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Super Meat Boy

Super Meat Boy se ha convertido, por méritos propios y por la época de su lanzamiento original, en un clásico de los plataformas indie. La obra que encumbró a sus creadores, y que a día de hoy nos hace seguir sus lanzamientos con lupa, ha llegado ahora a Nintendo Switch gracias de nuevo a un port de la gente de Blitworks.

Rememorando el clásico antes de Super Meat Boy Forever

Dentro de poco llegará la secuela, así que es una ocasión ideal para descubrir o redescubrir la leyenda. En esa versión se conserva absolutamente todo el encanto de lo que vimos en Wii U más un pequeño añadido. No obstante, aquellos que pudieron disfrutar de la banda sonora de la versión de 2010 notarán que falta algo para conseguir la máxima epicidad, sin desmerecer para nada a las nuevas melodías. Para esta ocasión puede jugarse de todas las formas posibles en Nintendo Switch: portátil, sobremesa y TV, con un par de Joy-Con, uno solo o el Pro Controller.

Super Meat Boy es un plataformas en el que hay cierta libertad para completar los niveles, basados en llegar de un punto A a otro B a rescatar a nuestra pareja. Sin embargo nuestro problema no serán los saltos como tal, sino los cada vez más numerosos obstáculos y trampas, que harán que caigamos en más de una ocasión. El juego de hecho deja nuestro rastro por donde nos hemos apoyado en anteriores intentos y, una vez completado el nivel, vemos una repetición de todos nuestros “yo” cayendo por el camino.

Lo que lo hace realmente adictivo es que los niveles pueden completarse en segundos, siendo los más largos posibles de finalizar en menos de un minuto. Con esto, la rejugabilidad y el ensayo y error no se hacen para nada pesados. Es más, así el incentivo de completar el nivel bajo cierto tiempo para obtener rango A es más sencillo. Para avanzar en la historia será necesario completar diecisiete de los veinte niveles que tiene cada mundo, y ahí “enfrentarse a un jefe”. Los rangos altos permiten desbloquear una versión oscura del mismo nivel más dificil, por lo que el juego en total tiene el doble de niveles de los que ves en un principio.

¡Ahora con multijugador!

Más allá de todo eso, hay tiritas coleccionables y niveles especiales ocultos Warp Zone (con un número de intentos predeterminado) que permiten desbloquear nuevos personajes, la mayoría de ellos invitados de otros juegos indie, como Commander Video o Pink Knight, cada uno con una habilidad particular. Sea cual sea nuestro personaje, podremos correr y saltar, además de rebotar por paredes en un juego en el que las físicas y los controles funcionan, una vez más, de forma soberbia. Pese a lo limitada que pueda parecer su propuesta, la curva de progresión está planteada magistralmente, y una vez vuelves a los primeros niveles tras llegar a los más avanzados te das cuenta de lo vacíos que parecen o lo fáciles que resultan.

Pero la novedad estrella en Nintendo Switch es el modo carrera. Un modo en el que nos espera una serie de diez o más niveles siguiendo los de un capítulo o bien aleatorios entre todos los que hayamos desbloqueado en la historia, a elección de los jugadores. Si uno de los competidores supera un nivel, el otro sigue teniéndolo pendiente, por lo que no decaigas en caso de quedarte atrás, a tu rival puede pasarle lo mismo en otra fase. Las vendas coleccionables permiten, si usamos dos de ellas, saltarnos un nivel de forma automática, y las Warp Zone pueden hacernos saltar también niveles… o no, depende de la suerte. Sin embargo, en este instante, este modo no está optimizado al 100% y el jugador que vaya perdiendo puede saltar ilimitadamente niveles sin usar vendas. Pese a que no es algo que afecte a la experiencia directa (podemos restringirnos nosotros mismos), aquellos más pícaros se aprovecharán de ello.

En cuanto al diseño tenemos una estética simple pero efectiva, con los elementos bien diferenciados y, cuando no lo están, es porque es parte del encanto y del diseño del nivel. Las cargas están muy disimuladas y son más bajas que en la versión de Wii U, por lo que estamos ante una de las versiones más optimizadas del juego. Los sonidos son simpáticos y agradables, al igual que los personajes y las pequeñas secuencias de animación, con un toque gamberro. La música acompaña bien y tiene estilos bien diferenciados, pero no cala.

¿Es Super Meat Boy de Nintendo Switch la versión definitiva? Un nuevo modo y la acción de siempre nos llevan a pensar que sí, aunque no disponemos ni de The Internets ni de la música original. Sin embargo, de todas sus apariciones recientes, esta edición es la mejor de todas. Plataformas, muertes y un ritmo frenético te esperan con este título considerado ya todo un clásico del mundo de los videojuegos.

Escrito por
Pikmin de nacimiento y strawhard de corazón, colecciono monedas DK por diversión.

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