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Análisis de Xenoblade Chronicles 3: Futuros redimidos

Xenoblade Chronicles se ha acabado. Probablemente. Sabíamos que este día tenía que llegar pero a todos nos pilló por sorpresa que fuera tan pronto. Un vídeo y una semana más tarde estábamos ya jugado a Futuros redimidos, un título que deja claro desde un principio qué nos vamos a encontrar en lo que es el cierre de Xenoblade Chronicles 3 y también de toda una saga.

Y fin

13 años le han hecho falta a Takahashi y su equipo para contar toda su historia, aunque todos sus juegos puedan jugarse de manera independiente. Bueno, todos, o casi todos, porque Futuros redimidos es la excepción, y es que tenía la ardua tarea de poner en comunión todo el trabajo previo y para colmo ponerle un broche en forma de cierre, y así ha sido, aunque la base sea indudablemente la de Xenoblade Chronicles 3.

Es, y quizás por eso no acabe saliendo aparte en formato físico, una expansión absolutamente dependiente del juego base, no como Torna – The Golden Country, que podía jugarse como precuela sin haber jugado a Xenoblade Chronicles 2 (aunque fuera recomendable). Quizás por eso su sistema de combate sea tan similar al de la tercera entrega numerada, aunque hay ligeras alteraciones que le confieren cierta personalidad propia; pero como pasara con el epílogo de Xenoblade Chronicles: Definitive Edition, no han sido suficientes. Ojo, sigue teniendo los mejores combates de toda la saga, pero después de 140 horas de juego principal esperábamos algo un poco más distinto, y no lo es, aunque quiera parecerlo. Hablando de lo cual, la duración de esta expansión es de unas 20 horas que se convierten en 50 o más si hacéis todo lo que hay por hacer.

Futuros redimidos también da por hecho que has jugado a Xenoblade Chronicles 3 y lo has acabado, algo además necesario para entender su historia, y por eso hay muchas acciones que no nos las explica, como las cadenas, que vuelven y son iguales, solo que ahora no hay uróboros, pero sí ataques combinados entre unas parejas que podemos juntar formar a nuestro antojo, y cada una acabará con un ataque devastador distinto, incluso se tendrán en cuenta las artes equipadas, los objetos… Todo influye a la hora de sacar a relucir unos poderes de los que nuestros protagonistas, todos ellos viejos conocidos o descendientes de los de anteriores entregas, no son del todo conscientes, salvo un par de miembros del grupo, o tres, porque aquí conoceremos a A, que cuenta con un arte personal, Visión, bastante interesante a priori pero que no afecta al desarrollo de los enfrentamientos tanto como nos podrían hacer pensar al principio.

Futuros redimidos

Lo que sí diferencia a esta expansión es su carácter unificador, lo que hace que por ejemplo volvamos a ver una colecciopedia como la del primer Xenoblade, que vuelvan la afinidad y el prestigio, también de Xenoblade Chronicles, que volvamos a cierta ciudad y oigamos cierta música de la primera parte… Vaya, la verdad es que del segundo juego no hay demasiado, y eso que el Volumen 2 del pase de expansión tonteó con la idea de los Blades con la heroína Ino, que era una suerte de Poppi más estilizada y con un curioso sistema de mejoras. Sí hay referencias, de hecho, Mor Ardain y Uraya siguen ahí, así como alguna que otra zona acompañadas además de escenas de afinidad, otra de las maneras de ganar puntos, pues no solo de subir de nivel vive este RPG.

Ahora todo se mejora en base a estos puntos de afinidad, los cuales conseguiremos por hacer un poco de todo, ya sean misiones, vencer a enemigos únicos, encontrar zonas secretas, abrir reliquias… Indagar por el mapa y completarlo es satisfactorio y además tiene premio (y más fácil gracias al visor). Ante la apabullante extensión de los escenarios de Xenoblade Chronicles 3, Futuros redimidos opta por zonas igual de impactantes en lo visual, algunas como ya hemos dicho apelando a la nostalgia, pero mucho más limitadas, probablemente para bien. Eso sí, no penséis que por ello han perdido en epicidad o grandilocuencia, son igual de impactantes que siempre, logrando fotogramas de una belleza que desgastaréis el botón de captura de pantalla. De hecho, Monolith ha sabido aquí ingeniárselas para mezclar lo nuevo con lo viejo de manera magistral, y eso que no era fácil, incluso sorprenden, como con una zona al final del juego y que pese a su realismo está recreada con todo detalle.

Evidentemente, otro tanto ocurre con la historia, pilar fundamental de Futuros redimidos, porque jugar está bien, pero saber qué ha pasado con Aionios, Alrest, Bionis y Mekonis está mejor, y de hecho es a lo que hemos venido. Aquí el juego sí se acuerda más de Xenoblade Chronicles 2, y tanto Pyra como Mythra son nombradas varias veces, o ese personaje que se encuentra en la cima del Árbol del Mundo, ya sabéis. Porque sí, el final de Futuros redimidos vuelve a ser un deus ex máchina como una casa, pero es que no podía ser de otra manera. Lo importante es que al final daremos respuesta a muchas cuestiones, con menos giros de guion que en el primer juego pero con una carga emotiva superior incluso a la de 2 y 3. No desvelaremos nada, pero acabaréis contentos. Bueno, contentos y teorizando, porque Monolith ha creado un universo tan rico y tan vasto que le bastan un par de frases bien contextualizadas para hacer que digamos “¿pero qué acabo de oír?” y echemos a volar nuestra imaginación.

Futuros redimidos se convierte así en un final prácticamente perfecto a una saga de juegos igual de genial. Puede que el pase de expansión como tal no haya estado a la altura, 2 heroínas, una de ellas sin apenas valor si ya hemos completado la aventura, y varios desafíos que no dejan de ser pelear y pelear, pero este cuarto volumen sí es lo que esperábamos. Como en Xenoblade Chronicles 3, merece parase a leer cada línea de diálogo de cada NPC y los nuevos personajes están a la par que sus predecesores, no digamos ya lo que nos ha gustado ver a los héroes de anteriores entregas, con su personalidad aquí más desarrollada y haciendo de tutores de las nuevas generaciones. Además, su ritmo, más directo, le sienta que ni pintado a una aventura quizás demasiado continuista en los combates pero que por lo demás ha sabido distanciarse y hacerse un hueco en nuestros corazones. Lástima que no en nuestra estantería pues nos tememos que no la veremos nunca en formato físico.

Si habéis llegado hasta aquí, tenéis que ver el final, pero para ello tendréis que haber jugado antes al menos a Xenoblade Chronicles y Xenoblade Chronicles 2. Al menos…

Resumen
Es un broche genial a una de las mejores sagas RPG que han existido. Le ha faltado diferenciarse un poco más en el combate del juego base y acordarse un poco más de la segunda entrega. Por lo demás, es una mezcla de novedades y nostalgia impecable.
9
Genial
Escrito por
Señor Bichos para ti.

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