El género de las plataformas ha estado abarrotado de animales de todos los tipos y especies. Por alguna extraña razón estos seres antropomórficos se convirtieron en el modelo perfecto para protagonizar los juegos de este género y las compañías se estrujaban los sesos para diseñar el animal más colorido y carismático del momento. Ty, el tigre de Tasmania, fue uno se esos personajes creados para la ocasión, y aunque nunca ha tenido la popularidad de sus compañeros mamíferos, siempre estuvo ahí para entretenernos.
¿2 mejor que 3?
Para sorpresa de todos, en Ty el tigre de Tasmania 4, se deja de lado los entornos tridimensionales que siempre había caracterizado la saga para pasar al género de las plataformas 2D al estilo más clásico. De esta forma, pasamos a desplazarnos por escenarios mediante scroll lateral, saltando y bajando entre plataformas, esquivando ataques, recolectando objetos y haciendo uso de nuestro boomerang, que es la única característica que no hemos perdido en esta entrega.
Ty el tigre de Tasmania 4 no es un juego de plataformas basado en poner a prueba nuestra habilidad a los mandos de cara a los saltos pero tampoco se centra en la acción, pues esta es un aspecto secundario. El objetivo principal de la jugabilidad radica en la exploración de escenarios y recolección de todos los coleccionables que aparecen por el mapa.
El problema que nos encontramos en esta cuarta entrega es que tanto el diseño como las mecánicas resultan muy sencillas, así como las situaciones en las que nos veremos envueltos, con tendencia a la repetición. Es un juego sin pretensiones, destinado a hacernos pasar un rato entretenido y que quizás busca a un público más infantil.
De cartón piedra
En lo referente al apartado gráfico lo cierto es que Ty el tigre de Tasmania 4 no entra al inicio por los ojos, perdiendo lo llamativo que tenían sus entregas tridimensionales. Destacamos por encima de todo el diseño de personajes, que se rescata de anteriores entregas, poniendo en contraposición las animaciones que resultan un pelín arcaicas. Poniendo todo en conjunto queda un resultado que podríamos catalogar de algo que podría haber sido más. Sonoramente, salvando el doblaje al inglés, tampoco es muy memorable.
En lo referente a la duración, superar las 40 fases nos llevará un total de 4 horas más o menos. Estos niveles cuentan con gran rejugabilidad favorecida por la multitud de coleccionables que en ellos encontramos. Además, contamos con un modo contrarreloj y algunos minijuegos como La persecución del Pavo y Arena de peligros que sí que pueden hacer que la duración se alargue un poco más si somos de querer explotarlo todo.
Ty el tigre de Tasmania 4 más que un reboot o un cambio de género se siente como un paso atrás en la franquicia. Se ha perdido encanto, posibilidades y lo cierto es que este cambio de rumbo no resulta tan divertido como sí lo eran las entregas anteriores. Posiblemente los que más disfruten de esta aventura sean los más pequeños de la casa dadas sus mecánicas sencillas y la gracia del personaje.
Versión del juego analizada: 1.0.2
