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Análisis de Xenoblade Chronicles: Definitive Edition

Ya os adelantábamos en las primeras impresiones que Xenoblade Chronicles: Definitive Edition iba a merecer la pena. El juego de Monolith Soft. sigue siendo igual de divertido que el primer día y, si no lo has jugado y te gustan los juegos de rol japoneses, por favor, deja de leer este análisis y empieza a jugarlo ya. Es una obra maestra.

Rememorando al titán

Si todavía sigues aquí, decirte que el mundo de Xenoblade Chronicles está formado por dos titanes en guerra constante. Tanto es así que, cuando murieron, se desarrolló vida en cada uno de ellos y ahora son los habitantes de los titanes los que continúan la guerra. Shulk, nuestro protagonista, vive en los pies de Bionis, uno de los dos titanes, y por motivos que no vamos a revelar, emprende un viaje destinado a cambiar el curso de la guerra.

En las dos primeras horas de juego, Xenoblade Chronicles establece un ritmo narrativo trepidante a la par que asienta el conflicto del mundo de una forma magistral, con escenas que combinan lo cotidiano y lo dramático. Todo se siente muy natural y la relación entre los personajes no es nada forzada. En definitiva, es un ejemplo de cómo hay que comenzar un juego de rol.

La primera zona, Colonia 9, sirve para familiarizarte con la dinámica de juego pero no es hasta que Shulk llega a la pierna de Bionis que el juego despliega su poder ante ti. Ese punto cuando lo jugabas en Wii era especialmente impactante, ya que nadie esperaba que la pequeña consola de Nintendo fuera capaz de desplegar un mundo tan inmenso con tantísima soltura como lo hizo. En Nintendo Switch sigue siendo espectacular, pero muchos ya hemos vivido Xenoblade Chronicles X que lo supera en escala y ambición.

El sistema de combate de Xenoblade Chronicles

El sistema de combate se mantiene fresco como el primer día, especialmente porque su secuela, Xenoblade Chronicles 2, lo cambia bastante (aunque manteniendo puntos clave). Tenemos un grupo de tres personajes, de los cuales dos están controlados por la consola. Los ataques de nuestro líder (podemos elegir entre todos los personajes, aunque la mayoría siempre va con Shulk por comodidad) son automáticos y nuestra labor en la batalla es posicionarlo y seleccionar las artes (ataques especiales) que tenemos que usar.

Este sistema es una adaptación a consola del sistema de los MMORPG de aquella época, y funciona muy bien. Parece sencillo al principio, pero requiere una gran estrategia en el posicionamiento y en el uso correcto de las artes. En esta versión, cuando cumplimos condiciones favorables para el arte, aparece resaltada con un signo de admiración, lo cual facilita la lectura de la batalla incluso cuando la cámara no acompañe a la acción bien.

El problema del sistema de combate es que no podemos alternar de líder en medio de la batalla, por lo que no es natural aprovechar el máximo de todos los personajes ni conocer como pelea cada uno. Es una lástima, porque le resta interés y variedad a un sistema que en realidad es muy bueno. Algunos juegos como Final Fantasy VII Remake sí han implementado un sistema efectivo de cambio de líder en medio del combate, por lo que esperemos que Monolith Soft lo incluya para Xenoblade Chronicles 3 (o X-2, lo que llegue antes).

Este problema es molesto porque cada personaje se juega de forma radicalmente distinta y le otorga una variedad al juego que para muchos puede pasar totalmente desapercibida. Además, los personajes manejados por la consola son mucho menos eficaces (especialmente Melia) que cuando los manejas tú (excepto Sharla).

La aventura de Xenoblade Chronicles

La trama de Xenoblade Chronicles está estructurada por misiones. Hay misiones principales para avanzar en la historia y misiones secundarias. Dentro de estas, algunas tendrán peso en la historia del juego y otras serán simples encargos. Desde luego, las misiones secundarias le aportan variedad y alargan la ya de por sí larga vida del juego, pero no están (ni mucho menos) al nivel de las misiones de la historia principal y a veces te obligan a hacer cosas un poco aburridas, como tener que poner a un personaje concreto como líder para que te den la misión (¡si están todos en el grupo, no me obligues a meterme en el menú para eso!). Además, hay algunas que tienen un reloj, lo que implica que a partir de cierto punto dejarán de estar disponibles. Pero claro, tú no sabes cuándo va a darse ese punto de no retorno a no ser que te destripes la trama, y no todas las misiones con reloj son factibles en el momento en el que las consigues.

