Hace mucho tiempo que las videoconsolas no son solo para jugar y pese a que las consolas Nintendo se han mantenido algo más puras dentro del concepto de dispositivo solo para videojuegos, no han estado ajenas nunca a los nuevos tipo de experiencias que van surgiendo. Incluso la propia Nintendo con cosillas como Brain Training, RingFit (enserio jugadlo, es de lo mejor de la máquina) o Wiifit, se ha alejado de lo que se puede considerar videojuego tradicional para intentar ofrecer otro tipo de experiencia jugable. Empiezo así porque Frightence de Playstige Interactive no es un videojuego, es una experiencia de terror y suspense de muy buen nivel. Una alternativa interesante a las propuestas más tradicionales dentro de tu Nintendo Switch y en línea de nuestro interesante árticulo sobre aventuras bizarras, pero no es un videojuego.
¿Videojuego tipo walking simulator o experiencia narrativa interactiva?
He entrado fuerte afirmando tan tajante que no estamos ante un videojuego. Primero enfatizar, que eso no significa nada malo y segundo, que aunque la definición más simple de un videojuego es “un juego electrónico que se visualiza por medio de una pantalla”, lo cierto es que sería más acertada la siguiente, “Videojuego es una aplicación interactiva orientada al entretenimiento que a través de mandos o controles, permite simular experiencias en la pantalla”.
La palabra “interactiva” es la clave. Vale, es cierto que de momento no existe un consenso del mínimo de interactividad necesario para considerar un producto audiovisual como videojuego y también es cierto que esto mismo es lo que trae muchas contradicciones entre medios. Pero en este análisis voy a puntualizar lo que yo diferencio entre un videojuego del tipo walking simulator y una experiencia audiovisual para poder encauzar el análisis de este Frightence.
Un walking simulator sería un videojuego en el que básicamente caminas por un escenario siguiendo una historia. Puede tener enemigos o no, por lo general no mueres o si lo haces no penaliza, puedes manipular objetos, el avance puede ser más o menos lineal, tienes elecciones jugarles de algún tipo y como mínimo, secciones o zonas interactivas (por ejemplo, puzzles) para poder seguir avanzado.
Experiencia audiovisual interactiva por su lado, sería una experiencia donde te desplazas por un escenario siguiendo una historia. No tiene puzzles, no tienes enemigos al uso, manipular objetos es accesorio y el avance es completamente lineal dentro de la narrativa, no tienes elecciones y tampoco una interactividad real con el entorno.
Podría añadir más conceptos para mejorar las definiciones, pero es un análisis y no un artículo. Con esta pequeña aclaración, Frightence no encaja como videojuego ya que la interactividad brilla por su ausencia más allá de moverte, abrir puertas y coger algún objeto (que no usarás para nada), no tiene casi ningún tipo de jugabilidad como tal. Pero no os equivoqueis, tanta paja es para aclarar que aunque no lo considero un videojuego, es una de las mejores experiencias de la consola y demuestra una vez más, que las videoconsolas no son solo para niños y ya casi, que tampoco solo para jugar videojuegos.
¿Seguimos en una Switch?
La historia empieza manejando a un conserje que trabaja en un bloque de apartamentos en desalojo. Poniéndote en faena, tendrás que comprobar que las habitaciones están realmente vacías y no tardarás en notar que algo raro está pasando en el edificio. Poco que destacar del argumento, pero en lo que sí destaca Frightence es en su acabado técnico.
Casi 15g de peso para poco más de una hora de duración y un edificio que son simplemente dos pisos unidos con escaleras, un sótano y unas 5-6 habitaciones a las que puedes entrar. Así que más le valía a Playstige Interactive que al menos las texturas tuvieran buena calidad para el peso que ocupará en nuestras consolas.
Y la tienen, pocos juegos en nuestras Nintendo Switch tienen tanta definición y pocos escenarios tienen tanto detalle con tantos elementos en pantalla, por no hablar de una estupenda iluminación que ambienta a la perfección. Añade al cóctel unos muy buenos efectos del tipo humedades, reflejos, sangre o suciedad que llenan cada centímetro cuadrado de los escenarios y a ratos dudarás que corra en una Nintendo Switch. Es cierto que los escenarios son siempre cerrados y muy controlados, nada de grandes extensiones, pero no tenemos que quitarle mérito a lo que han conseguido.
Todas las virtudes anteriores encajan como un puzzle logrando una ambientación espectacular. Desde el primer segundo se siente una sensación de agobio que te obliga a ir en estado de alerta y una tensión que podría cortar el aire virtual con un cuchillo. La música o más bien los efectos sonoros complementan esas sensaciones, que se ven aumentadas por un control de movimientos toscos y lentos (no podemos ni correr) con un vaivén a ratos que imita la respiración humana.
Por otra parte, no todo puede ser perfecto. Te encontrarás algún tirón muy muy puntual y unos personajes que aunque también tienen cierto nivel, presentan algo de bajón en sus animaciones o modelados, nada grave. Pero es la parte menos conseguida. También en portátil el nivel baja un poco, sobre todo en la definición de texturas y más si nos fijamos en los elementos del fondo. Mantiene bien el tipo, pero es mucho más recomendable jugar en pantalla grande.
Sustos un poco vistos
Hablando de la “jugabilidad”, solo tendrás que avanzar. No encontrarás puzzles, ningún enemigo o momento de acción o en definitiva ningún elemento con chicha jugable. Como mucho, cogerás algún objeto con algo de información sobre la historia y disfrutarás de sus scary moments, la parte menos sorprendente de la experiencia. Pues si has visto mucho cine de terror o has vivido muchas experiencias similares, puede que los sustos no te sobresaltan lo que deberían. ¿Cuántas veces hemos visto una zona de juegos infantiles en un ambiente de terror?.
Lo que sí es un punto muy negativo es que el juego viene solo en inglés. Cierto es que no es esencial para avanzar ya que los documentos o los escenarios no tienen mucho que leer, pero aun así no podemos usar ningún tipo de subtítulos. Con lo que más de uno se quedará sin saber lo que nos cuentan los pocos personajes que encontramos.
En general la experiencia busca ser muy cinematográfica, con muy pocos menús y casi nula interfaz mientras juegas para no romper la inmersión. En eso se han lucido y está muy bien conseguido, pero navegar por los pocos menús que tenemos es muy incomodo. En ingame pause está en el botón L, que no te pase como a mí que llegué a pensar que no podía pausar, ni salir sin cerrar la aplicación y aún menos coherente es no poder usar el botón B para ir atrás, así que no pienses que se te ha bloqueado el juego tampoco.
Decisiones extrañas que complican algo que tendría que ser muy secundario. Lo que pasa es que es muy probable que en una experiencia como esta en primera persona, algún usuario quiera editar el sonido o tocar el contraste para jugar a su gusto y tenga que pasar por los menús. Si sumas el tema del idioma y los nulos subtítulos, la verdad es que da para un buen tirón de orejas a lo poco que se han preocupado de la accesibilidad. Pero créeme, la experiencia aprueba con buena nota, si te gusta pasar miedo vas a disfrutar mucho recorriendo escenarios con mucho detalle, una grandísima ambientación, mucho mimo y un gran trabajo detrás.
El juego se puede descargar en la eShop de Nintendo Switch.
