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Análisis de Tomb Raider I-III Remastered

La llegada de la señorita Lara Croft todavía resuena en la cultura general. El título original supuso tal melocotonazo que traspasó todas las fronteras, por aquel entonces, inimaginables. Portadas en revistas para adultos, encarnación por la misma Angelina Jolie en el cine e incluso convertirse en el personaje del mundillo más popular junto a Mario y Sonic.

Incursiones remozadas

El mundo tridimensional de saltos imposibles, laberínticos escenarios y ajustada dificultad marcó a toda una generación. Las escenas FMV y sobre todo las triangulares protuberancias delanteras de la joven lo convertían directamente en un producto para un rango de edad superior. Tomb Raider I-III Remastered engloba las tres primeras entregas de la saga que vieron la luz entre 1996 y 1998 (una entrega por año) y que nunca hasta ahora habían pisado una consola de Nintendo en su forma original.

Para la ocasión Aspyr ha conservado los clásicos creados por Core Design además de recrearlos con un aspecto visual actualizado y que es posible alternar con tan sólo un botón. Algo similar a lo que ofreció la serie Halo aunque mucho menos ambicioso en este caso, todo sea dicho. Y lo cierto es que resulta ideal para nuevos o viejos jugadores. Las texturas de píxeles como puños y austeros modelados deja paso a otras mucho más definidas, una Croft curvilínea y una iluminación completamente nueva.

Engloba las tres primeras entregas de la saga que vieron la luz entre 1996 y 1998 además de las expansiones que no parecieron en consola

Además del obvio incremento de resolución, las versiones remasterizadas funcionan a 60 fps en contra de los 30 si optamos por jugar con el aspecto original. Tomb Raider I-III Remastered asimismo incluye las expansiones de cada uno de los tres juegos aparecidas en PC, auténticos retos sólo para los más expertos. Eso y contar con un modernizado sistema de control, además del modo tanque original, moviendo a Lara como en cualquier juego actual además de controlar la cámara con el segundo stick.

Unos ingredientes que a priori suenan ideales para los acérrimos de la saga y también una buena oportunidad para descubrir el por qué la exploradora de tumbas revolucionó mucho más que la industria del videojuego. Quizá una compilación de los cinco primeros juego hubiera sido más acertada (antes del salto de generación y cambio de motor gráfico) pero con lo presente se garantizan al menos 60 horas sin contar extras (coleccionables y expansiones). Eso si somos lo suficientemente hábiles…

Tomb Raider I-III Remastered

La iluminación es sin duda lo mejor de la remasterización.

Asperezas de su tiempo

El caso de Tomb Raider I-III Remastered es bastante curioso y siempre ha generado debate. El control, en plena explosión de las 3D, fue pensado de forma demasiado tradicional antes de la penetración de los sticks en los mandos. Lara no era capaz de girar una vez caminaba y se detenía para hacerlo en ángulos. Esto obviamente marca por completo el diseño de juego haciendo que todos los salientes o saltos se rijan por dichos patrones geométricos. ¿Qué ocurre? Al incluir un nuevo tipo control más versátil (como el que ofreció Super Mario 64 meses antes) choca directamente con la ubicación de todos sus obstáculos y elementos.

El agarre no siempre funciona y los saltos, con pequeñas plataformas desde las que saltar unas junto a otras, están pensados para el control antiguo lo que genera caídas e imprecisiones muy a menudo. En las secciones más exigentes es mejor pasar al control tanque si no queremos llegar a desesperarnos. Como deseo nos hubiera gustado dar un paso más y agilizar acciones como recoger objetos, subir escaleras o incluso arrastrar bloques para abrirnos paso. No es un juego generoso con los tiempos del jugador como sí lo estamos acostumbrados actualmente.

El control, en plena explosión de las 3D, fue pensado de forma demasiado tradicional antes de la penetración de los sticks en los mandos

Si a esto le sumamos el poco tacto que tiene al no contar o guiar, al menos al inicio, cómo jugar puede resultar muy duro para los que se aventuran por primera vez a la trilogía. Morir al final de un nivel tras dar vueltas, sufrir saltos milimétricos y asaltos de enemigos para comenzar desde el principio no será del agrado de todos. Fueron juegos donde el guardado se hacía manualmente no sólo en una slot, si no en varios dentro de un mismo nivel, para retomarlo en el que pensáramos más adecuado y eso es algo que hay que aprender jugando.

