Llegan Prinny 1: Can I Really be the Hero? y Prinny 2: Dawn of Operation Panties, Dood! a nuestras Nintendo Switch. Dos juegos clásicos que llegan en su versión remasterizada bajo un mismo pack llamado Prinny 1 y 2 Exploded & Reloaded o también de forma individual si se adquieren a través de la eShop a un precio de 19,99 euros.
El secundario se hace prota
Los juegos Prinny 1 y 2 son un spin off de la ya consolidada saga Disgaea, que dio sus primeros pasos allá por el año 2003, en donde se cambia de género, pasando de la estrategia a las plataformas en dos dimensiones clásicas. En esta subserie, toman el protagonismo los prinnies, una especie de pingüinos antropomórficos, que por primera vez abandonan su función de meros sirvientes para convertirse en las estrellas de la función.
La historia que nos cuentan en estas dos aventuras no resultan tan épicas como en la saga principal ni pretenden llevarse toda nuestra atención. Simplemente son un pretexto para desarrollar los acontecimientos, pero eso sí, siempre con un carácter cómico y cargados de humor. Estos pingüinos no pueden dejar de pasar penurias ni cuando protagonizan un juego.
Entre salto y salto está la dificultad
La jugabilidad que encontramos en Prinny 1 y 2 es tan básica como clásica. La mecánica principal es el salto, además de contar con el salto doble como en otros juegos del género. También contamos con la habilidad de dar espadazos a diestro y siniestro, y realizar un salto bomba. Con el fin de acabar con todos los enemigos que no van a ser pocos.
En los juegos nos vamos a topar con una amplia variedad de enemigos ya desde los primeros compases de la aventura. Estos cuantas con un diseño con personalidad y también con comportamientos y sus propios puntos débiles. Además de los jefes finales, que nos esperan al final de cada fase. Estos cuentan con un diseño único y unos patrones que debemos memorizar a la perfección para lograr derrotarles.
Estamos ante dos juegos con una dificultad bastante elevada, muy poco común para el género al que pertenecen. Conocer el comportamiento de todos los enemigos es fundamentos y tener buena precisión en cada uno de los movimientos que hagamos más que necesario. Muchos van a encontrar la satisfacción que supone superar las fases, pero serán muchos más los que sientan rechazo al acercarse al título esperando simpatía. Su apariencia engaña.
Por otro lado, los controles tampoco ayudan a hacer más amena la travesía al presentar movimientos demasiado toscos. Como hemos comentado, uno no se espera estos desplazamientos pocos fluidos en el género. Al menos Prinny 2 cuenta con un modo Baby, que viene a ser el modo fácil de toda la vida, pero sin ser tan fácil como lo han sido los modos fáciles de siempre.
Vieja gloria
El apartado gráfico de los Prinny no ha aguantado el paso el paso del tiempo, pero aún conservan esa personalidad característica de la saga que reside en sus diseños. Basada en Sprites que se mueven en un scroll lateral sobre escenarios tridimensionales. En cuanto al apartado musical, es lo que más nos ha gustado de los títulos, con melodías de gran nivel que se quedan sonando en nuestra cabeza una vez apagada la consola.
Prinny 2 no es tan diferente de su primera parte, siendo un más de lo mismo y un refinamiento de la fórmula. Por otra parte, esta remasterización tampoco nos trae ninguna novedad de pesa, suponiendo tan solo un recopilatorio de las dos entregas. Las cuales nos van a dar alrededor de 8 o 10 horas de juego en cada entrega para superar sus respectivos modos historias, y sin contar con la infinidad de coleccionables que traen de serie.
Prinny 1 y 2 Exploded & Reloaded es un juego que se siente viejo. Y no lo decimos solo por un apartado gráfico que no luce a pesar de lo interesante de su diseño. Su jugabilidad y la dificultad que la misma nos plantean no parecen estar dirigidos a jugadores modernos. Aun así, es una buena oportunidad para conseguir dos juegos bastante difíciles de encontrar hoy día, en especial para los amantes de los retos y los nuevos seguidores de la saga Disgaea. También ha sido una oportunidad perdida para traer los textos traducidos al castellano.
