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Análisis de Pokémon Espada y Pokémon Escudo

Pokémon Espada y Escudo suponen un cambio importante dentro de la saga al haberse pensado desde un inicio para una consola de sobremesa, aunque hablando de Nintendo Switch hay truco, claro. Game Freak ha efectuado muchos cambios en la fórmula, resultando unos sumamente acertados y otros no tanto, como veremos a continuación. La dirección, no obstante, es la correcta.

Galar, sabor añejo y también nuevo

La primera toma de contacto de este Pokémon Espada y Escudo nos es familiar pero ya con matices. Lo primero será elegir entre 8 avatares aunque poco diferenciados entre sí (4 chicos y 4 chicas) que por suerte podremos personalizar algo más en la aventura con algún que otro peinado y diferentes prendas de vestir; poca chicha. Después tocará ponernos un nombre, y atención porque no podremos hacer lo propio con nuestro rival, Paul, hermano del campeón Lionel y gran amigo nuestro. Un mal menor en todo caso pero que, como comprobaremos, no será la única pérdida en un juego que en determinados momentos parece la simiente de algo mucho más grande, pero vayamos por partes.

Tras las presentaciones de rigor, donde destacan el propio Lionel, la profesora Magnolia (que queda muy apartada en todo momento) y su nieta Sonia, verdadero contrapunto del campeón, es el turno de elegir Pokémon. Ya conocéis a los 3 iniciales: Grookey de tipo Planta, Scorbunny de tipo Fuego y Sobble de tipo Agua, y podemos aseguraros que tanto su diseño como su animada presentación son de las mejores de la saga, algo que se aplica al resto de las criaturas que componen una Pokédex amplia pero no tanto como en otras ediciones. También es cierto que aquí todo está mucho mejor balanceado, se han cambiado los tipos de algunos Pokémon para bien, repartir experiencia se hace de forma automática desde el inicio y el diseño de las nuevas criaturas es posiblemente el mejor desde hace años gracias en parte a la vuelta de James Turner como director artístico. Hablando de los Pokémon de Galar, los hay de trazo más simple y los hay más intrincados en cuanto a diseño, pero siempre sin abandonar la sencillez que rodea al conjunto del juego. Las nuevas criaturas son reconocibles a la primera y están llenas de encanto, evolucionando varias de ellas de las formas más inverosímiles pero también sorprendentes y divertidas que podáis pensar, ya sea mediante el uso de objetos, como las diferentes piedras, por nivel, una combinación de objetos y acciones…

Hablando de los objetos, a los cuales ahora podremos acceder más fácilmente que nunca gracias a los accesos rápidos, muchos están de vuelta, pero también hay sitio para otros nuevos. Se echan en falta las MO (máquinas ocultas), pero por contra tenemos más MT y DT que nunca, y no podemos olvidarnos de los ingredientes y las nuevas formas de caramelos con los que hacer crecer en experiencia a nuestros Pokémon que ahora vienen en diferentes tamaños, desde los XS hasta los XL, y que conseguiréis principalmente en la gran novedad de Pokémon Espada y Escudo: el Área Silvestre.

 

Partiendo la aventura

Parece que Game Freak ha escuchado a quienes pedíamos un mundo abierto en el que los Pokémon camparan a sus anchas, sobre todo ahora que la tecnología lo permite, y el resultado ha sido precisamente el Área Silvestre, una zona amplia, aunque podría serlo más, variada, ídem, y que contará con ciclo día/noche y variaciones en cuanto al tiempo atmosférico, lo que propiciará que aparezcan unos Pokémon u otros dependiendo precisamente de esos factores que acabamos de nombrar, pero, una vez más, no será tan notorio como os estéis imaginando.

Será un área que, como las rutas, recorreremos andando o en bici, ya que, para nuestra tristeza, se han perdido las monturas, incluso para nadar por las pocas zonas con agua que hay (olvidaos del too much water de IGN, algo bueno tenía que tener), solo nos queda Corviknight (los cuervos sí son taxis, no como las águilas), que será con quien completemos los viajes rápidos. Además y como ya hemos comentado, también se han perdido las MO y con ellas la posibilidad de incentivar al jugador a explorar más sorteando unos obstáculos que no hay pero que habrían venido de perlas a quienes tengan espíritu aventurero, espíritu que por otra parte es parte del ADN de una franquicia que cada vez pierde más puntos en este sentido así como en otros, siempre en pos de la accesibilidad y un competitivo, y ahora también cooperativo, que ha sido reforzado.