Y por extraño que resulte, ahora sobre todo, es que tras esa jugabilidad mecanizada y austera poco a poco nos invade una sensación de superación muy satisfactoria. La soledad es clave en Tomb Raider I-III Remastered (más en el primero) y precisamente ese duelo constante frente a lo desconocido es lo que le convirtió en algo grande. Es difícil, imprevisible y quizá injusto, pero son productos que viven precisamente por ofrecer una experiencia retadora propia de aquella época. Al final parece que el popular dicho “no hacen juegos como antes” va a resultar cierto…

Tomb Raider I-III Remastered

Ahora sí parece agua. Lara está preparada para el baño.

Más bonito pero con matices

La parte visual aprovecha la geometría original para vestirla de mejores texturas y aderezarlo con algunos elementos gráficos originales como vegetación donde no la había para enriquecer así su mundo. El agua ahora es más cristalina que nunca y deja atrás esos píxeles blancos que simulaban sus ondas. Pero con el cambio de iluminación, oscureciendo rincones y añadiendo fuentes lumínicas por aquí y por allá, no solo se ha creado un ambiente más natural, también se ha perdido visibilidad. No serán pocas las veces que cambiemos a la apariencia clásica para encontrar el camino a seguir tímidamente visible entre sombras. Añadid que la cámara y el apuntado nos darán más de un quebradero de cabeza.

Estos deslices son constantes y a pesar del mimo puesto en la remasterización nos preguntamos si se ha hecho con la vara de medir correcta. La en ocasiones falta de visibilidad sumada a la incompatibilidad de los controles con su diseño original se enfrentan constantemente en un producto que a medida que profundizamos en él vemos que nace por y para los que disfrutaron de ellos en su día dejando a un lado a los nuevos aventureros por no adaptar de modo opcional la experiencia clásica, dura y exigente, a los nuevos tiempos.

Nace por y para los que disfrutaron de ellos en su día dejando a un lado a los nuevos aventureros por no adaptar la dura experiencia original a los nuevos tiempos

Incluso el estupendo aspecto de Lara poco comparte con lo descuidado de los modelos enemigos, viéndose más arcaicos de lo que son al contar con las mismas animaciones que antaño. Esto genera también sensaciones contrarias ya que los módulos poligonales que los conformaban ahora se han suavizado pero bajo el mismo esqueleto por lo que combatir al temible T-Rex es algo que no podemos tomarnos tan en serio como nos gustaría. Incluso las alucinantes cinemáticas por las que babeábamos ahora no son más que escenas de personajes completamente artificiales. Que por cierto, han visto mejorada su calidad en la medida de lo posible.

Los tres juegos comparten estructura y van añadiendo cada vez más elementos jugables, profundizando en las mecánicas del primero (como el buceo o la escalada) e incluyendo secciones mecánicamente diferentes pero igualmente difíciles. ¿Lo bueno? La mansión Croft sigue siendo un lugar de prácticas estupendo e incluso se ha conservado en la tercera entrega el doblaje a nuestro idioma. Quizá un menú alternativo y uso del inventario (usar los botiquines desde el menú a estas alturas…) no le hubiese venido mal, pero también ayuda a comprobar cómo ha evolucionado el mundillo en todos los apartados.

Quizá el cambio jugable que sufrió con Crystal Dynamics y la reimaginación del primer título que vimos en Wii,Tomb Raider: Anniversary, nos siga pareciendo una entrada más amable a la saga pero contar con los tres primeros productos de la joven ricachona de esta forma rompe la barrera de la nostalgia para resultar más apetecibles. Este junto a The Lara Croft Collection hacen que Switch sea un lugar ideal para llevarnos a Lara, o parte de su historia, a cualquier rincón juntos.

Tomb Raider I-III Remastered

El trabajo de texturizado es bueno aunque la geometría original lo desluzca en ocasiones.

Versión del juego analizada: 1.0.1

Resumen
Tomb Raider I-III Remastered es un regalo para los incondicionales que vivieron el naciemiento de una leyenda del videojuego. Las novedades a veces son incompatibles con su diseño, lo que nos hace volver al pasado más de lo que nos gustaría, haciendo que disfrutar de ellos por primera vez no sea tan recomendable como pensamos. Un remasterización a la que se le ha puesto mimo y nos ayuda ver la evolución de la industria y sobre todo de la señorita Croft.
Bueno
  • El cambio instantáneo entre versiones
  • Más de 80 horas de desafíos, soledad y superación.
  • Buen trabajo visual y control adaptado…
Mal
  • …aunque a veces incompatible con su diseño.
  • Muy áspero en control y sensaciones.
  • El sistema de guardado y dificultad se ha quedado obsoleto.
7.5
Bueno
Escrito por
Jugador de corazón, amante del arte y enamorado del metal.

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