Fatal Frame o Project Zero es una saga que está viviendo ahora uno de sus mejores momentos. Pese a no tener entregas nuevas en preparación (al menos que se conozcan), remasterizar y lanzar dos de sus títulos más exclusivos es un avance para la expansión de la marca. Hace poco tuvimos la entrega de Wii U y ahora le toca a la de Wii, Project Zero: Mask of the Lunar Eclipse, que en su día fue exclusiva de Japón y que contó con Grasshopper como codesarrollador.
Mask of the Lunar Eclipse debuta en occidente
Un grupo de chicas jóvenes se aventura en una isla, pero no una cualquiera, sino una en la que misteriosamente desaparecieron cuando eran niñas sin que ninguna de ellas recordase a posteriori qué había ocurrido. Algo las llama a ese lugar, y nuestro deber es guiarlas en su misión, explorando lo que haga falta y usando la cámara obscura, seña de identidad de la franquicia con la que podemos atacar a los enemigos haciéndoles fotos.
El control del personaje se lleva a cabo mediante una vista entre tercera y segunda persona, con un movimiento y cámara que son sin duda el apartado más problemático del título. Un control excesivamente lento (incluso “corriendo”) y una cámara a la que hay que hacerse porque no responde de la manera que esperamos de ella son aspectos molestos, especialmente si se tiene en cuenta que hay que usar la linterna para enfocar y ver adecuadamente algunos lugares en los que hay objetos escondidos (cogerlos es toda una aventura de tensión). Todo ello se acompaña del modo primera persona cuando usamos la cámara, con la que tenemos que atrapar a los enemigos buscando la manera de centrarlos, apurar al momento justo o pillar a varios de ellos al mismo tiempo para maximizar el daño y los puntos obtenidos.
En nuestro avance, distribuido por una serie de capítulos y puntos de guardado tradicionales en los que manejamos a cuatro personajes diferentes según corresponda (cada uno de ellos tiene objetos exclusivos), vamos a encontrar varios lugares que no podemos abrir y que requieren que primero encontremos la llave adecuada o avancemos hasta cierto punto primero. Más allá de eso, hay documentos que nos dan trasfondo de la situación y el mundo, mejoras para la linterna y también otras para la cámara, las cuales se agradecen mucho para que se nos facilite algo la experiencia.
Muy de su público
El avance del juego es algo lineal, pero hay también algunos desafíos fotográficos o muñecas que bendecir. El ritmo general es algo lento, pero propio de su época y del tipo de producto que es. Es algo repetitivo en sí mismo, aunque esta reiteración es más propia de la jugabilidad y no del diseño global, algo que sí ocurría en Maiden of Black Water. Nos esperan entre 10 y 15 horas de juego en función de nuestra velocidad, pericia y exploración, y todas ellas acompañadas de una gran cantidad de texto en inglés (tanto para historia como para puzles), por lo que el idioma es una gran barrera.
El apartado gráfico es el clásico de la saga y de varias franquicias de Koei Tecmo, con un look muy de “muñecas” para sus personajes. Es efectivo y no queda mal, y en la remasterización se aprecia una mejora considerable en los modelos. Sin embargo en texturas de los escenarios encontramos una irregularidad, con algunos elementos que lucen correctos y otros que se han mantenido de la misma manera que estaban hace 15 años, y eso se nota. Por su parte, el sonido es el mejor apartado que presenta esta aventura, con unos efectos muy llamativos, unas voces que cumplen y una música atmosférica que nos hace estar en tensión
Por lo tanto, con este Project Zero: Mask of the Lunar Eclipse tenemos un producto muy concreto, y de su época. Es un juego de terror japonés, entendiendo por esto último no solo que haya sido producido en ese país, sino que se basa mucho en el folclore de su horror, algo que tiene una manera particular de presentarse y que se narra a su propio ritmo. Si te gusta la saga este juego te va a encantar seguro, pero si no sabes a lo que vienes, cuidado, pues el ritmo, cámara y control no son los que esperamos en los estándares actuales.