Precisamente aquí cooperar será clave, máxime en las incursiones Dinamax. Dado que el Área Silvestre es lo suficientemente grande, en ella veréis Pokémon de tamaño normal andando plácidamente o volando (otra oportunidad perdida, la de darles comportamientos más complejos, como que cazaran, jugaran, comieran…), y también a otros moviéndose entre las hierbas. Con todos ellos tendréis dos posibilidades: ir a su encuentro o esquivarlos, lo que os llevará, si los tocáis, al típico enfrentamiento por turnos, unos combates que han ganado en vistosidad y dinamismo gracias a los accesos rápidos y a ciertas frases de los rivales y que puede que sean los más acertados en cuanto al fondo que muestran. La pega es que hay movimientos que ya hemos visto en juegos anteriores y que la animación de algunos ataques nuevos resulta tremendamente insulsa o no se corresponde el nombre con la acción, como que un golpe cabeza sea dar una patada. Por suerte, otros sí son más espectaculares y llenarán de color y efectos la pantalla, por supuesto nunca ralentizando la acción, lección aprendida por fin tras los títulos de Nintendo 3DS.

Pero vayamos a lo que interesa: Dinamax. El fenómeno de dinamaxización es parte de la trama de Pokémon Espada y Escudo y también, junto a las incursiones y otros modos cooperativos y competitivos, la principal razón de ser del juego. Aunque a nivel de historia parece jugar un papel importante en un primer momento, queda desdibujado por un argumento mucho menos interesante, maduro y atractivo que los que últimamente veníamos disfrutando. Este extraño fenómeno es un mero hilo conductor y nuestro objetivo no será descubrir el por qué de este hecho, para eso ya está Sonia, que nos lo contará de pasada, sino que nos preocuparemos únicamente de llegar a ser el mejor, el mejor que habrá jamás, como antaño. Solo llegados casi al final de su historia esta nos exigirá algo más de atención, aunque será predecible de principio a fin.

Sea como fuere, a nivel de combates, solos o con y contra más gente, es un rico añadido que variará la forma en la que hemos venido jugando hasta ahora y que por fortuna no supondrá ni una ventaja demasiado grande ni un inconveniente insalvable en casi cualquier situación, habiendo dotado a esta mecánica de un equilibrio del que no podemos sino alegrarnos y que denota el cariño que se ha puesto al menos en este sentido.

Por si no sabéis qué hace este fenómeno, dinamaxizar a un Pokémon significa agigantarlo, algo que solo podréis hacer en los estadios contra alguno de los 8 líderes de gimnasio o en el Área Silvestre en las incursiones con hasta 3 compañeros más (solo 1 Pokémon en este estado a la vez). Es un estado imponente, bien trasladado a la pantalla, y que solo durará 3 turnos. Tendremos más vida y los ataques normales se convertirán en especiales, pero no harán mucho más daño, por lo que, si nuestro rival lo usa, siempre podremos contrarrestarlo dinamaxizando a nuestro Pokémon, esperando e intentando aguantar o yendo a por él pese a nuestro reducido tamaño en comparación. Ojo, los de las incursiones del Área Silvestre mantendrán este estado indefinidamente y contarán con técnicas como escudos que impedirán que les restemos vida. De igual modo y pasando al ataque, en nuestra mano estará hacer uso de él antes o después, y con qué Pokémon. Un toque de estrategia a sumar a los de toda la vida acompañado asimismo de espectacularidad en lo visual, todo un acierto. Algunos Pokémon no solo se harán simplemente más grandes, sino que habrá otros que adquieran la forma Gigamax, que les hace variar también en aspecto, casos de Meowth, Pikachu, Eevee, o los nuevos Alcremie, Drednaw o Corviknight. No nos cabe duda de que, si bien no se añadirán nuevos Pokémon a la Pokédex como así lo ha asegurado ya el equipo, sí es posible que haya eventos en línea que se centren precisamente en estas nuevas formas Gigamax; ojo, es más una corazonada que algo oficial, pero por ahí irán los tiros, sobre todo si tenemos en cuenta que ya se han anunciado periodos para encontrar más frecuentemente estas formas en determinadas criaturas.

