Yuji Horii, además de ser popular por ser el creador de Dragon Quest, también tiene en su lista de trabajos una serie de juegos de aventuras de investigación cuya primera entrega (Portopia) supuso la inspiración de una gran cantidad de desarrollos japoneses posteriores y también la motivación de creadores como Kojima o Aonuma para entrar en la industria. Perdidos en el tiempo y en Japón hasta ahora, acaba de aterrizar en Switch The Hokkaido Serial Murder Case: The Okhotsk Disappearance ~Memories in Ice, Tearful Figurine~, un completo remake del tercer juego de ese trío, que añade una secuela a la historia supervisada por Horii para darle más trasfondo a la trama y que se siente parte del original.
Okhotsk en 1987 y 2024
Lo primero de todo, es hablar del trabajo que supone este remake. El juego original, cuya versión de NES apareció en 1987, contaba con una interfaz y gráficos que se han visto totalmente actualizados a día de hoy, pero con un estilo de anime que respeta, al margen de un coloreado mejor, los modelos que se utilizaban en aquella época. Además, se han incluido pistas de voz en japonés para todos los diálogos, por triviales que sean, y una completa traducción de todos los textos al inglés (no hay español, pero al menos es mucho más accesible ahora). Por lo tanto, la actualización es sublime, si tenemos en cuenta que respeta todo el contenido del juego tal y como era en su momento.
El juego nos sitúa en dos momentos históricos, que casualmente coinciden con el año de salida del juego y su remake. En 2024 una chica pide ayuda a cierto inspector de policía (cuyo nombre elegimos nosotros), que hace 37 ayudó a resolver una serie de crímenes que parece que tienen relevancia en la actualidad. Así pues, viajaremos mentalmente al pasado para ver aquella investigación (el juego original) y así poder resolver el misterio completo, que nos llevará seguro más de 8 horas salvo que seamos speedrunners.
Antiguo, pero pieza de museo
El progreso del juego es el propio de la época, pero mejorado en interfaz. Es decir, estamos ante un sucesor de esas aventuras de texto en las que tomábamos decisiones limitadas por escrito, pero con un menú de posibilidades. Es decir, en cualquier lugar podemos investigar, buscar objetos, enseñar otros, llamar a alguien, hablar o cambiar de zona, pero es necesario hacer todos los pasos por separado. Por ejemplo, para ir a un lugar, primero hemos de preguntar a la gente de la calle para que nos indique la ubicación y así después poder movernos, o bien tenemos que “ver algo” en el escenario para poder cogerlo.
La trama tiene la mayoría de momentos lineales, sobre todo al inicio, pero hay opciones posibles que se salen del camino habitual y en los que nos gusta perdernos para conocer más del mundo, encontrar piezas de puzle coleccionables y admirar el trabajo realizado. Nos ha gustado también que los elementos ya investigados muestren un texto de otro color, para así tener claro lo que hemos visto anteriormente, sobre todo si no lo tenemos reciente por espaciar sesiones de juego. Podemos además jugar al Blackjack en ciertos lugares por si queremos pistas sobre cómo continuar, y consultar la información del caso de la que ya disponemos en casi cualquier momento a través de un menú variado en el que también se nos permite guardar de manera manual (hay un autoguardado que funciona cada poco tiempo).
The Hokkaido Serial Murder Case: The Okhotsk Disappearance ~Memories in Ice, Tearful Figurine~ es una oportunidad única de disfrutar de toda una reliquia de la historia del desarrollo de juegos de aventura, y que llega a Switch de una de las mejores formas posibles (y nos hace querer remakes de Portopia y de Karuizawa). Al margen de que es un producto de su época, y que no llega a la complejidad de obras actuales como AI The Somnium Files, es toda una delicia a nivel histórico y se siente bien a los mandos una vez nos hemos hecho a su ritmo. La única pega a señalar es el precio, que quizás no sea accesible a todo el mundo de inicio.
Versión del juego analizada: 1.2.0
