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Xenoblade Chronicles 2: Torna – The Golden Country

Ya está entre nosotros Xenoblade Chronicles 2: Torna – The Golden Country, un juego extraño de clasificar. Por un lado, es el colofón del pase de expansión de Xenoblade Chronicles 2. Por otro, es un juego independiente, vendido aparte y con un montón de novedades. De hecho, implementa más novedades que algunas secuelas famosas (Splatoon 2, FIFA, The Banner Saga, etc.) y realmente merece su puesto en las estanterías. Desde luego, el nuevo RPG de Monolith Soft es mucho más que una expansión y no decepcionará a nadie.

Un mundo antiguo, pero muy nuevo

Antes de empezar a leer, un aviso. Aunque se venda de forma independiente e incluso tenga un montón de tutoriales de iniciación, la historia de Torna – The Golden Country se centra en una de las grades revelaciones de Xenoblade Chronicles 2. Por lo tanto, mi recomendación es que juguéis primero al original y después a éste, de otro modo os chafaréis gran parte de las sorpresas de la aventura de Rex y compañía. Por lo tanto, si no habéis jugado a Xenoblade Chronicles 2, cerrad Revogamers, id a vuestra tienda de videojuegos más cercana (o la eShop), comprad el juego y en más de 80 horas de vicio volvéis y continuáis leyendo.

Torna – The Golden Country no es tan largo como un Xenoblade normal, ahí se nota que es una expansión. Entre 20 y 30 horas es la duración normal, que tampoco es que sea corta, pero para Monolith Soft y su concepto de RPG es un suspiro. Por lo tanto, una de las cosas en las que más se nota que este juego no es realmente independiente es, aparte de en la dependencia argumental, en lo poco ambicioso de la escala. Todo es más pequeño.

Aun así, las zonas visitables (que no diremos cuántas son, pero son menos de las que querríais) son totalmente nuevas (aunque puedan tener nombres conocidos y sitios que nos suenen) y se han cambiado un montón de aspectos del juego original. Gráficos, jugabilidad y música. Casi nada.

500 años antes, las cosas pintan muy diferentes. Gracias a la inmortalidad de los blades y a la longevidad de los habitantes de Indol nos toparemos con bastantes caras conocidas, pero sin perder nada de la frescura que se le supone a un juego nuevo.

Una historia dramática para un juego soberbio

Una de las cosas en las que creo que esta expansión supera con creces al original es en la historia. No por el argumento en sí, sino por los personajes. En Xenoblade Chronicles 2 costaba empatizar con Rex y compañía, ya fuera por el diseños estrafalario o la poca personalidad de la mayoría de los personajes. En cambio, en Torna – The Golden Country conectas enseguida con Lora y Jin, los protagonistas. Y los acompañantes, Addam y Hugo, son igualmente carismáticos y útiles para la trama.

Ayuda el hecho de que no haya blades aleatorios y que sea un número fijo y también la notable mejora del doblaje en inglés -que era insufrible, para mi gusto, en el original y ahora, en cambio, es una maravilla-. Concretamente, dos por personaje. La mayoría de ellos ya habían aparecido de una forma o de otra en el juego original, pero aquí lo hacen de una manera totalmente nueva.

Además, los cambios en el sistema de combate favorecen la implicación emocional con los personajes. Nuestro elenco se divide en equipos, cada uno capitaneado por un piloto. Fuera del combate podemos cambiar el equipo que controlamos con una simple pulsación de botón -lástima no poder hacerlo en el fragor de la batalla-. Estos pilotos tienen a su disposición a dos blades cada uno, lo que hace un total de 9 personajes. Podemos controlar a un equipo en combate, pudiendo alternar entre pilotos y blades para el combate. El equipo comparte todas las estadísticas, pero cada personaje tiene sus propias artes. Entre ellas está el arte de reposicionamiento, que se efectúa cuando cambiamos de personaje.

Un combate de intensidad sin igual

A pesar de ser equipos de tres, solo un blade puede estar activo en combate. Mientras nosotros controlamos de forma habitual al personaje de la vanguardia, el de la retaguardia apoya nuestros ataques con artes de retaguardia. En definitiva, un sistema mucho más profundo y satisfactorio que el original, que ya era bastante bueno. Aparte, los combos de blade se han simplificado y se han vuelto mucho más accesibles.

Se supone que esta forma de pelear es antigua, ya que en esta época blades y pilotos no comparten arma. Es una novedad en el estilo de combate de Lora y Jin que luego será moneda habitual en la época de Rex y compañía. Sin embargo, a pesar de ser una forma antigua, lo cierto es que funciona mucho mejor y desearíamos que Xenoblade 2 hubiera sido así. De hecho, por fin podemos pelear como se peleaba en los vídeos de Xenoblade Chronicles 2. Eso sí, al no compartir armas, no hay especiales de nivel IV salvo para Jin y Lora… ¿o puede que sí? En cualquier caso, el sistema de combate es tan bueno que justifica por sí mismo la compra del juego. Además, los combates han sido recalibrados para que no haya enfrentamientos infinitos.

