Hoy os traemos el análisis de Bramble: The Mountain King, una aventura de Dimfrost Studio que cuenta con Merge Games como publisher y con Tesura Games como distribuidor en nuestro país, donde cuenta con edición física. Podríamos definir a este título como una mezcla entre Brothers: A Tale of Two Sons y Little Nightmares y no estaríamos equivocados, pero también añade más minijuegos a la ecuación para darle variedad a su travesía, que dura algo menos de 5 horas.
Luz y oscuridad en Bramble
En esta aventura encarnamos al pequeño Olle, un chico humano que se despierta en mitad de la noche para darse cuenta de que u hermana mayot Lillemore no está en el cuarto. Tras una búsqueda por el mismo, decide salir por la ventada y comenzar su búsqueda, en la que de paso aprenderemos los controles básicos del juego. La historia es uno de los puntos fuertes del juego, con una narradora que funciona muy bien para contar lo que va ocurriendo y con algunos elementos como libros que nos dan información adicional de este cuento algo siniestro.
El desarrollo parece ser algo normal, hasta que de repente la fantasía se cruza en nuestro camino y cambiamos de tamaño. Gnomos, erizos “gigantes” y otras criaturas nos esperan para ayudarnos o ponermos en algún aprieto en nuestro camino. El juego es un contraste entre luz y oscuridad constante, y no solo porque veamos escenarios más o menos iluminados, sino porque hay momentos tiernos y otros que muestran algunos temas no aptos para todos los públicos, como el terror, la violencia gráfica (tortura incluida), el suicidio, el infanticidio o el hecho de mostrar la muerte de criaturas.
Si esto no supone un problema (en caso de que así lo sea, mejor no ir a por este juego), la experiencia nos va a sorprender para bien. Olle es un joven que puede moverse libremente por escenarios 3D que tienden a enfocar la cámara hacia el lugar al que hemos de avanzar (o ponerla de manera lateral para algunos saltos o similares) y es capaz de saltar, interactuar con varios objetos, recoger una bola de luz y lanzarla. A lo largo del viaje vamos a tener algunos momentos en los que al explorar una zona nos quedamos estáticos y se pone una vista en primera persona para mirar mejor y encontrar secretos, otras veces vamos a tener minijuegos al estilo Zelda de encontrar criaturas o meterlas en un recinto por ejemplo, y por último también nos espera algún que otro combate del que mejor no hablar para no destripar nada.
Cuentos para ¿niños?
La aventura tiene plataformas, minijuegos y puzles en un entorno abierto que recorremos, aunque en realidad no es tan abierto puesto que el camino es casi siempre demasiado guiado y por tanto el viaje es excesivamente lineal, algo que no tiene que ser malo del todo, pues la exploración y los secretos quedan fuera para darle importancia a la narrativa y a la ambientación audiovisual.
Hablando de audiovisual, encontramos más y menos en la versión de Nintendo Switch. El apartado sonoro encaja muy bien con la mitología nórdica, y la voz de la narradora funciona bien (es en inglés, pero hay textos en castellano). Por su parte, en lo gráfico encontramos que hay elementos muy bonitos en los escenarios, y que algunas ciraturas tienen un diseño fantástico (no tanto los hermanos, que parecen un poco muñecos con unas animaciones no demasiado buenas), pero que todo ello se ve algo perjudicado por algunos glitches visuales y la tijera del port. Es decir, hay popping, dientes de sierra, falta de texturas en algunos elementos, un sistema de iluminación que no luce tan bien como debería y, en definitiva, menos detalles que en el resto de plataformas.
Bramble The Mountain King es una aventura que, para el que sepa a lo que viene, cumple de sobra las expectativas. Puede que se eche en falta algo más de exploración y duración, pero lo que ofrece sabe hacerlo bien y, si una parte nos gusta mucho, podemos repetir el capítulo que queramos. Su gran valor es la narrativa, a nivel jugable cumple y a nivel audiovisual es bonito, aunque esto último se nota en otras plataformas.
Versión del juego analizada: 1.0.3