Si acabáis con estos gigantescos Pokémon, podréis tratar de capturarlos y de sumarlos a vuestro equipo, e incluso recibiréis cantidades ingentes de objetos de lo más útiles. Cada integrante del equipo podrá capturarlo, tanto si jugáis 4 de manera local como en línea, algo sumamente sencillo y que recupera el espíritu de compartir y competir. Y si al equipo le faltan integrantes humanos, la CPU ocupará su lugar, claro que su IA para las estrategias de equipo deja bastante que desear. No lo hemos dicho, pero solo por asomaros a una zona con un Pokémon Dinamax recibiréis Vatios, canjeables también por más objetos, algunos exclusivos de este método de trueque.

En este Área Silvestre también tendréis la opción de acampar, otra de las novedades, fortaleciendo así lazos con vuestros compañeros de aventura con los que podréis jugar agitando una vara o lanzándoles una pelota. Solo eso, aunque podréis hacerlo con los botones o con el sensor de movimiento del mando. Lo principal aquí será cocinar curry con los distintos ingredientes que encontréis, como arroz (esencial), puerro, setas, salchichas… Si lo hacéis bien, más afinidad y más recuperados saldrán vuestros Pokémon, a quienes incluso se les curarán los estados alterados al acampar.

Saliendo ya de este área, la aventura transcurre como cualquier otro juego de la saga principal por rutas que conectan pueblos y ciudades, y aunque aquí son mucho más vistosas, de hecho, las hay que tienen un diseño artístico de escándalo, como algunos paisajes con cereales o el bosque con setas con colores de neón, siguen siendo igual de cerradas que siempre, o incluso más. Los caminos alternativos son pocos y el juego está diseñado de tal manera que solo hay una forma de avanzar: seguir hacia delante. Los gimnasios, que ahora cuentan con pruebas en forma de desafíos únicos y muy divertidos, como el guiar a un rebaño de Wooloos, han de hacerse en un orden establecido sí o sí. De hecho, cómo está planteado el mapa de Galar no da opciones a más; cuando pensamos que podemos tomar un pequeño desvío, ahí estará el Team Yell para no dejarnos pasar, o habrá unas obras, un Pokémon que no se mueve… Un recurso fácil de los que no gustan y que se hace aún más evidente en los núcleos urbanos.

Galar está salpicada de pueblecitos con muchísimo encanto y por un par de ciudades dignas de la Revolución Industrial británica, y tanto los unos como las otras pecan de lo mismo: linealidad. Es incluso frustrante ver a tan solo unos metros una calle llena de casitas a la que nunca podremos pasar, o un sistema de túneles suburbano que son mero decorado. Sí, a algunas casas podremos entrar, en las que encontraremos NPC que no hacen absolutamente nada, ni moverse, igual que hacían en Game Boy, pero a infinidad de ellas no. Se salva la última ciudad, magnífica comparada con el resto, aunque tampoco da siquiera una libertad como la que sí vimos en la Ciudad Luminalia de la región de Kalos, por poner un ejemplo.

Para ser sobremesa…

Pokémon Espada y Escudo no se ven mal la mayor parte del tiempo, aunque nunca son un alarde técnico. En diseño no hay mucho que reprochar, con unos personajes a los que les sienta de fábula el estilo más anime elegido y que se moverán como nunca, salvo los humanos, que siguen pivotando sobre sí mismo para girar. En los Pokémon tenemos una de cal y otra de arena. Los de generaciones anteriores no varían, obviamente, pero tampoco han recibido especial atención en sus animaciones, y no, no hay más de Kanto que de otras regiones, la proporción es muy buena en este sentido. Distinta suerte corren los nuevos por norma, los cuales harán más movimientos incluso cuando estén esperando su turno en los combates o contarán con más partes móviles que les hará parecer más vivos, como pelo, bombines, etc. Igual ocurre con las llamadas formas de Galar, versiones autóctonas de Pokémon que en otras regiones tienen diferente aspecto. Como las formas Alola de Pokémon Sol y Luna pero aquí traídas con todavía más acierto, y eso que no estuvieron nada mal en lo que supuso el inicio de la séptima generación.

