Diego Ras es el desarrollador de este universo dividido en cinco mundos en el que manejamos a un mapache. Un plataformas de cámara fija similar a lo que vivimos en Super Mario 3D World o New Super Lucky Tale, limitando nuestra visión y por lo tanto la forma de afrontar los niveles. Tan pronto se muestra una escena cenital como lateral cambiando considerablemente el enfoque del juego en cada momento. Esto sirve para jugar con sus coleccionables ocultos en túneles que no se ven a simple vista o plataformas apreciables al asomarnos a un extremo del nivel.
Raccoo Venture ofrece una jugabilidad relativamente calmada pensada para buscar monedas, caminos secundarios con cofres secretos y diferentes tipos de coleccionables, muy limitados, en niveles que llegan fácilmente al cuarto de hora de duración. Esto si nos enfocamos en descubrir todo lo que ofrecen mientras nos asaltan otro tipo de mamíferos. La única habilidad de nuestro héroe, además del salto, es el culatazo y es la que emplearemos para acabar con ellos o romper rocas para abrirnos paso en el bosque de Verta.
Ofrece una jugabilidad relativamente calmada pensada para buscar monedas, caminos secundarios con cofres secretos y diferentes tipos de coleccionables
Bueno, esto y coger objetos permitiendo portar llaves hasta el cofre con candado o frutos de los árboles para atontar enemigos unos instantes o eliminarlos si estos son explosivos, por ejemplo. Como al coger algo no podemos saltar y nuestro movimiento es más lento también debemos tener más cuidado del camino a seguir y los enemigos distribuidos por él. Por el camino nos toparemos con algunos personajes amigos, como el buitre que nos pide probar suerte en una especie de lotería, o algún otro que busque alguien con una vestimenta concreta.
Y es que algo importante en Raccoo Venture es vestirnos con diferentes atuendos que conseguimos en los niveles encerrados en alguno de los mencionados cofres secretos. Realmente no afectan jugablemente y utilizarlos será por simple placer, como lo hacíamos en Super Mario Odyssey, pero aportan ese carácter de personalización más allá del simple coleccionable numérico, que ya los tiene. Todo suena bonito y conocido y este precisamente el principal problema de la aventura: ofrecer algo demasiado visto pero sin ningún carácter.
El control responde bien, algo fundamental entre tantas plataformas.
Inspiración sin chispa
Desde el primer nivel notamos que todo lo que nos ofrecerá el título a lo largo de sus buenas seis horas está sobre la mesa. Y lo cierto es que acaba resultado así. Poco a poco se introducen más o menos exigencias en las plataformas, algunos mecanismos o pequeños puzles, pero basar toda su propuesta en saltos con culatazo e interruptores le pasa factura demasiado pronto. No hay secciones emocionantes ni sorprendentes pero sí una exigencia constante al jugador al que no se le permite errar si no quiere caer al vacío o repetir una sección completa.
La falta de gracia a la hora de resolver todo esto queda reflejada con un primer juego de dianas donde recogemos frutos para lanzarlos contra ellas. La precisión brilla por su ausencia y sumado a la propia mecánica hacen que, los ya de por sí excesivos, tres minutos que dura la prueba se vuelva eterna e innecesaria. Lo suficiente como para no querer repetirla por lo que siendo una de esas cápsulas de oxígeno entre saltos y saltos es algo que dice mucho de lo ofrecido. Ni siquiera los jefes finales se escapan de esas sensaciones.
Muestra una exigencia constante al jugador al que no se le permite errar si no quiere caer al vacío o repetir una sección completa.
La música tampoco es destacable para un plataformas y sólo su ajustada dificultad le salva de ser un juego de plataformas algo anodino. La competencia es demasiado dura y quizá por esto Raccoo Venture nos ha sabido a poco. Tiene guiños para los más viejunos (con una Nintendo 64 siempre presente), es simpático y precisamente por esto jugarlo en compañía le convertiría en algo más recomendable para evitar perderse entre el abultado catálogo de la consola.
Entra por por los ojos con un apartado técnico sin excesos pero muy cumplidor. Efectos y animaciones están bastante cuidadas y las formas tan redondeadas del entorno le confieren un feeling estupendo para el tono del juego, con escenarios naturales además de las tan añoradas mascotas clásicas de los 90. Tanto en tv como en portátil se ve y juega sin problemas (algo pequeño en ciertos momentos) por lo que resulta ideal para disfrutar en cualquier parte algún nivel de forma eventual.
Cruzar al otro lado para volver por otro camino, activar un interruptor, recorrer todo de nuevo… y no llegar a tiempo. Un constante en el desarrollo.
Versión del juego analizada: 1.0.1
