Aunque hace ya algunos meses desde que se lanzó en Nintendo Switch, NanoApostle vuelve a estar en el punto de mira por su salida en otras plataformas hace unos pocos días. Así que, ya que nos lo perdimos en su momento, hemos rescatado este particular juego para traeros hoy su análisis.
Acción por doquier en NanoApostle
Anita es una aparentemente normal, pero en realidad es fruto de un experimento en un extraño lugar. Para escapar de su prisión, debe derrotar a muchos enemigos con la ayuda de un ser nanomecánico llamado Apostle. Si bien la trama no es uno de los ejes principales de esta propuesta, sí que se ofrece cierto nivel de detalle y cuidado para su narrativa, cuidando relaciones entre personajes y obteniendo archivos que nos ofrecen lore y las verdades ocultas de este universo (en completo castellano).
Lo que de verdad atrapa es su jugabilidad. Estamos ante principalmente ante un boss-rush con vista isométrica en el que tenemos que aprender bien patrones (seguramente muriendo en el intento) y hacer uso de todas nuestras habilidades en el momento y forma precisos.
Anita puede realizar un ataques físicos, esquivar y disparar (con ciertas limitaciones). Además luego va obteniendo nuevas mejoras como con contraataque, pero todas ellas tienen algo en común: hay que conocer qué sabemos hacer y qué hace el enemigo. Hay que medir el momento más adecuado para cada habilidad, pues la manera de hacer más daño a un enemigo va cambiando, y ello nos obliga a que nuestra forma de jugar sea variada, y no se base en optimizar una mecánica hasta la saciedad.
No hagas enfadar a Anita
Dominar bien las artes ofensivas y defensivas es algo clave ara triunfar, pero también lo es poder reintentar cada batalla una y otra vez. Dominar cada batalla no es algo que simplemente nos sirva de aprendizaje, sino que además lleva asociado una serie de logros que se convierten en puntos de habilidad, los cuales se usan para obtener algunas destrezas que nos mejoran algunos atributos pero que nos reducen otros.
Lo más interesante de todo es, por supuesto, que la ejecución es maravillosa. Todo se siente rápido pero con el peso real del movimiento, los comportamientos de los jefes son variados y su duración es algo inferior a las 10 horas (contando sus desafíos de entrenamiento también), lo suficiente para que no se vuelva algo pesado con el tiempo.
A nivel de presentación, encontramos un pixel art que cumple y que en movimiento sabe ofrecernos claridad en la distinción de los elementos. Los grises abundan (quizás demasiado) en su propuesta visual mecánica, pero la música (de KUSHIH) sí que sabe aumentarnos la sensación de acción y adrenalina. Eso sí, dada la importancia de los efectos en este juego (para esquivar y atacar sobre todo), es posible que la música acabe en un segundo plano.
NanoApostle es un juego que hace muchas cosas bien, pero al que quizás se le pueda pedir una mayor variedad en su desarrollo (es decir, un complemento a la parte boss rush). Una propuesta muy recomendable para los amantes de los retos
Versión del juego analizada: Nintendo Switch (1.0.8)