Las rutas y pueblos son vistosas, con detalles aquí y allá tanto cercanos como en lontananza, lo que hará, como dijimos antes, que queramos ir a explorar, frustrándonos por no poder hacerlo. Sí podremos ir por donde queramos en el Área Silvestre, una zona más llamativa en portátil que en sobremesa, donde deja claro que al equipo encargado de estos juegos les falta mucho por aprender del hardware donde se mueven. Texturas lisas (esos árboles), angulosidades en el terreno, cierto popping, Pokémon que parecen brotar del suelo cuando nos acercamos a ellos… Menos mal que nos centraremos más en las criaturas que en por dónde se mueven, ya que estas sí gozarán de más atenciones y agradeceremos el verlas en directo evitando así los ahora obsoletos enfrentamientos aleatorios. Por cierto, lo de verlos se aplica a todo el juego, en las rutas y cuevas también será así.

Musicalmente, Pokémon Espada y Escudo continúan la estela de sus predecesores. Nuevas y cuidadas melodías acompañarán la acción a la perfección entremezclándose con otras viejas pero reinterpretadas para no perder el tono general.

Mención aparte al tema del Pueblo Ladera (y otro par más avanzados) y sobre todo a la genial localización que no solo contendrá refranes al español y otras expresiones, sino que además estas han sido adaptadas al mundo Pokémon, como aquel no veo tres en un Mudbray, magistral. Los FX se mantienen a un buen nivel, salvo el irritante efecto al chocar con cualquier cosa.

En lo referente a las formas de control, serán todas las posibles y bien llevadas. Su manejo es tan sencillo que incluso podremos controlarlo prácticamente todo con un joystick y un botón, facilitando así su accesibilidad y por qué no decirlo, el jugar horas y horas tirados en la cama con el mando asido de cualquier manera. Unas horas a las que sumar el ya famoso postgame del que hacen gala casi todos los títulos de la saga, que ahora tiene toda una misión para un solo Pokémon donde además enfrentarnos a varios y poderosos entrenadores. Por supuesto no podemos olvidarnos de la Torre Batalla y de la Liga Pokémon, que repiten fórmula, y del hecho de que buscaréis completar la Pokédex, tarea nada sencilla.

 

Compartir y combatir

Pero, si en historia no destacan precisamente estos Pokémon Espada y Pokémon Escudo, aunque ojo, os entretendrá a base de bien alrededor de 20 horas, sí lo harán en cuanto a sus modos cooperativos y competitivos, disfrutables tanto de forma local casi todos ellos como en línea por hasta 8 jugadores, la faceta más reforzada de esta edición.

Crearse un equipo competitivo será más sencillo que nunca, con unas mentas que servirán para cambiar la naturaleza de un Pokémon preocupándonos así solamente de sus valores individuales, o IVs, ideal para aquellos entrenadores experimentados los cuales podrán poner a prueba su pericia en los campeonatos online a los que el resto de mortales podremos ahora asistir como espectadores si así lo deseamos. Estos torneos han ganado muchísimo en opciones, pudiendo personalizarlos modificando número de combates, rondas, niveles permitidos y tiempo, o dejando las reglas clásicas para jugar solos o en equipo.

De igual modo y gracias a la llamada Conexión Y, podremos comunicarnos vía local para realizar intercambios, intercambios mágicos (antes prodigiosos), disputar combates, comparar perfiles o intercambiar las nuevas Tarjetas de la Liga. Estas nos la darán tanto NPC del propio juego como otros entrenadores humanos. No nos cabe duda de que coleccionar tarjetas de personajes conocidos (el propio Masuda o jugadores profesionales) será todo un acontecimiento. 