La historia de Xenoblade Chronicles es variada y sorprendente, refrescante en cierta medida. Shulk es un personaje muy bien diseñado, y las relaciones con sus compañeros se sienten muy naturales y creíbles. Además, el mundo es muy coherente y espectacular, con una gran cantidad de detalles esparcidos por cada rincón. No en vano, años más tarde Monolith Soft se encargó de diseñar el mundo de The Legend of Zelda: Breath of the Wild.

Empieza de forma trepidante, como ya hemos adelantado, y no pierde interés durante todo lo que dura el juego. Al principio huye (pero poco) de los tópicos del género (empezando por Shulk, que es la antítesis de Rex, el protagonista de Xenoblade Chronicles 2 que recoge todos los tópicos de “protagonista de anime” posibles), aunque conforme avanza la trama vamos viendo algún que otro lugar común. Como todo juego de rol japonés, habrá algún que otro “momento revelación” y una gran cantidad de giros argumentales, puede que predecibles por la naturaleza del género.

Un aspecto renovado

Lo que más llama de esta versión es lo increíblemente renovado que está a nivel visual. Se han cuidado todos los detalles y mejorado en una gran cantidad de aspectos, no es un mero “filtro HD”. De hecho, se ha metido todo Xenoblade Chronicles en el motor que ya pudimos ver en Xenoblade Chronicles 2: Torna the Golden Country. Los menús están renovados, también los diseños de los personajes y algunas localizaciones y, en general, se siente como un juego de 2020 y no de 2011. Ayuda también lo bien que ha envejecido el sistema de combate.

La música sigue siendo la misma, aunque algunas de los temas se hayan vuelto a grabar. No es un gran cambio, aunque en la promoción del juego haya quedado tan bien. Tampoco le hacía falta, por otro lado, ya que la banda sonora del original ya estaba a un nivel bastante alto. A nivel estético, una de las opciones que se ha añadido es la de fijar la indumentaria de nuestros personajes independientemente del equipo que llevamos, para que no tengamos excusa para no llevar una armadura por lo mal que se ve.

A nivel gráfico observamos el segundo problema importante del juego, la presencia de un popping tremendamente acusado. Es decir, vemos como las plantas se van generando conforme andamos por el escenario (salvo en escenarios pequeños, como la antesala a la pierna de bionis), lo cual no queda nada bien. Esto se debe a que los escenarios estaban pensados para funcionar con el motor anterior, y no con el de Torna. En Torna The Golden Country los escenarios estaban diseñados de tal forma que ayudaban a disimular este efecto de popping y apenas no notabas, pero aquí todo es mucho más plano y el popping se hace presente incluso en las escenas cinematográficas.

En general, Xenoblade Chronicles: Definitive Edition sigue siendo la obra maestra de antaño, pero está mejorada y puesta a punto para poder figurar como una novedad en pleno 2020. Y, si no lo has jugado antes, realmente lo sentirás como una novedad. Es un indispensable, que además incluye un epílogo -que puedes jugar desde el principio-, Futuros Conectados… Ay, Futuros Conectados

Futuros Conectados: Un epílogo que lo cambia todo

Para mal, ya os lo adelanto. Futuros Conectados es la promesa, el incentivo para todos aquellos que tienen ya mascado Xenoblade Chronicles y quieren darle una oportunidad a esta edición definitiva. Un contenido adicional que alarga el juego, y con el precedente de Torna: The Golden Country, ¿qué puede salir mal?

Pues prácticamente todo. Futuros Conectados es, de hecho, la antítesis de lo que fue Torna: The Golden Country. Si cuando hablábamos de Xenoblade Chronicles alabábamos cómo estaban escritos los personajes, en este epílogo todos ellos se han “noponizado” (los nopon son una raza de peluche habitual de la saga, caracterizada por su comportamiento infantil), convirtiéndose en una sombra de lo que fueron. Shulk parece directamente sacado del Smash Bros., ya que siempre está emocionado. Se ciñe ahora mucho más al cliché del personaje científico de anime y pierde toda su personalidad. El otro personaje que repite, Melia, sobre quien recae el protagonismo esta vez, también ha perdido todas sus capas para convertirse en una princesita que se queja de todo. Se suponía que ya habías madurado durante el juego principal, pero oye, necesitamos un conflicto interno.

