¿Quién no ha soñado alguna vez con cientos de bolas multicolor explotando al entrar en contacto varias del mismo color? ¿Tú no? Pues ya va siendo hora con el regreso de Bub y Bob, unos simpáticos dragones que tienen lo que hay que tener para salvar su mundo de una invasión de… burbujas. Esto es Puzzle Bobble Everybubble!.
¿Ready…?
Se van a cumplir tres décadas desde que vimos aquella máquina en bares con la pantalla repleta de colores. La fórmula arcade de Taito reunía a la muchachada de la época durante tardes enteras gastando los ahorros veinticinco a veinticinco pesetas. Cierto es que ha llovido desde entonces y la serie ha tenido incontables secuelas poco acertadas, todo sea dicho, desde aquellos primeros años y por eso esta nueva entrega nos ha gustado tanto.
Para los despistados, desde la parte inferior van apareciendo bolas de colores, una tras otra, que debemos disparar desde el centro y con el ángulo correcto a los patrones de estas que bajan desde la parte superior. Al hacer coincidir al menos tres iguales estas explotan siendo parte del objetivo de limpiar la pantalla o rescatar a los Chack´n (encerrados en esferas). Nada más. O sí, hay algunas especiales que hacen explotar todas las de un mismo color en pantalla, bombas que revientan las de su alrededor y cosas similares.
Una de las novedades de este último lanzamiento para los veteranos es que las bolas neutras (grises) que no podemos disparar, cambian al color de las esfera que impacta contra ellas. Parece un simple añadido, pero cambia radicalmente cómo nos enfrentamos a cada nivel. Unos de diferentes estructuras y características: más anchos, que se desplazan para aplastarnos a mayor velocidad con tiempo límite variable, que se adaptan y adecuan para la gran novedad: el cooperativo.
El cooperativo es fantástico.
Compartiendo felicidad
Por primera vez en la franquicia, Puzzle Bobble Everybubble! permite jugar la campaña junto a tres amigos más. Un importante añadido que le convierte fácilmente en uno de los mejores juegos familiares de la consola y que, lejos de conformarse con ese título, lo hace diferenciando público. Más allá de cumplir y ofrecer un juego para todos, si conseguimos las tres estrellas de cada nivel (por tiempo de superación) desbloqueamos un modo EX que nos pondrá las cosas complicadas sobre todo para conseguir de nuevo todas las estrellas posibles.
Un modo aventura con unas pequeñas conversaciones previas entre personajes (por fin orientadas al público occidental con poco texto) que no molestan, y ofrecen algo de lore para los más jóvenes de la casa. Son precisamente ellos los que disfrutarán eligiendo y personalizando a su personaje favorito con multitud de elementos desbloqueables. Desde un mapa central seleccionamos mundo hasta llegar al final en unos niveles que cambian su diseño en función del número de jugadores de la partida a los que incluso podemos añadir a la cpu como aliada si así queremos.
Uno de los mejores juegos familiares de la consola, adaptando los niveles al número de jugadores y añadiendo un modo experto excelente.
Fuera de esto el modo VS hará las delicias de los más competitivos, cooperando en parejas si somos cuatro jugadores u optando por el tradicional 1vs1. En cualquier caso, sea local u online (algo que no hemos podido probar) pasaremos unas cuantas tardes donde la vista se nos nublará con esferas de todos los colores posibles. Pero sin duda, el aliciente más interesante es un nostálgico modo Space Invaders donde nos movemos horizontalmente para disparar en vertical a las burbujas que hacen la vez de invasores alienígenas.
Puzzle Bobble Everybubble! es más colorido que nunca gracias a su estilo de gruesos contornos y colores amigables. Unos sprites 2d resultones, con unos bien resueltos efectos de explosiones que encajan a la perfección en el ambiente familiar que busca. Es una lástima que por la parte musical no tengamos más melodías clásicas de la serie, pero funcionan bien y saben acompañar a este explosivo rompecabezas.
Versión del juego analizada: 1.0.0
La lagrimilla llega con las reglas de Space Invaders.