Desde aquí también podremos acceder a las incursiones Dinamax, igualmente disponibles online, donde hasta 4 entrenadores combatiremos juntos contra un Pokémon de proporciones enormes, como ya sabéis. ¿Lo mejor? El poder acceder al PC en cualquier momento, algo que también aplica al modo historia. Los terminales de los Centros Pokémon quedan así relegados a los desafíos conocidos como Poké Encargos donde mandaremos Pokémon a hacer recados y que vuelvan con un poco más de experiencia. Por cierto, en la Guardería Pokémon ya no se sube de nivel, solo se crían Pokémon en ella, tenedlo presente.

Una entrega que promete

Finalmente estos Pokémon Espada y Pokémon Escudo se han quedado demasiado en muy buenas ideas no materializadas todo lo bien que nos hubiera gustado. Ciertamente, siguen teniendo una buena y bastante larga historia para un jugador que además se complementa a las mil maravillas con sus numerosas opciones multijugador, pero esta ha dado un paso atrás respecto a lo visto en anteriores entregas.

Pokémon ha perdido parte de su magia y también de su misterio y oscuridad muchas veces presentes. No hay edificaciones destacables, ni caminos lúgubres, ni melodías enfermizas, ni apenas Pokémon Fantasma… Eran pequeños detalles muy japoneses que ahora parecen haber sido lavados sin reparos para ofrecer un producto mucho más blanco y apto para todos los públicos, teniendo en cuenta que decir eso ahora significa ofrecer un producto todavía más light de lo que hace una década se consideraba también para todos los públicos.

El hilo argumental no pasa de ahí, y lo que podía haber sido un auténtico misterio digno de resolverse, queda en nulas sorpresas y en un sentimiento de no haber sabido aprovechar lo que tenían ni en historia ni en ambiente, con unos estadios y una temática futbolera que solo se refleja ahí, con los uniformes y el público, y con el Team Yell, que tampoco destaca ni ha sabido encontrar su sitio (no son ni buenos ni malos ni todo lo contrario); eso sí, entrar a uno de estos campos por el túnel de vestuarios tiene algo especial, lo que os hará sentir que realmente vais a disputar un enfrentamiento de alto nivel.

El Área Silvestre y las rutas y pueblos son 2 mitades excesivamente diferenciadas de un mismo juego cuando deberían integrarse mejor la una con la otra, claro que ello habría supuesto cambiar por completo el planteamiento de la aventura para un jugador y acabar con el estricto orden de superación de fases del que hace gala el título.

Pese a todo, ir avanzando, encontrando diferentes Pokémon, pueblos nuevos y personajes de lo más variopinto, siempre es agradable, sobre todo ahora que todo se ha simplificado, no quitándonos valiosos minutos que podremos gastar en cosas más productivas, como preguntarle a Pikachu qué tal le va la vida en el campamento.

Se han perdido algunas cosas y se han ganado muchas otras, pero sobre todo se ha dado un paso en la dirección acertada con el Área Silvestre y con la forma en la que vemos a los Pokémon salvajes, siempre en pantalla.

Combatir es ahora más atractivo que nunca gracias al fenómeno Dinamax y a los accesos rápidos, y el poder pelear con o contra amigos, conocidos o gente de cualquier lugar del mundo es una auténtica delicia. Os sorprenderéis pasando horas y horas en las incursiones, ya que el esfuerzo merecerá siempre la pena, ya sea en forma de Pokémon o de objetos, y cuando os sintáis preparados, siempre podréis dar el salto a un competitivo que ha salido de aquí más reforzado que nunca.

Galar ha supuesto un cambio notable en la fórmula y ojalá sea tomado como referente en futuros títulos de la saga.

Resumen
Galar y la nueva generación pueden suponer un nuevo punto de inflexión en la saga pero desde luego hay mucho margen de mejora. Hay cosas muy buenas que agradecerán los veteranos, como ciertos objetos o un balanceo que habrá costado lo suyo, además de un multijugador a la altura, pero también echarán en falta muchas otras. Los nuevos, por su parte, disfrutarán más un juego colorido y artísticamente bien acabado que sin embargo se ha quedado corto también técnicamente.
8
Notable
Escrito por
Señor Bichos para ti.

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