¿Expansión o secuela?

También han cambiado las misiones, simplificando los objetivos y añadiendo un sistema de prestigio similar al que ya había en Xenoblade Chronicles y en X. No obstante, como en el de Wii U, habrá que realizar algunas misiones secundarias de forma obligatoria. En Xenoblade Chronicles X eran parte de la trama -a pesar de estar catalogadas como misiones secundarias- pero aquí no. Sin embargo, no son tan tediosas como en Xenoblade Chronicles 2. Tampoco completar los afinigramas de los blades es tan aburrido como antes, gracias a que esta vez solo contamos con 6 blades. Todo un acierto, desde mi punto de vista.

Se ha añadido un sistema de acampadas muy similar al de Final Fantasy XV, aunque sin llegar al nivel de integración que el juego de Squareenix consigue. Cuando acampamos, podemos subir de nivel (aunque también subimos de nivel de forma normal), fabricar objetos con cada uno de nuestros personajes y escuchar las conversaciones que puedan mantener. Todo un acierto y, desde luego, mucho mejor que en el original. Sin embargo, queda un poco lejos de lo que se logró en Final Fantasy XV y eso te hace ver cierto potencial desaprovechado.

Nueva música y nuevos gráficos

La mayoría de la música ha sido compuesta o arreglada para la ocasión, ahora con un toque más de Jazz, que le da un aire ciertamente distinto. Acompaña también con el aura de la historia, que es mucho más oscura y dramática que la del original. Una lástima que la banda sonora sea más reducida. Eso sí, revisitar algunos de los temas conocidos con ese toque nuevo y especial es una experiencia maravillosa. No defrauda y convierte a la saga Xenoblade Chronicles (si no lo era ya) en uno de los mejores exponentes de la música para videojuegos. Otro punto por el que merece la pena hacerse con el juego.

https://www.youtube.com/watch?v=6_SlG-xDBLo

Pero lo que más sorprende es el cambio gráfico. No contentos con todo lo anterior, en Monolith Soft han decidido cambiar el motor gráfico del juego llevando el mundo de Alrest a un nuevo nivel. Impresiona la calidad enorme del juego, muy superior a la de Xenoblade Chronicles 2, especialmente en los pequeños detalles como la hierba o el agua.

Supongo que Torna – The Golden Country es el campo de pruebas ideal para un potencial Xenoblade Chronicles 3, que seguro que se encuentra ya en desarrollo (hay que tener en cuenta que Xenoblade 2 ya estaba acabado cuando salió Nintendo Switch y que ha sido un gran éxito en la consola, tanto a nivel de crítica como de venta). Además, aunque el diseño artístico es similar, esta vez es mucho menos hortera y más en la línea de los anteriores Xenoblade Chronicles, cosa que se agradece. Aunque siempre echaré de menos la cara original de Shulk (el del pase de expansión no es mi Shulk, es un impostor).

Lo menos Golden de Torna

No obstante, no todo es oro en Torna – The Golden Country. Como ya hemos comentado, los problemas de este juego son principalmente lo reducido de su escala, sobre todo si lo comparas con el original, cosa inevitable debido a la dependencia argumental. El reducido número de zonas visitables hace ver a este juego como una oportunidad perdida y que te deja con ganas de más. Por otro lado, hay muchos problemas de Xenoblade Chronicles 2 que no han sido corregidos en esta secuela (sí). Hablamos de los menús, que son tan engorrosos como antaño y nos harán perder mucho tiempo viendo afinigramas, misiones, objetos y teniendo que navegar por capas y capas de menús. Por suerte no hay que sintonizar con blades…

Una apuesta segura

En definitiva, Torna – The Golden Country es una compra obligada para todo fan de Xenoblade Chronicles, pero es fundamental jugar antes al 2 para disfrutar de ambos juegos en su plenitud. En Torna no todo el contexto está del todo bien explicado y, además, se centra en alguna de las sorpresas más impactantes de Xenoblade Chronicles 2, por lo que nos lo chafaría de jugarlo antes. Tanto la versión física, independiente, como la versión digital, el pase de expansión, vienen con todo el contenido original. Lo bueno es que la digital cuesta 10 euros menos. Lo malo es que esto nos hará más difícil la decisión sobre cuál versión elegir. En cualquier caso, elegid una y sumergíos en el mundo de Alrest, que no os arrepentiréis.

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Escribo análisis de vez en cuando. Llevo haciéndolo desde los oscuros orígenes de la web, cuando por internet vagaban las hadas y los dragones y todo, todo, era mejor.

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