Una historia “noponizada”

La historia es un poco como los personajes, y básicamente se reduce toda la carga dramática (aunque en principio parece bastante dramática, pero nunca se siente así). En parte porque te hacen deambular por el escenario sin ton ni son, teniendo que desandar tus pasos cada dos por tres y dando la sensación de que no está nada trabajada. Los puntos de mayor interés se vuelven irrelevantes.

El escenario en el que se desarrolla ni siquiera es nuevo, sino que se trata de “El hombro de Bionis”, una zona descartada del original y que fue accesible a través de la emulación. No es que eso esté mal, pero el hecho de que todo lo demás haya bajado tanto de nivel con respecto al original nos invita a pensar que el trabajo realizado en este Futuros Conectados es mínimo, motivo por el cual reflexionaremos un poco más adelante.

Un sistema de combate “noponizado”

Antes de eso, falta hablar de los escasos cambios del sistema de combate. Hay algún personaje nuevo, pero como Shulk se encarga de hacernos saber mediante una línea de diálogo, son clones de dos personajes conocidos de la trama original. Comenzamos la aventura en nivel 60 y más nos vale estar familiarizados con el sistema de combate, o si no lo vamos a pasar mal.

No es para nada como Torna: The Golden Country, que podía jugarse con independencia de si habías jugado a Xenoblade Chronicles 2 o no. Aquí es altamente recomendable tener fresco el original y sus dinámicas de combate. Se ha añadido un sistema de ataque especial diferente a la cadena del original, que lo acerca más al visto precisamente en Xenoblade Chronicles 2, pero ese es, junto a un sistema de acompañantes extra similar al de Ni No Kuni 2 pero mucho más “light”, el único cambio sustancial. Por lo demás, el sistema sigue exactamente igual, o incluso más limitado que en el original.

Obviamente, Futuros Conectados parte de una base magistral como es Xenoblade Chronicles, y se trata de un juego entretenido. Todas las quejas que véis vertidas en este texto son un reflejo de la frustración que me produce el hecho de que no haya estado a la altura del original, especialmente con el precendente de Torna: The Golden Country. Como sección intermedia de un juego (y si quitamos la historia del medio) podría haber funcionado bien, pero como historia independiente se trata de un gran tropezón. Desde luego, Futuros Conectados es una oportunidad perdida.

Que Futuros Conectados no te impida ver la grandeza de Xenoblade Chronicles: Definitive Edition

En mi opinión, habría sido mejor que Xenoblade Chronicles: Definitive Edition hubiera sido lanzado sin el epílogo y haber trabajado en Futuros Conectados para hacerlo realmente interesante y venderlo como DLC o juego aparte más adelante a final de año, tal y como sucedió con Torna: The Golden Country. Futuros Conectados es un ejemplo de lo que no hay que hacer, porque no solamente no suma valor al producto final, sino que acaba empañando la maravillosa edición definitiva de Xenoblade Chronicles.

Si tu único incentivo para comprar Xenoblade Chronicles: Definitive Edition era Futuros Conectados, tal vez te defraude un poco. No obstante, si lo que quieres es vivir por primera vez las aventuras de Shulk (o revivirlas), esta edición es una auténtica maravilla. Xenoblade Chronicles como nunca antes.

 

Resumen
Vuelve el rey casi 10 años después. Xenoblade Chronicles luce como nunca, pero sigue siendo igual de divertido que cuando salió al mercado en la última etapa de Wii. Es una obra maestra que no debes perderte si no la has jugado todavía. No obstante, el problema de esta edición definitiva es que, para justificar el precio completo y atraer a los viejos jugadores, se ha incluido una suerte de epílogo a medio cocinar, Future Connected, que empeora el producto final, ya que en todo momento se siente como una oportunidad perdida.
9
Genial
Escrito por
Escribo análisis de vez en cuando. Llevo haciéndolo desde los oscuros orígenes de la web, cuando por internet vagaban las hadas y los dragones y todo, todo, era mejor.

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